Moratoria regulatoria en fintech

La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera fue publicada en el DOF el 9 de marzo de 2018, y en México, el universo que integra estos nuevos intermediarios digitales está a la espera de autorización y los que ni siquiera han podido entrar al sistema han sido prácticamente “desconectados”.

La ley establece tiempos no cumplidos por la autoridad para la autorización de modelos novedosos, fondos de pago electrónico y las instituciones de financiamiento colectivo. Además, unas 80 se encuentran en proceso de autorización ante la CNBV, que preside Juan Pablo Graf, pues operaban ya como tales antes del 10 de marzo de 2018 y solicitaron su autorización a la CNBV, pero han cumplido año y medio sin obtener la autorización.

Según la CNBV, en este primer trimestre del año podrían darse las autorizaciones correspondientes, pero en este lapso surgió un número importante de fintechs que fueron operando en México a través de modelos como el Banking as a Service (pagando por el servicio digital de banca de una entidad autorizada para captar, una fintech de financiamiento colectivo, apoyada en un buen software y la entrega de tarjetas digitales o plásticas con las banderas de MasterCard o Visa, podía intermediar. Esto es realizar operaciones de captación para colocar crédito).

Resulta que el pasado 4 de diciembre, la CNBV le puso un alto a la expansión de este modelo, pues ratificó la regla de que “ninguna persona física o moral distinta a las autorizadas puede ostentarse como entidad financiera, ofrecer, promover y/o prestar directa o indirectamente servicios financieros. Las personas que se ostenten como entidades financieras sin contar con la autorización, registro o concesión de las entidades financieras y la SHCP, y que no estén en el proceso de autorización mencionado, se harán acreedoras a las sanciones que establecen las leyes”.

Esta declaración oficial ha generado la percepción de que los principales bancos del país, que están incursionando fuertemente en modelos de BaaS u Open Banking, están queriendo matar a la nueva competencia y han convencido a la autoridad de algo que en otros países es permitido.

La polémica es fuerte y la discusión interesante, en México y en el mundo.

•  DE FONDOS A FONDO

#SUMA-SUMA… Es una plataforma construida para albergar las propuestas de la sociedad civil y facilitar el contacto profesional y transparente con los fondeadores de las organizaciones. Una startup interesante, liderada por Cecilia Silva, Cristina Manrique, Gabriela Brindis y Antonio García, pues a través de la creación de un perfil social digital las personas y, sobre todo, las organizaciones de la sociedad civil pueden interactuar con individuos, organizaciones y empresas que buscan amplificar su estrategia de responsabilidad social.

La idea surge de la experiencia de Antonio en AirTM —startup fintech enfocada en el intercambio de divisas entre pares—, combinada con el deseo de materializar el capital social en potencia que hemos visto desbordarse ante crisis como el terremoto del 19 de septiembre y la pandemia por covid e incorporarlo al ADN social-digital latinoamericano. Complementar la propuesta con el conocimiento tecnológico de Cecilia y Cristina, y el de la Sociedad Civil de Gabriela y Laura Sarvide, asesora de la mesa directiva, la convierte en una muy buena alternativa de inversión ESG.

Sin afiliación política o empresarial, esta startup facilita el encuentro de oferta y demanda de voluntariado, donativos y contenido; la creación de equipos para orientar comunidades a la acción; la identificación de mejores prácticas y el desarrollo de capacidades. Además, sabe que lo interesante no tiene límites temáticos: energía, agricultura, equidad de género e inclusión financiera. Donde quiera que haya un proyecto, se puede contactar a individuos solidarios o profesionales, a organizaciones, a fundaciones.

Promete la experiencia de una red social especializada, pero con un propósito claro: construir un mundo mejor a través de llamados a la acción de la sociedad que canalicen recursos hacia causas críticas para la sociedad que no son resueltas por el mercado ni por los gobiernos.