Pacto privado-obrero, ante desacuerdo con gobierno

¿Y por qué no?  El presidente López Obrador es un mago en dividir para vencer. De ahí que invitar a unos para aislar a otros, ha sido su estrategia para debilitar la capacidad de coordinación del Consejo Coordinador Empresarial, que preside Carlos Salazar.

El Presidente no ha invalidado a Salazar como interlocutor, pero es cierto que no le gusta que nadie le dé clases de economía, de administración pública o de políticas públicas. Ése es y así es nuestro Presidente, nos guste o no. Sí, como le comenté, ni siquiera revisó la propuesta que se ha hecho pública, aunque quedó sobre su mesa.

Por eso, en la conferencia que sostuvieron ayer los 12 presidentes de organismos cúpula con toda la base empresarial (participaron arriba de 3 mil 500 empresarios) a través de un chat activo, no sólo se mostró el rechazo y enojo al programa que el Presidente presentó el domingo en solitario, sino que hubo enojos que lo mismo cuestionaron el liderazgo de Salazar, hasta pedir que se aproveche la capacidad de convocatoria del CCE para culminar con la revocación de mandato del Presidente.

Comentó que en estos momentos ese es “un falso debate”, como el que ha expresado el Presidente al rechazar la posibilidad de usar recursos fiscales para apoyar empresas. No se trata de socializar pérdidas, sino de rescatar empleo permanente y empresas que generan 9 de cada 10 empleos y 8 de cada 10 pesos que se invierte en México.

Fue interesante la respuesta, porque Salazar les recordó que para eso hay vías, y la democracia mexicana las ha provisto. Una revocación de mandato no es tarea del CCE hacerlo, sino de los partidos políticos y, en cuanto a su silla, los presidentes de los organismos ratificaron su apoyo, especialmente Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex Nacional y, quien ha sido muy vocal en esto último.

La reunión tuvo abono para el enojo. El Presidente de la República usa a unos cuantos empresarios (aunque de grandes chequeras) para mostrar el alcance que tiene para “contener la disidencia” de los representantes empresariales. Es sutil, pero marca la diferencia y ofende. Enoja más.

Pasando a las preocupaciones: quieren saber cómo se pueden lograr acciones más rápidas para 1) reducir o resolver el problema de liquidez que provoca el cierre de actividades con el objeto de “brincar” 8 semanas sin ingresos; 2) respiro a la carga impositiva tanto federal como local para sostener el pago de la nómina y restablecer producción y servicios; 3) pago de los adeudos a proveedores del sector privado y del sector público y proveer de liquidez a pagadores privados para que al regreso de la pandemia se page o anticipado o a más tardar en 30 días lo solicitado y 4) acuerdo con los sindicatos para establecer condiciones que permitan preservar el empleo ahora y evitar crisis de pagos de las empresas que conduzcan a su cierre.

DE FONDOS A FONDO

#ABM... Para el comité ejecutivo de la Asociación de Bancos de México, que preside Luis Niño de Rivera, pero también para la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que encabeza Juan Pablo Graf, debiera ser motivo de preocupación entre empresas de todos tamaños la decisión de los comités de crédito empresariales y corporativo, porque se han congelado líneas de crédito revolvente.

Hablando de liquidez y de apoyo privado al sector privado, cuando una empresa cierra actividad y cae el ingreso, evidentemente cambia la capacidad de pago, por lo que tienden a usar las líneas de crédito que tienen abiertas para hacerse de capacidad de pago.

Sin embargo, el problema es que los bancos no están manteniéndolas abiertas, porque algunas eran líneas comprometidas y otras tienen cláusulas de fuerza mayor y, como en los seguros, aunque cubran problemas de neumonía o pulmonares, dejan de hacerlo cuando se trata de una epidemia o pandemia.

Así las líneas, ¡se cierran! Y lo único que propiciarán es la insolvencia y mayor cartera vencida.