Recuperaremos el CAT, pero ¿y la política aérea?

Mañana terminan los trabajos del equipo de la FAA que desde el lunes están realizando la Revisión Técnica del cumplimiento de los acuerdos de seguridad aérea convenidos por México ante la Organización Internacional de la Aviación Civil. Tenemos noticias que avanzaron muy bien, y es de esperar que la FAA dé a conocer observaciones, si todavía las tiene, antes de que concluya el mes o reporte la elevación a nivel uno del sistema de supervisión y vigilancia de la AFAC.

Esa noticia es esperada, pero los últimos cambios realizados en el sistema aeroportuario no. Pareciera que hay una reconfiguración de actores y funciones, pero no queda claro ni en los sexenios anteriores ha sido bien definida una política en materia de aviación civil y protección militar. Se aprobaron sendas leyes en el último periodo legislativo, pero en ningún caso se ha definido cómo están reconfigurando y por qué los grupos aeroportuarios.

De entrada parece que desaparecerán dos entidades, la primera es el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, donde ha llegado Óscar Arguello y, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, donde llega su enroque Javier Villazón (uno de los pocos con conocimiento adecuado del sistema aeroportuario). Luego salió Ricardo Torres Muela del Seneam para dar entrada a Javier Alonso Vega, por un tema de entendimiento. Hay quien dice por ahí que se barajeaba a Miguel Peláez, quien, sobrevivió el primer año de Jiménez Espriú como titular de la transformada DGAC y venía del Seneam. Poco probable que regrese, pero todo puede ser.

Además de los tres grupos privados, donde se cocinan adecuaciones a sus títulos de concesión, pues son la gallina de los huevos de oro intocables, están en integración la paraestatal Casiopea, en la que se integran los activos asignados por el Presidente a la Marina. Los aeropuertos que se les están concesionando son los de Guaymas, Matamoros, Ciudad del Carmen, Obregón, Loreto, Colima y, aunque todavía está en el GCDMX, el AICM.

Luego están los aeropuertos asignados al Ejército y su paraestatal Olmeca-Maya-Mexica. Son además del de Tulum y Palenque, otros de la Red de ASA, que se encuentran en el norte, como el de Nogales, Nuevo Laredo, Ixtepec (por el CIIT), Uruapan y Victoria. Sume ahí al AIFA. Después viene un grupo de aeropuertos que están teniendo propuestas de administración distintas porque se trata de aeropuertos “sueltos”, como Campeche, Tehuacán, Tamuín, Poza Rica, Chetumal, más los que se están remodelando dentro del Grupo Aeroportuario Mexicano (ATM) que son el de Tepic y Huatulco y, finalmente, los que operan en sociedad con los gobiernos de los estados y/o socios privados, como Querétaro, Toluca, Cuernavaca, Tuxtla Gutiérrez y Palenque. En el caso del GCDM, están avanzando negociaciones para reducir el pago de los bonos derivados de la cancelación de Texcoco. Hasta ahí el recuento, pero se entiende que desaparezca ASA, pues es un organismo deficitario, pero reasignarlos para darles viabilidad no debe implicar subsidio. Esos aeropuertos reasignados son aeródromos, pocos tienen la demanda suficiente para acelerar la venta comercial y, si eso de Mexicana Bis camina, reflotará la duda sobre la posibilidad de una crisis en el sector aéreo tarde o temprano.

DE FONDOS A FONDO

#México-Nafin-Fira... La noticia hoy viene de San Pedro Sula, donde se efectuó la 53 Asamblea General de Alide, organización que agrupa a los bancos gubernamentales nacionales y multinacionales de la región latinoamericana. México asumió la presidencia a través de Luis Antonio Ramírez, director general de Nafin/Bancomext, evento relevante, si considera que la Alide es clave para lograr una adecuada convergencia entre intereses nacionales de desarrollo y flujos regionales canalizados por instituciones como BID, CAF y BCIE. Por cierto, el otro evento relevante, fue que el Premio Alide fue otorgado este año a FIRA, que dirige Alan Elizondo, por el programa de Desarrollo de Proveedores Rurales que ha permitido la integración de pequeños y medianos productores con las empresas, que busca abastecerse de materia prima adecuada, continua y suficiente para atender las necesidades del consumidor final.