Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

14 Feb, 2020

¿Riesgos mejor cubiertos?: ¡Seguro, Sí!

La decisión de la Secretaría de Hacienda, que encabeza Arturo Herrera, de retornar con el Banco Mundial, que preside David Malpass, es una acertada. El monto de 425 millones de dólares del IBRD/Fonden 2020 (así lo define Artemis.bm, sitio especializado en bonos catastróficos), es alto para el promedio que se ha realizado en las últimas emisiones, pero también los costos no cubiertos de un evento catastrófico en el presupuesto anual pueden ser incalculables. Sólo considere que, aunque en nuestro país ocurrieron más de 23 mil sismos con intensidad menor a 3.0 el año pasado, esta cantida se reduce a 2.0 con intensidad 6.0 a 6.9 y no ocurrió ninguno con intensidad superior a 7.0.

En los últimos 30 años han ocurrido 15 sismos con intensidad superior a 7.0 y sólo 1 (en 2017) con intensidad superior a 8.0. Este es uno de los riesgos que cubre el Catastrophic Bond. En materia de huracanes la ocurrencia es de cinco eventos de gran magnitud en promedio por año, pero de acuerdo con el Hurricane Research Division de la NOOA, y considerando ciclones tropicales con intensidad superior a 65 nudos, México se coloca en la cuarta posición por la cantidad de azotes de ciclones registrados desde 1970. Este es el segundo tramo del Catastrophic Bond.

La nueva transacción anunciada por México sería la sexta, la más importante y, en mi opinión, del mercado. La mejor cubierta porque atiende la experiencia previa. Mediante el Fonden, México paga la prima o tasa anual de las notas emitidas a cambio de que el mercado tome el riesgo de pagar la suma asegurada en caso de catástrofe.

El último que se emitió fue en 2018  (IBRD CAR 118-119). Fue un bono híbrido porque el BIRD (brazo financiero del Banco Mundial) se quedó con los recursos de la emisión de un bono para fondear el desarrollo sostenible y, a cambio, garantizó una parte del pago en caso de la ocurrencia de una catástrofe. Eso bajó el costo de la prima para México, pero también la suma a pagar de los inversionistas.

En 2017, en el terremoto de Chiapas, si aplicó la cobertura en favor del Fonden, no así por el de la Ciudad de México, porque sólo se había listado un terremoto con escala superior a 7.0, en 2014 y hubo una gran crítica porque la cobertura no incluía el choque de dos tormentas como la que ocurrió en Acapulco el 17 de septiembre y, en el caso de 2012, el desastre del huracán Patricia se pagó. Las otras dos emisiones fueron las de 2009 y la primera de 2006. Con la emisión del bono, el gobierno mexicano, a través de Agroasemex, firma con Swiss Re el reaseguro que se conviene con el Banco Mundial. Una estructura similar recientemente se firmó con Filipinas.

El nuevo Cat Bond de México, que tendrá vigencia de 4 años, está integrando por cuatro tramos de notas de capital, dos estarán ligadas a la posible ocurrencia de terremotos con escalas superiores a 7.0, un tramo para proteger la ocurrencia de un huracán procedente del Atlántico, y otro cubriendo la costa del Pacífico.

Cubre también la posibilidad de que ocurra un terremoto en Estados Unidos (como California) que pudiera dañar en México, o por la movilidad de una tormenta que puede crecer en intensidad en EU o Centroamérica o brincar del Atlántico al Pacífico e impactar con severidad en México.

La oferta que circuló ayer en el mercado incluye 125 millones de dólares de notas Clase A para cubrir el riesgo de un terremoto (0.9% de ocurrencia de pérdidas) y una prima de entre 3 a 3.5%; las notas Clase B por 100 millones de dólares, para uno de mayor riesgo de ocurrencia (pérdidas posibles de 5.78%) y prima de 8.25% a 8.75%.

Para tormentas se emite la Nota Clase C por 100 millones que cubre el riesgo de huracán en la costa del Atlántico, por el que se ofrece una prima de 10 a 10.5% y, finalmente, la Nota D para huracanes de la costa del Pacífico con pérdida posible de 4.06%, y prima ofrecida de entre 6.75 a 7.25%.

Cada tramo tiene tasas de pago de entre 25 y 100% de la catástrofe, en función de donde un terremoto ocurra (si es una zona muy poblada como la ocurrida en la Ciudad de México en 2017) y que tan poderoso sea y, en caso de tormenta, ubicación e intensidad son los factores que determinarían el pago en favor de México.

 

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