Rubén Rocha movió el avispero!

Es increíble que el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, quien debiera ser el garante de la legalidad en su entidad, alborote más el avispero al instar a la toma de bodegas de empresas comercializadoras, sólo para desviar la atención sobre el problema en que se metió al prometer subsidio para unos productores de granos (maíz) y no para todos ni en todos los estados. Su problema es haber distorsionado el mercado más de lo que está y no entender que lo mismo los productores pecuarios que los comercializadores pueden echar mano de una abundante oferta de maíz (no de Sinaloa) porque se han modificado las condiciones de los mercados respecto al periodo 2020-2022, y en ausencia del programa de coberturas contra precio objetivo, que se eliminó de plumazo en esta administración, hoy no hay un sistema de compensación de precios básicos para el productor.

Se da precio de garantía a productores de una a 10 hectáreas, pero ¿a poco cree el gobernador que se paga a seis mil 965 pesos la tonelada de maíz en Hidalgo o en Chiapas? ¡Pues no! Ahora se entiende por qué el aspirante a la Presidencia, todavía secretario de Gobernación, Adán Augusto López, lo mandó a volar, pues su decisión de gestionar con el Presidente subsidio para unos productores, no sólo desequilibra el mercado, sino que además es muy costosa, económica y políticamente, la solución que puede tener en sus manos el Ejecutivo. Esos agricultores a los que insta a tomar bodegas, producen 65% del grano mexicano.

Los productores tuvieron tres años de precios altos, pero no necesariamente de vacas gordas, pues, recuerde que el precio de los insumos para la producción aumentó de forma desmedida y con ello los precios registrados en el CME, por la escasez de grano (maíz, sorgo, trigo) que se originó en el cierre de economías completas durante la pandemia, se exacerbaron por la invasión rusa a Ucrania, y aumentó por sequías intensas en todo el orbe.

La política de comercialización que se estableció en 2002 sustituyó a la de precios de garantía de Conasupo, que se acotó a precios sobre maíz, trigo, sorgo y frijol con Salinas y que Zedillo intentó liberalizar eliminando todo subsidio. El caso es que escenas como las que hemos visto, con tomas de carreteras y el vertido de grano frente a Segalmex, parecían haberse erradicado en México. ¡Pero Rocha despertó al dinosaurio, que ya traía lo suyo desde que se decretó la eliminación del sistema de coberturas (Aserca)! Resolver el problema puede costar entre seis mil millones y 10 mil millones de pesos. Vea usted: El precio de la tonelada de maíz estuvo ayer en 240 dólares la tonelada en Chicago, a eso se agrega el copete de las bases para determinar el precio productor puesto en México (que determina Sader) y sube en 64 dólares. Redondeemos a 300 dólares la tonelada, multiplicado por 17.12 que cerró el FIX,  y el precio productor se ubica en cinco mil 136 pesos la tonelada, pero el gobernador prometió comprar dos millones de toneladas a seis mil 965 pesos, lo que implica un subsidio de mil 829 millones de pesos.

Si operara la cobertura, sustentada en el sistema de agricultura por contrato, implicaba que, cuando el precio estaba como hoy, por debajo del precio convenido antes de la siembra, Aserca pagaba la diferencia con la cobertura y una parte la pagaba el productor y, si quedaba por arriba, la empresa tomaba su propia cobertura para cubrir la diferencia y no afectar sus números.  Así se estabilizó desde 2002, no sólo el precio, sino también se neutralizó la presión política por el efecto cíclico y periodos de volatilidad. De hecho, el precio sigue siendo alto para el histórico en México, que ronda entre cuatro mil y cuatro mil 500 pesos la tonelada, en parte porque sigue arrastrando altos precios de insumos y altos costos de transporte e inseguridad. Rocha, o quien lo mal asesoró, pensó que con sacar dos millones de toneladas del mercado comprando una reserva estratégica, resolvería un problema de excedentes, pero lo único que mostraron fue su visión de ombligo, porque, incluso el mercado de la tortilla prefiere comprarle en el mercado mexicano al pecuario que puede importar más barato GEM, que seguir comprando maíz mexicano por arriba del precio de mercado.