Y ahora… ¿la madre de las licitaciones de la consolidada?

Lo inédito es que el estudio de mercado propuesto es para definir la compra consolidada bianual para los ejercicios 2023 y 2024. ¡Inédito y madre de todas las licitaciones!

Lo segundo, también sorprendente, es que incluye a todas las dependencias del gobierno federal: IMSS, que es el gran usuario y consumidor de claves y tiene la responsabilidad de entrega puntual del medicamento; IMSS Bienestar, cuya compra tampoco administrará el equipo de Zoé Robledo, sino del subsecretario López-Gatell en Salud: ISSSTE, Sedena, Marina, Guardia Nacional, Penales e Institutos de Salud. Pemex no se incluye, como tampoco entra la Ciudad de México porque la secretaria Oliva López Arellano hace su propia compra de medicamentos.

El total de piezas mínimas solicitadas es de 870, 285,782, con importe mínimo de 71 mil 745 millones de pesos y el máximo bianual de 2 millones 175,663,725 unidades, con importe máximo de 179 mil 71 millones de pesos.

La investigación de mercado tiene por objeto ver la respuesta de la industria nacional para realizar la compra bianual y después de la presentación de la información (28 de septiembre); se supone que en unas 6 semanas se realiza la licitación. Estamos hablando de mediados de noviembre o fines y, por lo mismo, llega tarde para efectos de planeación productiva porque las primeras entregas serían en enero de 2023.

Llama la atención que se insista en dar la responsabilidad de la megacompra de TODO el gobierno al Insabi y que mantenga a UNOPS, cuando ambas no lograron ni el 30% de la compra consolidada del año pasado (lo hicieron mejor Raquel Buenrostro y Thalía Lagunas) porque le han encarecido al presidente López Obrador el costo político del abasto de medicamentos, no sólo el económico.

Resultado: más del 50% de los medicamentos de la compra del 21 para el 22 se adquirió por adjudicación directa, incluyendo los contratos de distribución. Birmex no entiende de logística, como tampoco las adjudicadas que subcontratan a quien sabe distribuir, por ende, los precios de adquisición son iguales o más caros que los del mercado privado y el sobrecosto se estima en 40 mil millones de pesos. ¿Cuál ahorro?

Por los números, ésta será “La-Ma-Dre” de todas las licitaciones: plantea el doble de la realizada el 21 para el 22 en claves, 40% más en piezas mínimas y máximas, y 7.5 veces más el monto de recursos estimados para la compra, ¿inflación?

Un dato que se me pasa. En los procesos de adjudicación directa, la realidad es que la industria establecida en México es la que ha garantizado la oferta y el abasto y, evidentemente, podrían tomar la experiencia para dejar de hacer experimentos con compritas en el exterior. ¡Lo dicho!, falta visión de Estado, no sólo capacidad profesional. ¡Pobre Presidente!

La BESA entró en funcionamiento en octubre de 2021 con el registro obligatorio de los contratos, cuyos montos ascienden a 15 millones de pesos o más, o su equivalente en moneda extranjera, y el pasado 26 de agosto se activó la segunda etapa, entra en operación un sistema de alertas que detecta irregularidades durante el seguimiento a la ejecución de los contratos de adquisiciones, arrendamientos y servicios, desde su formalización hasta la recepción y pago de los bienes y servicios en 549 unidades compradoras al día de hoy.