Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

21 Ago, 2020

¿Y las denuncias congeladas vs. Lozoya?

Lozoya tuvo aliados y construyó enemigos, pero siempre —hasta el 2016— tuvo derecho de picaporte con el presidente Enrique Peña, derecho que, incluso, confrontó en su momento a este último con Luis Videgaray.

Y si el fiscal Alejandro Gertz Manero quiere, efectivamente, judicializar el caso Odebrecth, no la denuncia filtrada que hemos conocido, podría revisar el expediente que se inició con denuncia efectiva y bien construida, presentada por José Antonio González Anaya al llegar a la dirección general de Pemex, en febrero del 2017 y que fue alimentada ése y el siguiente, cuando ya estaba al frente Carlos Treviño.

El expediente en manos del exprocurador Raúl Cervantes, fue investigado por el entonces titular de la Fepade, Santiago Nieto, hoy titular de la UIF, y de hecho fueron la causa de su separación días después de la salida de Cervantes y ya con Alberto Elías Beltrán, encargado del despacho. Elías Beltrán con Cervantes encabezaba la subprocuraduría de Asuntos Internacionales y fue enlace con las autoridades de Brasil para el caso Lava Jato y Odebrecht, que implicaba a Emilio Lozoya.

Según las declaraciones y pruebas juradas de Luis Weyll y otros dos empleados de Odebrecht, él entregó a Lozoya los 10 millones de dólares entre 2012 y 2016 por ayudar en la firma de contratos, y se le entregaron 4.1 millones de dólares entre abril y noviembre de 2012, es decir, durante y después de la campaña electoral del primer año.

Además acusaron que el pago respondía a “una manera de asegurarse el favor de alguien que por aquel entonces se consolidaba por su cercanía al hoy Presidente”.

¿Por qué da coraje el curso que toma el caso?, porque este asunto es fundamental para combatir la impunidad y corrupción en México, y la oportunidad sigue estando ahí. Si Lozoya no entrega pruebas de sus dichos, no pasará de un escándalo pírrico, dado que él no deja de ser un personaje de tala media.

No es ninguno de los expresidentes y, si la mediatización del expediente Lozoya se realizó por tratar de sacar mayor ventaja política y promover la contrarreforma energética, no sólo se volverá en un viento de cola como el que quiere el Presidente que le alcance hasta mediados del 2016, sino que será su viento de cara, ya que no sentará precedente para acabar con los pactos de impunidad.

Vea el caso: El contrato con Odebrecht para la construcción de Etileno XXI, se asignó en concurso en 2009 y se firmó en 2010. Por las fechas ni Meade ni González ni Treviño, figuraron en la decisión.

El primero era subsecretario de Ingresos y luego del ramo y, fue secretario de Energía en 2011 entre enero y septiembre; el segundo era titular de la Unidad de Coordinación con entidades federativas y a la salida de Meade de Ingresos ocupó su lugar. El tercero fue subsecretario de Egresos con Cordero, pero cuando se negoció y firmó el contrato Odebrecht estaba en la Financiera Rural.

La denuncia formal contra Lozoya fue presentada en enero del 2017 y lo supo EPN. Esto por la abultada deuda (Lozoya la elevó de 60 mil millones de pesos a 3 mil millones de pesos y embarazada presupuestalmente para 100 mil millones), más una deuda a proveedores que totalizaban 147 mil millones de pesos.

El escándalo de Lava Jato se hizo público en diciembre del 2016, y la posibilidad de que acreedores demandaran a Pemex argumentando que las decisiones tomadas por Lozoya habían operado en su perjuicio era una amenaza real.

Para ello se contrató a Hogan Lovells y tras el análisis del caso, la decisión fue demandar a Lozoya, el hoy “protegido por la PGR”. Eso evitó responsabilizar a Pemex.

Gertz puede convocar a Santiago Nieto, y éste último podría presentar la denuncia por las amenazas que recibió de Lozoya y la destitución ordenada desde Los Pinos. Han pasado 3 años y los delitos no han prescrito.

Si Gertz quiere ir más lejos, ¿a nadie le quedó claro cómo fue y a dónde fueron a parar los 40 mil millones de dólares del incremento de la deuda de Pemex, saldo que, desde entonces, ha mantenido en un vilo la solvencia financiera de esta empresa que de caer, se lleva de bruces a las finanzas públicas del país.

 

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