Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

19 Oct, 2018

¿Y qué pasaría si le dicen adiós a AMLO?

¿Quiénes osarían pensar en esa posibilidad?, se preguntará usted. La respuesta es: las empresas de telefonía móvil con excepción de América Móvil, que dirige Daniel Hajj, pues con la carga impositiva directa e indirecta que tienen y, sobre todo, las obligaciones de pago de espectro que tienen para el año que entra, les aseguran otro año de resultados con pérdidas.

La única manera de ganar dinero es tener 65 millones de clientes en México o te resignas a perder 27 mil millones de pesos como AT&T México, que dirige Kelly King, o especulas entre quedarte o irte porque apenas ganas dinero después de 20 años de mantener la inversión en México como en el caso de Telefónica.

Telefónica de Carlos Morales, por ejemplo, ha tenido un lapso de 5 años donde el trabajo de administración y eficiencia, le han permitido mantener un rango de inversión de 4,500 millones de pesos, como el 12% de sus ingresos, pero el año que entra, entre el pago para renovar la banda de 1900 MHz que compró con Pegaso hace 20 años, el pago de la banda de 2,500 de la licitación de este año y los derechos anuales, simplemente, regresarán a acompañar a AT&T en acumulación de pérdidas.

Y mire, me atrevo a asegurarle que los tres operadores (incluyendo América Móvil), consideran que el precio del espectro es muy alto, sino también los operadores punto a punto como Maxcom, Axtel y Megacable, porque el gran problema que enfrenta la industria con la política de recaudación,  no se incentiva la expansión de redes a zonas de menor penetración, dado que al estar indexado el pago del espectro a la inflación y tomar en cuenta referentes de precios de países con mayor ingreso per cápita y mejor distribución del ingreso, provocan una permanente concentración en mercado y para clientes de mayor poder adquisitivo.

Creo que, en especial, Gerardo Esquivel, quien será subsecretario de Egresos, será muy sensible a la ecuación, pues el presidente electo, López Obrador, ha mencionado su compromiso por lograr una cobertura de la red de internet de última generación en todas las zonas del país, especialmente las urbano marginales, y aunque la Red Compartida abre la posibilidad de alcanzarlo, para esta última será un problema si no logra comercializar sus servicios de mayoreo con operadores como los arriba mencionados.

¿Qué se plantea? Que se revise el método de indexar el derecho que se paga por el espectro a la inflación, considerando la realidad del sector. Sólo ayer, el IFT, que preside Gabriel Contreras, dio a conocer que para el 2013 (año de la reforma constitucional de telecomunicaciones), se cursaban en la red 35 mil millones de minutos, para el segundo trimestre de 2018, alcanzó casi los 75 mil millones de minutos, es decir, un crecimiento promedio anual de 51.6 por ciento.

“Es relevante mencionar que de 2015 a 2016, el tráfico se incrementó 1.6 veces, posiblemente como resultado de la caída de los precios de telefonía móvil, así como de la mayor competencia entre los operadores observada después de la entrada de AT&T y los operadores móviles virtuales (OMV), lo que incrementó la oferta de servicios para los usuarios”, dice el IFT.

Piense el detalle. Según el INPC reportado por el Inegi y consignado en julio pasado por el IFT, los precios de los servicios de comunicaciones —entre los que se encuentran la telefonía fija y móvil y el internet fijo—, mantienen por 25 quincenas consecutivas su tendencia a la baja.

Si los precios bajan en el sector, ¿por qué se mantiene como referente para el cobro del derecho la indexación al índice general? La carga fiscal derivada del uso del espectro se estima en 25% del total de los ingresos anuales de los operadores, y si suma el IEPS, el IVA y todo lo demás, es cercana al 46 por ciento.

Ni la matriz de AT&T ni la de Telefónica, quieren invertir más de lo que lo han hecho este sexenio, más aún, en el caso de Telefónica, la matriz podría tomar alternativas para ampliar su capital asociándose en una porción accionaria con un tercero, pero tendría que ver un incentivo claro para hacerlo y, mientras el 90% del valor del espectro lo fije el Congreso año con año en el presupuesto anual, resultará muy difícil seguir operando en un entorno de muy reducido margen y muy alta demanda de inversión. Sólo el año que viene tendrá que pagar ocho mil millones de pesos por el espectro.

DE FONDOS A FONDO

Como se esperaba el alza del combustible y las presiones en el tipo de cambio continúan presionando los márgenes de las aerolíneas nacionales. Aeroméxico, que lleva Andrés Conesa, reportó resultados y aun cuando mantuvo a flote la utilidad operativa con un margen de 1.3 por ciento que representa algo así como 10 millones de dólares, la utilidad neta es negativa por 617 millones de pesos, alrededor de 30 millones de dólares.

Este resultado está asociado al aumento del 45.7 por ciento en el precio del combustible si se le compara con el mismo trimestre del año anterior, pues los ingresos por pasaje mejoraron y aumentaron los ingresos por otro tipo de cobros, pero fueron insuficientes para compensar el alza de la turbosina.

El exceso de oferta que tienen el mercado doméstico ante la llegada de equipos de aviones con más capacidad también anticipa una etapa que recuerda la vivida en 2009 y 2010. Por ello, es entendible que Aeroméxico decidiera reducir su flota —adelantando la entrega de aviones que tenían un plazo de vencimiento en el corto plazo— y rediseñando su red de rutas para suspender destinos poco rentables.

El ciclo de la aviación positivo en México ha durado casi una década y veremos si este movimiento que fue bien recibido por el mercado es seguido por el resto de las líneas aéreas nacionales para los siguientes meses. Hoy reporta Volaris, de Enrique Beltranena.

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