Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

6 Oct, 2021

¡Ya es posible la Incorporación Voluntaria al IMSS!

En 2020, el 73.5% de la población del país estaba afiliado a los servicios de salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que dirige Zoé Robledo, es el organismo tripartito que concentra casi el 80 por ciento del servicio de salud incluyendo IMSS Bienestar.

En el IMSS hay 20.6 millones de trabajador@s afiliados, pero se estima que hay cerca de 12.5 millones de trabajador@s independientes sin seguridad social, lo que implica que no tienen servicio de salud pública, pero tampoco acceso a la seguridad social (protección por desempleo, fallecimiento, riesgos de trabajo, enfermedad, guarderías y ahorro para el retiro). Por eso le digo que la noticia de que ya es posible la incorporación de esos trabajador@s independientes al Régimen Obligatorio del IMSS es ¡de mañanera!

Y, podría asegurarle que será trascendente, incluso para el régimen de seguridad social en el continente americano, pues ni Canadá ni Estados Unidos podrían alcanzar una cobertura universal por lo complejo de sus sistemas, donde el grueso de la aportación la realiza el o la trabajad@r  y el gobierno únicamente paga la cuota social de 0.5 por ciento.  

Recuerdo que el presidente López Obrador definió el año pasado el objetivo de su gobierno en materia de seguridad, y pasó de noche el que dio la instrucción al director del IMSS para lograrlo. Pero sí, Robledo y el equipo que asignó a la maestra Norma Gabriela López Castañeda, directora de Incorporación y Recaudación, lo lograron en tiempo récord, sin que ello menoscabe ni las finanzas del IMSS ni recargue el presupuesto federal. Decía Robledo que la formalización del empleo puede crearla justo este tipo de acciones, porque cuando se define un empleo formal de uno informal, hay dos elementos que le caracterizan: tienes o no seguridad social y, pagas o no impuestos.

Si le abres la puerta al trabajador@r por su cuenta o independiente a formalizar una de esas puertas, avanzas en el mayor reto que tiene esta economía en materia laboral: la formalidad.

Desde enero, el programa piloto estuvo prácticamente listo, que es independiente del régimen de incorporación para trabajador@s del hogar. Lo sorprendente es el cálculo de aportación, ya que depende del ingreso que registre el o la trabajad@r independiente. La aportación mínima sería menor a 40 pesos diarios (1,150 pesos mensuales), algo realizable para un trabajad@r de reparto, un jardinero, un jornalero, un taxista, reporteros, pero también dentista, abogado, ingeniero o cantante.

Y no queda ahí. Los casi 6 millones de inscritos en el régimen de servicios profesionales pueden incorporarse y, definir su aportación considerando, incluso, su ahorro para el retiro. Hoy el máximo de aportación (topado) es equivalente a 25 UMAS, que equivalen a 6,000 pesos al mes.

De acuerdo con el Censo 2020 hay 32.99 millones de personas que no se encuentran afiliadas a ningún sistema de salud, 11.14 millones son menores de 19 años, 19.9 millones tienen de 20 a 64 años, mientras que 1.94 millones tienen 65 años o más. No todas son personas trabajador@s, sino que son familiares en su gran mayoría no aseguradas. Esa población podría incorporarse al servicio de salud porque el o la trabajad@r independiente puede afiliarl@s.

Ésta ha sido la aspiración que en materia de seguridad social ha tenido la mayor parte de la población que cambia su ciclo laboral, porque unas veces puede emplearse con una empresa, otras ser trabajad@r independiente, otra combinar sus ingresos y otras más quedar desempleado.

La posibilidad que abre este régimen va más allá, porque nunca pierde la afiliación mientras pague la cuota de su seguridad social, ¡con independencia de su condición laboral!

Para el sistema, la acumulación de semanas pagadas y cotizadas también dejaría de ser un problema porque la recaudación sería constante. Un régimen universal de seguridad social ¡autosustentable! El programa piloto ya tiene 5,000 afiliados y está creciendo.

La gente que se está pensionando lo está haciendo bajo el esquema de 1973, pero la generación de 1997 que comienza a jubilarse en 10 años, tendrá que mejorar la aportación, dando, sobre todo, continuidad a su aportación y aumentando el monto contribuido porque no habrá sistema público que lo cache, salvo la Pensión de Bienestar.

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