Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

26 Mar, 2020

¿Cuándo y cómo parará esto?

Hoy, son más los ¡no sé!, que las explicaciones pretendidamente informadas. A las preguntas del título podríamos agregar algunos miles o decenas de miles más; una o varias por cada uno de nosotros y las respuestas serían, casi siempre, un no sé.

¿Cómo es posible responder a cada pregunta con un no sé, cuando la avalancha de tuits y mensajes en relación con esta pandemia nos aplasta? ¿Por qué cada uno dice tener la explicación de por qué estamos pasando por esto, pero cuando se le interroga por el cuándo y el cómo nada dice, salvo el conocido no sé?

Si bien en los países donde primeramente se dejaron sentir los efectos de la epidemia —luego pandemia—, empiezan a encontrar los primeros elementos de la causa, en los otros —como serían los casos de Estados Unidos y México—, las cosas lucen más confusas cada día que pasa. Es a tal grado la confusión e irresponsabilidad de algunos, que Miguel Barbosa declaró “están contagiados los ricos; los pobres somos —usó el plural en una muestra del peor de los cinismos— inmunes”.

Por otra parte, la compañía Roche anunció que las autoridades sanitarias de Estados Unidos aprobaron, en fast track, la prueba rápida en contra del virus que ha causado parte de los problemas que enfrentamos; restaría ver cuándo llegaría a decenas de países y fuere aplicada a millones de habitantes de todos ellos.

La prueba rápida, evidentemente, ayudará en la parte médica de los problemas que enfrentamos; sin embargo, lo que vemos y enfrentamos hoy en la esfera económica seguramente tardaremos meses y, en algunos casos, años en corregir, para regresar a la normalidad, que ya extrañamos.

Repitamos la pregunta del título, pero circunscritos a México: ¿cuándo y cómo parará esto? ¿En verdad —como afirma el hoy famoso vocero, doctor López—, esto durará de aquí a octubre del año en curso? ¿Y por qué descartar la concreción de la eventualidad, al igual que en el año 2009, del cese de aquél debido a los graves errores cometidos, al igual que le sucedió hace once años?

Ahora le pregunto a usted, ¿tiene idea de cuándo va a parar la situación inédita que enfrentamos hoy? ¿Le parece factible que México, con una debilísima institucionalidad, un sistema de salud pública colapsado y casi en ruinas, y unas finanzas públicas, cuya debilidad es ya peligrosa, podría recuperar su “normalidad” en octubre de este año?

Si bien yo tampoco tengo idea alguna del cuándo —al igual que usted—, en el aspecto económico veo las cosas complejas y muy graves. El gobierno federal enfrenta una carencia de recursos tal, que vuelve ilusoria la pretensión de que los efectos económicos de la pandemia no serán graves y la derrotaremos en toda la línea porque no sólo “somos mucha pieza” sino que tenemos “guardados” 400 mil millones de pesos.

Los daños a la economía, tanto en su parte formal como informal son hoy, para decirlo suavemente, inimaginables. Desempleo, cierre de empresas y la quiebra de no pocas serían los elementos centrales del panorama económico que incluye la caída del PIB cercana al cinco por ciento.

¿Habrá efectos políticos de esto? Por supuesto; es más, ya los pronósticos para julio del año 2021, van adelantados.

 

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