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CIUDAD DE MÉXICO.- Las circunstancias que actualmente se están viviendo a nivel mundial a causa del COVID-19, no solo han provocado que los ciudadanos se mantengan en sus casas confinados, sino también automóviles han quedado detenidos por un tiempo prolongado, con todos los riesgos técnicos que ello conlleva.
Millones de autos a día de hoy se encuentran estacionados por varios meses sin ningún tipo de movilización. Aunque es cierto que los riesgos son menores, después de unos 15 o 20 días tendrás que tomar algunas medidas para que tu coche se encuentre en perfecto estado al momento de volver a usarlo con normalidad.
Ten en cuenta que no solo es importante mantenerlo limpio y desinfectado, sino también hacerle mantenimiento cada cierto tiempo. Por ello, Kavak comparte los consejos más útiles para cuidar tu automóvil en esta cuarentena:
Quizás has tenido la necesidad de usar el coche durante la contingencia, bien sea porque has necesitado trasladar a familiares, realizar alguna compra o atender algún pendiente. De igual forma, sea cual sea el motivo de utilización del auto este tiempo, debes extremar las medidas de higiene y desinfección:
Es importante también, que si vas a movilizarte con otros pasajeros, tomes las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades:
Después de limpiar el auto a conciencia, es muy importante que lo arranques y hagas algunos “ejercicios” para que siga en óptimas condiciones. Para esto, te recomendamos:
Arranca el coche con cierta frecuencia y desconecta la batería
La batería es uno de los elementos vitales de tu coche, y también uno de los que puede quedar más perjudicado por el no-uso del vehículo. La batería aporta la energía necesaria para que todos los elementos eléctricos del vehículo funcionen. Y por supuesto nutre al motor de arranque, encargado de poner en marcha nuestro coche.
Si la batería es nueva o tiene poco tiempo, lo más seguro es que cuando vuelvas a arrancar el vehículo tras algunas semanas sin moverlo todo funcione correctamente. Pero las baterías con más tiempo pueden descargarse hasta tal punto que nos será imposible arrancar el coche de nuevo.
En cualquiera de los casos, puedes poner en práctica dos pequeñas soluciones para evitar que te quedes sin batería:
La primera es que arranques el coche cada cierto tiempo. Una solución muy simple, aunque poco viable si está aparcado en la calle. Esta es una opción perfecta para aquellos que tienen garaje privado, pero recuerda abrir la puerta para ventilar los humos.
La segunda opción es desconectar el terminal negativo de la propia batería. Es muy fácil. Sólo hay que aflojar una tuerca, generalmente con una llave de 10 mm, y retirar el cable para que deje de hacer contacto con el borne negativo. Antes asegúrate que el sistema general del coche no sufrirá ningún desajuste importante, especialmente en modelos de última generación en los que el sistema eléctrico es el encargado de prácticamente todo. Ponte en contacto con la marca de tu coche para verificarlo.
Una vez realizado este simple paso, la batería no se descargará y podría aguantar hasta más de 3 meses sin problema (depende del estado de la batería). Por cierto, un consejo, encintar el cable negativo que has extraído con cinta aislante o similar mientras no está conectado es una buena idea.
Mantener la carga de la batería es importante. Si tienes un cargador portátil, conectarla unas horas cada cierto tiempo debería ayudarte a mantener el voltaje óptimo.
Al no usar el coche por tanto tiempo, lo más probable es que alguna manguera o junta puede haber perdido líquido. Revisa la calidad de aceite, el cual es muy propenso a perder sus cualidades cuando no se usa.
Es importante que primero te fijes que tienes tu coche estacionado en un lugar seguro. Si es así, entonces es recomendable que quites el freno de mano. De esta manera evitarás que las pastillas de freno se peguen.
Los neumáticos son una de las partes más importantes y a la vez delicadas de cualquier coche. Es por esto que cada cierto tiempo es preciso que revises y controles la presión de los mismos, para evitar malformaciones y añadir aire si es necesario.
Si puedes hacerlo, mueve unos centímetros el coche para adelante o hacia atrás cada cierto tiempo. Con este sencillo paso evitarás que el peso del vehículo recaiga siempre sobre el mismo punto en los neumáticos. Así podemos minimizar una posible deformidad de estos a la larga.
Lo ideal es sobreinflar ligeramente los neumáticos por encima de la presión recomendada por el fabricante. De esta forma la zona donde apoya el neumático con el asfalto no queda tan “aplanada” y la deformidad es mucho menor.
De forma periódica, enciende el aire acondicionado por unos minutos para permitir el flujo del mismo. Sube y baja unas tres o cuatro veces las ventanillas para movilizar sus circuitos internos. Por último, activa por unos 10 segundos los limpiaparabrisas. Esto permitirá que los sistemas tengan movimiento y no se traben por el paso del tiempo.
Por último, aunque no vas a estar usando tu auto con frecuencia, llenar el tanque evitará que se deteriore, sobre todo con vehículos de mayor antigüedad.
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