3 pasos a seguir si tienes problemas financieros

Debido a la contingencia, muchas personas están sintiendo por primera vez con intensidad los efectos de tener problemas financieros. Es cosa seria, pues los estudios demuestran que el estrés provocado por una crisis financiera podría causar problemas graves de salud física y mental.

Te recomiendo leer todas las ligas incluidas en este artículo, aunque reconozco que es bastante trabajo. Sin embargo, ¿no vale la pena invertir algo de tiempo en tu futuro financiero? De él depende mucho de tu futuro. Durante estos tiempos difíciles, lo que quiero que te quede claro es que el dinero sí es importante, y concentrarte en mejorar tus finanzas es vital.

No hagas caso a esas frases tan trilladas y tan erróneas que minimizan el papel del dinero en tu vida. Por ejemplo: “Las mejores cosas en la vida son gratis”. Definitivamente nada es gratis. Por ejemplo, se dice que la lactancia materna es gratis, pero para ella es necesario que la madre dedique alrededor de 35 horas semanales. ¿Una mujer dedicada de lleno a amamantar y que no puede trabajar y generar ingresos ni limpiar la casa ni cocinar es gratis? ¿La comida que debe consumir para nutrirse ella y el bebé son gratis? Hay otra frase que dice: “Lo mejor de la vida no se compra con dinero”, y aunque es cierto que no se pueden comprar la amistad, el amor ni la salud, también es cierto que, sin la herramienta del dinero, cultivar amistades, buscar pareja y cuidar el cuerpo se vuelven tareas titánicas. Esto se debe a que lo mejor de la vida requiere de tiempo, y si estás bien quebrado tienes que vender tu tiempo al mejor postor, trabajar y trabajar, descuidando a la familia, los amigos, el ejercicio y la dieta.

A veces, los problemas financieros llegan para que podamos evolucionar, o revolucionar nuestra mente. Llegan para decirnos que hay un desequilibrio en nuestra vida o en nuestras prioridades, nos susurran al oído que hemos dejado de ser fieles a nosotros mismos y a lo que en verdad necesitamos para vivir bien. Los problemas de dinero no se arreglan con dinero: se arreglan con una transformación.

Con este artículo quiero plantearte tres pasos que te ayudarán a salir de tus problemas financieros y con ello, a revolucionar tu vida.

Protege tu mente

Si en este momento tienes dificultades económicas, lo más importante es que no gastes tu energía pensando en ellas, pues ello solamente servirá para sumirte en la desesperación. Es muy normal que el cerebro rumie los problemas, y vuelva a ellos una y otra vez. Cuando eso suceda, respira profundo y recuérdate a ti mismo que no ganas nada torturándote. También recuerda que tú decides la actitud con la que quieres enfrentar estos problemas, y esta actitud no solamente te afectará a ti sino también a tus seres queridos.

Sin embargo, tranquilizar tu mente no significa que no pongas manos a la obra. Es muy importante que hagas algo para salir del agujero. Sin embargo, durante el proceso de recuperación que aquí te planteo, recuerda siempre que tú no tienes la culpa de que estés pasando por este mal momento: hay muchos factores que pueden producir problemas económicos y no todos están en tus manos. Así que no pierdas el tiempo sintiéndote culpable y mejor enfócate en sentirte responsable: la persona culpable se siente impotente, la responsable sabe que está a cargo de resolver las cosas.

Una vez que hayas puesto un hasta aquí a los pensamientos obsesivos sobre tus finanzas (aquí hay muy buenos tips para lograrlo), que te hayas liberado de la culpa y que hayas decidido que eres responsable de tu futuro, es el momento de buscar las herramientas que te sacarán del agujero. De eso trata el paso 2.

Consigue herramientas

Bueno, has caído en un pozo profundo. Ya has tomado el primer paso y en lugar de caer en la desesperación, estás respirando profundo para calmarte y juntando toda tu energía para enfocarte en lo único que puedes controlar: tu actitud y tus acciones enfocadas en hallar una solución.

Ahora mira a tu alrededor e identifica herramientas para salir de ahí… una soga, una escalera, una piedra filosa. A veces no nos damos cuenta de todos los recursos que tenemos a nuestra disposición, que pueden ser financieros (pensiones, seguros, inversiones, ahorros, propiedades, negocios, un empleo, equipo tecnológico) y también humanos (amigos y familiares que podrían apoyarte, contactos, clientes), internos (intereses, habilidades, idiomas, certificaciones, experiencia, resiliencia, paciencia, inteligencia, sociabilidad), físicos (salud, juventud, músculos, voz), o logísticos (las personas, negocios, vialidades y recursos naturales cercanos a donde vives, tu tiempo disponible, etc.). Haz una lista que incluya todo aquello de lo que puedes echar mano para salir adelante. Esta lista la usarás en el paso 3.

Otra herramienta útil será contar con un registro de ingresos, egresos y deudas, que te permitirá saber qué tan profundo es el hoyo en el que estás. Este registro también lo usarás en el paso 3.

La última herramienta es una que deberás fortalecer toda tu vida, porque te servirá siempre: cultura financiera. Desgraciadamente, hay mucha basura en el mundillo de la información financiera (lee, por ejemplo, este artículo sobre el costo de la asesoría financiera gratuita). Debes ser muy escéptico con este tema pues, como te imaginarás, hay muchos intereses que interfieren con la calidad de la información. Empieza por dudar de cada una de tus creencias financieras actuales, porque ellas te han traído hasta este momento difícil, ¿no es así? Para lograrlo, te recomiendo dar clic en mis dos artículos para descubrir si los aprendizajes de la infancia, y tus ideas financieras son las que te hacen vulnerable.

Yo te recomendaría que leas y veas a una gran variedad de autores y perspectivas, no te quedes nunca con una sola, al menos que sea la mía... no es cierto, también pon en duda lo que yo te diga, faltaba más.

Haz un plan de acción… o mejor haz tres

Al cuestionar tus conceptos financieros, habrás podido ver algunas de las causas “psicológicas” de tu problema actual. Ahora es el momento de que analices el registro que hiciste de ingresos, egresos y deudas, pues ahí deberían verse perfectamente las causas “matemáticas” de tu problema. Quizás tuviste buenos ingresos anteriormente, pero con ellos aumentaste también tus gastos, en un fenómeno llamado inflación del estilo de vida, gracias a lo cual no ahorraste lo suficiente para enfrentar las vacas flacas. O tal vez tuviste un accidente y no tenías seguro. O es posible que tus ingresos sean tan flacos, que sientes que por muy administrado que seas, nunca podrás ahorrar lo suficiente para tener tranquilidad financiera. Observa muy bien las cifras, saca conclusiones, y platica con alguien de confianza sobre ellas, pues quizás te ayudará a identificar algo que se te esté pasando.

Ahora sí, una vez establecidas las causas, llegó el momento de atacar el problema por todos los frentes, que son tres:

Frente 1 – Mejora tus ingresos – Armado con la lista de tus recursos que hiciste en el paso número dos, considera cuáles son tus mayores fortalezas, y cómo puedes usarlas para ayudar a la gente. Ya sea como empleado o emprendedor, la mejor forma de mejorar tus ingresos será encontrar formas creativas de solucionar los problemas de otras personas. Entre más demanda tenga tu bien o servicio y menos personas puedan satisfacerlo, mejores ingresos tendrás. Esta fórmula es importante, porque hay muchas personas que realizan trabajos esenciales y muy demandados pero ganan poco, y la razón es que mucha gente puede y quiere realizarlos, por ejemplo, las enfermeras, los choferes, y las niñeras. En cambio, hay trabajos también valiosos que pocas personas pueden o quieren realizar, pero por desgracia tampoco tienen mucha demanda, por lo que sus ingresos suelen ser bajos, por ejemplo, los poetas. La mezcla perfecta para un buen ingreso es un bien o servicio que soluciona un problema generalizado, pero que poca gente quiere realizar (ya sea porque es ilegal, como en el caso de un asesino a sueldo) o poca gente puede hacer porque hay muchos obstáculos en el camino, ya sean por la gran inversión de tiempo (por ejemplo, un cirujano especialista) o de dinero (un proveedor de Internet que requiere instalar redes y equipo en todo el país, o un constructor que requerirá de costosos camiones para trabajar). También échale un ojo al concepto de “ingresos pasivos”, para generar dinero sin demasiado tiempo y esfuerzo. Un libro con información completa al respecto es: La semana laboral de cuatro horas, de Tim Ferris.

Frente 2 – Optimiza tus gastos – Muchos vamos a la escuela durante años para aprender habilidades que nos permitan tener ingresos, así que no deberá sorprenderte que también toma tiempo y esfuerzo aprender a administrar esos ingresos… lo malo es que no hay escuelas para enseñar eso a los jóvenes. Ten presente que maximizar tu calidad de vida al tiempo que reduces sus costos es un arte y una habilidad igual de importante que la de ganar el dinero. No hay una varita mágica ni una fórmula todopoderosa, pero sí principios generales a seguir, entre los cuales están:

1. Cultiva tu fuerza. Entre más cosas hagas por ti mismo, menos gastas y más fuerte te haces. Si caminas en lugar de tomar el auto, si te preparas tus alimentos en vez de comprarlos, si limpias tu casa en lugar de contratar a alguien… Claro está que esto toma tiempo, y cada vida es diferente. Habrá algunas áreas en las que quieres y puedes hacerte fuerte y otras en las que no. Ve si algunos de tus gastos podrían reducirse si haces actividades que al mismo tiempo te darán vigor y energía.
2. Haz ciencia. No siempre es fácil identificar qué elementos son absolutamente necesarios para que tu vida valga la pena, y cuáles gastos sobran o quizás hasta te perjudican. No es lo mismo gastar en esa clase de yoga que te hace sentir bien, que gastar en tu adicción a Netflix. La mejor forma de saber lo que necesitas es hacer pruebas… elimina cosas de tu lista de gastos y ve cómo te sientes. Conviértete en un científico de tu propia vida y experimenta para saber lo que realmente necesitas.
3. Cuestiona lo incuestionable. Hay muchísimas creencias financieras que damos por hecho y no necesariamente nos beneficiarán. He escrito artículos sobre gastos que en apariencia son incuestionablemente buenos, pero en la realidad tienen muchos matices. Te recomiendo comenzar con esos temas. Da clic sobre cada uno para abrir los artículos: comprar casa, y verla como una inversión,  pagar una escuela privada, los gastos de transporte, las metidas de pata, invertir, las vacaciones, gastos por estatus, aceptar un aumento de sueldo, qué hacer con tu tiempo libre, el valor de tu tiempo  y préstamos a familiares y amigos.

Frente 3 – Elimina las deudas – Escribí sobre este tema en mi artículo llamado “Leer en caso de emergencia: Soluciona tus deudas en 8 pasos”.  También puedes conocer más sobre las deudas en mi artículo: “La mayor amenaza a tu futuro y el primer paso para que la elimines”, “Deudas, 4 mitos que difunden tus amigos y 4 que difunden los expertos” y “5 actitudes de la gente que no se endeuda y que puedes adoptar.” Evidentemente los dos puntos anteriores son parte vital de la reducción de deudas, pero también es importante que cambies tus conceptos sobre qué son las deudas, para qué sirven, y qué lugar deben jugar en tu vida.

Conclusión

Pues esa fue mi breve guía, hecha para ti con la intención de que enfrentes tus problemas financieros durante esta pandemia. Si te dedicas a tus finanzas, reconociéndolas como la herramienta importante que merece atención, esfuerzo, tiempo y respeto; si proteges tu mente, te haces de herramientas y las utilizas en un plan de acción, no puedo garantizarte un resultado positivo, porque tu situación no está por completo en tus manos, pero sí te aseguro que podrás pararte muy derecho y estar orgulloso de ti mismo por ser el responsable de tu vida y de tu situación; por hacer lo que sí está en tu control y despreocuparte de lo que no. ¡Éxito!

Haz clic aquí para seguir a Dinero en Imagen en Google News

Jbf