Cómo el desorden en tu casa te puede llevar a la pobreza

De finanzas y otros demonios -
El problema es que un desorden pequeño que no se corrige puede convertirse en un desorden de proporciones considerables con el paso del tiempo. Foto: iStock.
El problema es que un desorden pequeño que no se corrige puede convertirse en un desorden de proporciones considerables con el paso del tiempo. Foto: iStock.

Mi marido, mi hijo de dos años, mi gata y yo vivimos en una casa de 80 metros cuadrados. Antes de que naciera mi hijo teníamos una habitación completamente vacía y sentíamos que nos sobraba el espacio. Sin embargo, con el niño hemos tenido que pensar mucho más en cómo aprovechar el lugar para no sentirnos abrumados por el desorden. Va para afuera su ropa en cuanto deja de quedarle, regalamos los juguetes que dejan de ser apropiados para su edad y no compramos juguetes demasiado estorbosos. Estamos satisfechos con el balance que hemos logrado. 

Claro está que el orden y el desorden son relativos… lo que para mí puede ser un caos para otra persona puede ser una casa normal, y a un obsesivo con el orden y la limpieza mi casa podría parecerle un cochinero. Lo importante es cómo te sientes con la forma en que vives y si esa forma de vivir te permite estar en paz y contento, o si se ha convertido en un obstáculo para vivir tu día a día tranquilamente. 

Yo creo que la prueba de fuego son las visitas. Si llega una visita inesperada, ¿te sentirías cómodo dejándola deambular por toda tu casa, abriendo cajones y armarios, sin avergonzarte? Si la respuesta es que no, y si continuamente te escuchas disculpándote por el desorden con las visitas, entonces es muy probable que tu casa esté desordenada. 

Según expertos, el número de magnetos en el refrigerador de tu casa puede ser un indicador bastante certero de qué tan ordenado eres. Entre más elementos tengas pegados ahí, más desastroso será tu hogar. La familia promedio en E.E. U.U. tiene 55 objetos, ¿tú cuántos tienes?

Hace tiempo trabajé en la oficina de un buen amigo. Él es creativo e inteligente, pero su escritorio y los alrededores parecen haber sido saqueados por empleados de la CIA en busca de información sobre una fábrica secreta de bombas nucleares. Mi amigo asegura tener “orden dentro de su desorden” y, efectivamente, en ocasiones puede lanzarse a una pila de papeles y obtener exactamente el documento que buscaba, con una sonrisa de “te lo dije”. 

Mi amigo asegura que el desorden lo ayuda a desarrollar su creatividad, lo cual está respaldado por algunos estudios (aunque se refiere a un desorden controlado y limitado al área de trabajo). Sin embargo, no es posible mantener utopías en la cotidianeidad laboral, y su teoría del “orden dentro del desorden” se desmorona cuando sabes que tiene años sin poder salir del país porque perdió su pasaporte, además de que, cuando le roban su cartera, antes de cancelar sus tarjetas debe acudir al banco para preguntar cuántas cuentas tiene y para tratar de conseguir su número de cliente. Nunca le dábamos los originales de documentos porque temíamos que terminaran extraviados para siempre en ese búnker construido con papeles. 

“Pero yo no soy tan desordenado”, es la frase que dicen las personas que pertenecen al equipo de mi amigo, o aseguran: “Gracias a que no tiro nada, siempre tengo todo lo que pueda necesitar”. El problema es que un desorden pequeño que no se corrige puede convertirse en un desorden de proporciones considerables con el paso del tiempo, uno donde ya no encuentras nada de lo que necesitas y que además te deja sin espacio para moverte y disfrutar tu vida. Además, la “ceguera de taller” se instala, y nos hace ver el caos como algo normal y cotidiano, nos pone una venda en los ojos que no nos permite ver las oportunidades y riesgos ocultos en ese entorno saturado. 

El desorden puede afectarte en lo siguiente: 

  1. Un declive social – si tienes desorden y suciedad en tu casa, tu coche o tu oficina, tus amigos y familiares evitarán visitarlos. Además, muchas oportunidades de empleo o de negocios surgen de gente cercana, y aquellos que conozcan tu casa serán menos propensos a recomendarte para actividades que impliquen responsabilidad y organización. 
  2. Menos tiempo libre – cada objeto que posees ocupa un espacio en tu casa que tú ya no podrás habitar. Cada objeto que posees requerirá una porción de tu tiempo para adquirirlo, limpiarlo, acomodarlo o repararlo, revisar su estado y reemplazarlo. Cada pertenencia te roba un pedacito de vida, así que acumularlas sin pensar te robará un montón de tiempo que es preciado y, a diferencia de las cosas, irreemplazable. 
  3. Tirar tu dinero a la basura - entre más objetos posees, menor es la posibilidad de que los utilices (pues tu tiempo sigue siendo el mismo, y debe dividirse entre todas tus pertenencias). Si tienes demasiadas cosas que no usas, estás tirando a la basura el dinero que te costaron. Adicionalmente, tener demasiados objetos que ya no te sirven te dificulta saber bien lo que tienes y encontrarlo, y por eso a veces terminamos comprando dos o más ejemplares de cada cosa. No saber lo que tienes ni dónde está es como no tenerlo. 
  4. Menos salud – el desorden y la suciedad excesivos pueden representar un riesgo de salud, pero incluso un poco de desorden puede ser suficiente para afectar tu estado de ánimo y generar un gran estrés (sobre todo cuando no encuentras lo que necesitas, o te apena que otros vean tu desastre). No me imagino a alguien levantándose con entusiasmo en una cama llena de basura, ¿tú sí?. 
  5. Afecta a los niños – Es sano que los pequeños tengan espacios donde puedan crear un poco de desorden al realizar juegos o actividades creativas (y esto también aplica a los adultos, pues ser excesivamente ordenado es una enfermedad). Sin embargo, algunos estudios sugieren que el caos generalizado en el hogar afecta el comportamiento de los niños y su aprendizaje. De hecho, el exceso de desorden y suciedad es considerado maltrato infantil en algunos países. Así que el desorden debe tener un lugar y un tiempo asignados. 
  6. Altera la paz – cuando hay desorden, hay peleas. “Tú tienes mi libro.” “Yo te lo di a ti.” “No me toca lavar los trastes de tres días.” “Fulanito seguramente se robó mi  rasuradora de nariz.” El hogar es el sitio donde deberíamos poder experimentar descanso y serenidad, no un campo de batalla con nuestros seres queridos y pertenencias. 
  7. Te puede empobrecer, y en serio – imagínate perder documentos importantes y difíciles de reemplazar como tu pasaporte, certificados de estudios, pólizas de seguros, estados de cuenta, comprobantes de impuestos, comprobantes de derechos laborales, títulos de propiedad, etc. Los perjuicios podrían ser millonarios, y las oportunidades dejadas pasar, incalculables. Desde no poder salir del país cuando lo necesites, hasta quedarte sin pensión. Asegúrate de tener un lugar adecuado para los documentos y objetos más importantes de tu vida. 
  8. Retrasa tu desarrollo emocional – cuando te empeñas en conservar un objeto que no necesitas, puede deberse a dos razones: te aferras al pasado o tienes miedo al futuro. Es normal tener algunos ítems con “significado emocional”, como fotos y premios, pero todo se sale de control cuando guardamos ropa, trastes, juguetes, zapatos y otros artículos prácticos sólo porque nos recuerdan algún episodio del pasado. Igualmente, conservar 8 pares de tijeras, 30 botellitas de champú de hoteles, revistas viejas, contenedores sin tapa, aretes sin par y otros artículos “por si se ofrece” refleja que no te sientes capaz de enfrentarte a lo que pueda traer el futuro. Así como sonreír, aunque no tengas ganas, te hará sentir más feliz, deshacerte de los objetos que te anclan al pasado o que sirven como muletas para el futuro te ayudará a sentirte más seguro y a disfrutar mejor el presente. 

Combatiendo el desorden

Combatir el desorden no es fácil porque requiere cambios en tu forma de pensar, no solo el impulso de una tarde para limpiar y ordenar. En su libro Fisgoneando, lo que tus cosas dicen sobre ti, el doctor en sicología Sam Gosling asegura que husmear durante 5 minutos en la habitación de un extraño puede revelar a un ojo entrenado los rasgos de la personalidad del propietario con más precisión que un familiar o amigo íntimo. Pero, ¿qué pasa si la persona ordenó porque sabía que tendría visitas? Gosling asegura que el orden de una persona caótica es superficial y, por lo tanto, fácil de diferenciar del orden verdadero. Esto sucede porque el orden es un hábito, no un impulso repentino. 

Pero si ya has dado el primer paso al decidir que el desorden no será más un obstáculo en tu vida, ¿qué sigue? Marie Kondo (conocida como la Beyoncé de la organización) es la famosa autora del libro La magia del orden: herramientas para ordenar tu casa y tu vida, y en él nos dice que el objetivo de organizar tu hogar es convertirlo en un “espacio sagrado, lleno de energía”. Tiene un método para lograrlo denominado “KonMari”, que promete un hogar permanentemente organizado y espacioso, que te “rodea de felicidad”. Marie se hizo famosa gracias a su perspectiva espiritual acerca del orden y, aunque sus procedimientos pueden no funcionar con todos, con sólo leerlos te sentirás inspirado. Te presento algunas de sus lecciones más importantes:

Lección 1: Conserva aquello que te produzca alegría

El enfoque debería estar en lo que quieres conservar, no las cosas de las que te debes deshacer. Toma el objeto en tus manos, por ejemplo, unos pantalones que te quedan chicos... ¿qué sientes? ¿ligereza, pesadez, alegría, tedio, culpa? El principal criterio para seleccionar lo que te quedas y lo que desechas no debe ser si es viejo o nuevo, costoso o barato, si lo has usado el último año o si planeas usarlo cuando adelgaces, sino su capacidad para generarte emociones positivas. Así, pronto te verás rodeado sólo de cosas que te dan claridad, y estarás libre de las pertenencias que te producen ansiedad, como regalos no deseados o ropa que ya no te queda. 

Una excepción a esta regla se refiere a los objetos de uso cotidiano, como ollas o abrigos. Aunque no te den alegría, aprecia las contribuciones que esos ítems hacen a tu vida. 

Lección 2: Respeta tus pertenencias

¿Le has agradecido a tus calzones últimamente por todos los servicios que te prestan, aunque sea mentalmente? Marie asegura que tener una relación más agradecida y respetuosa con tus cosas te hará sentir una mayor conexión hacia tu entorno. 

Este respeto debe dirigirse también a las cosas que van para afuera. Una vez que hayas detectado un objeto que no te hace feliz ni es absolutamente necesario debes tocarlo, agradecerle por sus servicios y enviarlo a un mejor destino, donde pueda tener un propietario que lo aprecie mejor. 

Lección 3: Organiza por categorías, no por habitaciones

Cuando nos decidimos a ordenar, normalmente comenzamos por un cuarto: la cocina, la recámara, el baño. Marie asegura que es más eficiente hacerlo por categorías (libros, trastes, bolsas) pues, de lo contrario, saltarán artículos de esa categoría cuando trabajes en otras habitaciones y nunca terminarás. Además, concentrarte en un sólo tipo de artículos evita la tentación de dejarte llevar por la nostalgia: si te detienes a leer cartas, hojear revistas o ver fotografías perderás tiempo valioso.

Lección 4: Comienza por lo menos emocional

Siempre es bueno comenzar por el menor nivel de dificultad pero, para ordenar, la dificultad se mide en emociones, no en la cantidad de objetos. Marie recomienda comenzar por la ropa, pues tenemos menos apego emocional hacia ella. Si comienzas con las fotos o los recuerdos, es más probable que la dificultad te lleve a abandonar el proyecto. 

Lección 5: La dignidad de tus pertenencias

¿Te has puesto a pensar si a tus calcetines les parece cómodo que los hagas bolita y los avientes en un cajón? ¿No preferirían descansar del queso en tus pies doblados de forma decorosa? ¿Le gustará a tus libros estar hacinados en el piso? ¿Disfrutarán tus tópers el amontonamiento al que los condenas?

Para Marie, la manera en que guardas las cosas demuestra el respeto que les tienes y pensar así te ayuda a cuidarlas; además, si tus cosas están cómodas, tú también lo estarás. Ella prefiere doblar la mayoría de la ropa verticalmente en una cajonera, ayudándote con cajitas de cartón. La ventaja de esta técnica es que puedes ver lo que tienes con facilidad, pues no es necesario levantar una pila de ropa cada vez que quieres sacar o meter una prenda. Yo llevo varios años con mis cajones estilo KonMari y me ha funcionado de maravilla. 

Foto: Edith Esquivel

Lección 6: Tu hogar, tu lugar sagrado

Sin lugar a dudas, tu entorno tiene efectos sobre ti y tu estado de ánimo. Si no fuera así, las grandes organizaciones religiosas no se molestarían en construir iglesias que te roban el aliento. Así como una iglesia amplia, despejada y maravillosa te conecta con tu espiritualidad, despertar en un hogar ordenado, rodeado de objetos que te dan alegría, que están bien organizados y acomodados puede darte tranquilidad y motivación. La autora recomienda crear un mini-altar en tu hogar donde tengas tus pertenencias más “sagradas”, es decir, aquellas que te conectan más con el amor a la vida. 

Conclusión

Marie tiene influencias sintoístas, y afirma: “El interior de un hogar después de organizar tiene mucho en común con un santuario... un lugar donde no hay nada innecesario, y nuestros pensamientos se vuelven claros y libres... es el lugar donde apreciamos todas las cosas que nos sustentan, es donde repensamos quiénes somos”. 

Cuando entro en alguna casa y miro desorden, no un desorden superficial de quien está preparando un platillo o pintando un proyecto escolar, sino el tipo de desorden profundo y anquilosado de quien se ha acostumbrado al caos, no puedo evitar sentir que hay en ese lugar una sombra, una desesperanza, una tristeza que no han podido superarse, y el desorden me parece como una garra monstruosa que impide a sus habitantes moverse y liberarse, tanto literal como metafóricamente, de los obstáculos en su vida. 

Así que si tú me preguntas cuál sería el primer paso para avanzar en el camino del bienestar, de la salud en cuerpo, mente y espíritu, yo te diría que ese primer paso está en tu cuarto, en tu casa, en tus cosas. 

Puedes ver el especial de Marie Kondo en Netflix o buscar en Youtube los videos que muestran sus técnicas para organizar, doblar y despejar tu hogar. El método KondoMari promete grandes beneficios con un poco de disciplina y esfuerzo. Pero primero debes preguntarte: ¿Qué dice de ti tu casa? ¿Qué te gustaría que dijera? ¿Te animas a comenzar el reto del orden?

Aprovecho este espacio para invitarlos al webinar De cómo los tres cochinitos se volvieron emprendedores. En él aprenderán la importancia de contar historias en los ambientes de negocios. La cita es el jueves 14 de enero a las 6:30 pm. Inscríbanse de forma gratuita AQUÍ.

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