¿Estás en la cima o en la base de la pirámide del dinero?

De finanzas y otros demonios -
Te presento esta pirámide de las finanzas personales que tiene seis niveles y mi interpretación de cada nivel. Foto: Pixabay.
Te presento esta pirámide de las finanzas personales que tiene seis niveles y mi interpretación de cada nivel. Foto: Pixabay.

¡Mi artículo número 100!

¡Esta columna cumple hoy cien artículos publicados! Desde 2015 he escrito sobre finanzas personales con un objetivo muy claro: que tú y yo subamos los escalones hacia la independencia financiera.

Mucha gente cree que las finanzas sanas se logran eligiendo el mejor banco, el mejor seguro, o usando cupones y aprovechando descuentos, pero en la mayoría de los casos todo esto es irrelevante y no tiene relación con lo que en verdad te ayudará a construir riqueza.

Lo que he tratado de decirte en estos cien artículos es que las finanzas personales empiezan pensando diferente. Esta forma de pensar nueva te permitirá fortalecer tu flujo de ingresos, ya sea a través de un negocio o del desarrollo de habilidades, evitar la inflación en el estilo de vida, y aumentar tu porcentaje de ahorro (el porcentaje de tu ingreso que ahorras y no gastas) que después colocarás en distintos instrumentos de inversión, año con año. Las finanzas son una maratón, no una carrera de velocidad.

Pero en este camino es importante que puedas ver dónde estás y hacia dónde te diriges. Por eso hoy te voy a ilustrar el camino con una pirámide. Podrás ver que en cada escalón la clave que te permitirá seguir subiendo es tu porcentaje de ahorro.

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¿Ya quedó? Ahora sí, ¡tarán! Te presento esta pirámide de las finanzas personales que tiene seis niveles. Te doy también mi interpretación de cada nivel, y si das clic en el texto resaltado tendrás acceso a los artículos que ya he escrito que profundizan sobre el tema.

¡Disfruta mi artículo número 100!

piramide-dinero

Cautiverio

Aquí gastas todo lo que ganas o más de lo que ganas. (Ahorro negativo o de cero por ciento)

En este nivel tienes muy poco margen de maniobra. Tu situación financiera determina muchas áreas de tu vida. Un día despiertas y te das cuenta de que no vives donde quieres, no trabajas en lo que te gusta, no dedicas tiempo a los pasatiempos que más te apasionan, no pasas suficiente tiempo con tu familia y amigos o no estás cuidando tu salud como deberías.

Te sientes atrapado en esta vida que no te viene bien y los barrotes están hechos de razones económicas: tienes deudas, vives al día, y trabajas de más porque no te alcanza.

El cautiverio es el sitio de la pirámide donde más personas se encuentran, pero ¿por qué? Puedes echarle la culpa a la biología: el cerebro no nació programado para administrar bien el dinero. Nuestros instintos y corazonadas a menudo nos llevan a equivocarnos.

En la edad de piedra las fuentes de calorías eran escasas, así que nuestros ancestros sobrevivieron gracias a su habilidad de encontrarlas y consumirlas. Hoy en día, esa aptitud nos lleva a sambutirnos mucho pan, engordar y morir antes de tiempo.

Del mismo modo, en la época de las cavernas la única forma de aprovechar los recursos era llevarlos a tu cueva. Hoy en día, comprar todo lo que puedes y meterlo en tu casa no te beneficiará. Para mejorar tus probabilidades de supervivencia en el mundo moderno es necesario desarrollar varias habilidades que no vienen programadas en el cerebro que nos heredaron nuestros antepasados. Nuestros antepasados solamente admiraban y daban estatus a los homínidos que más pudieran presumir, pero tu estatus social puede medirse de manera diferente.

Libertad financiera

Aquí cambias tu mentalidad y cuestionas lo que aprendiste de finanzas desde la infancia: calculas tus ingresos, egresos y pasivos y haces un plan para salir del cautiverio.

En este escalón te embarcas en el proceso de crear un estilo de vida que te permita gastar menos de lo que ganas maximizando al mismo tiempo tu bienestar.

Cuando trabajas en tu libertad financiera trabajas en tu mente aunque esto todavía no se refleje en tu cartera. Llegas a esta parte de la pirámide cuestionando tus ideas preconcebidas sobre el dinero y sus alcances y sus limitaciones. Cuando das un paso aquí, comienzas a ver el cautiverio en el que te encuentras y decides que no es para ti. Dejas de medir tu éxito en función de lo que puedes gastar y comienzas a medirlo en función de cómo tus finanzas apalancan tu libertad y tu tranquilidad.

En este nivel reconoces la importancia de la cultura financiera, y dedicas tiempo a adquirirla: aprendes a calcular el interés compuesto, sabes cómo protegerte de fraudes y conoces tu patrimonio neto. También comienzas a dominar el lenguaje del dinero, agregando a tu vocabulario términos que antes te parecían aburridos o te generaban temor: CAT, Afore, ETF, PPR, tasa de interés, cetes, bonos, inflación, dividendos, ISR, pasivos, activos, rendimientos, fondo de inversión, SOFIPO, etc.

Sabes que tienes libertad financiera cuando has logrado claridad sobre dónde estás, cuáles son los mejores objetivos que puedes buscar y cómo los lograrás. Esos objetivos están alineados con la búsqueda del bienestar duradero, la tranquilidad y la libertad, en lugar de estar alineados con la conveniencia, la búsqueda de estatus o el placer inmediato.

Tu libertad financiera se sigue construyendo durante los niveles superiores, porque nunca se deja de aprender.

Libertad de las deudas

Aquí gastas menos de lo que ganas y el excedente lo abonas a tus deudas más costosas.

A partir de este nivel, tus finanzas personales dejan de ser planes, ideas y filosofías, y los cambios en tu mente comienzan a reflejarse en tu bolsillo y tu día a día.

Ahora te tomas las deudas muy en serio, y sabes que eliminarlas es una prioridad absoluta. ¡No te detendrás ante nada hasta lograrlo! Quizás eso significará que no podrás salir de vacaciones, comer fuera o comprarte ropa nueva. Pero te da más placer saber que te acercas a la libertad, que probar otros disfrutes.

Sigues religiosamente tu plan para salir de deudas. Ya sea que te tome tres meses o tres años, sabes exactamente cuál es el camino a seguir y cuándo llegarás a la meta.

Colchón de emergencias

Aquí sigues gastando menos de lo que ganas, y el excedente lo abonas a tu colchón de emergencias.

Un buen colchón para emergencias debe cubrir al menos seis meses de tus gastos. Como ya estuviste viviendo con menos de lo que ganas, este paso será más fácil: quizás decidirás seguir viviendo igual que cuando tenías deudas, y abonar a tu colchón lo mismo que abonabas anteriormente a tus deudas. O quizás con la práctica has logrado bajar tus gastos todavía más, lo que te permitirá construir tu colchón más rápido.

Como ya tienes cultura financiera, este dinero no lo tienes guardado en el banco, sino que está en cetesdirecto u otro instrumento de inversión seguro y con disponibilidad inmediata que te permite proteger tu colchón de la inflación.

Inversionista

Aquí todavía gastas menos de lo que ganas, y tus excedentes se van a tu portafolio de inversiones, que a su vez genera plusvalías y rendimientos que agrandan tu patrimonio cada día, generando un círculo virtuoso.

Tu proceso para convertirte en inversionista comenzó muy atrás, durante tu Libertad Financiera. Ahora conoces la importancia de invertir para que tu duro trabajo de hoy te pueda ayudar en el incierto mañana. A estas alturas ya conoces los diferentes productos e instrumentos de inversión y no le tienes miedo a invertir, así que diseñas un portafolio de inversiones que se adapte a tus metas, necesidades, experiencia y tolerancia al riesgo y comienzas a meterle recursos. Nótese que a esta etapa le llamo Inversionista y no “Trader”. La razón es muy sencilla: el trader tiene que invertir bastante tiempo para obtener ganancias, pero si hacer trading no es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre, que es el caso de la mayoría, entonces ser inversionista es lo que te llevará a la independencia financiera: con una estrategia de mediano y largo plazo que te deja tranquilito, sin sobresaltos y con bastante tiempo para hacer lo que te gusta. En futuros artículos escribiré más sobre cómo ser inversionista con una mínima inversión de tiempo.

Independencia financiera

Aquí ya no necesitas trabajar; puedes vivir de tus rendimientos indefinidamente.

Para llegar aquí, calculaste tus gastos anuales y los multiplicaste por veinticinco. Esa cifra dorada está bien invertida en instrumentos debidamente diversificados, lo cual te da rendimientos de alrededor del 10 u 8 por ciento anual. En teoría, tú puedes mantenerte cada año con solo retirar 4% de esos rendimientos, dejando el otro 4 o 6 por ciento restante para compensar por la inflación. Eso significaría que tu capital no se reduce nunca y puedes vivir de él indefinidamente, no solamente los 25 años contemplados. Esto es lo que permite que los seguidores del movimiento FIRE disfruten de su retiro a los treinta o cuarenta años de edad. Sin embargo, debes también tener mucho cuidado con los impuestos a las inversiones vigentes en tu país. Por razones fiscales, en México muchos deciden tener un PPR que complemente su estrategia de retiro anticipado. También publicaré un artículo sobre este tema más adelante.

¿La cima de la pirámide te parece imposible de alcanzar?

Puede parecer que es muy difícil alcanzar la independencia financiera, pero la realidad es que llegar a ella es algo lógico, natural y prácticamente inescapable si vas avanzando por los escalones de la pirámide.

José Ortega y Gasset dijo: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” así que claro, la rapidez con que llegues a la cima dependerá, evidentemente, de una mezcla entre tu voluntad y tu situación particular. Pero si tú no haces nada para “salvar” tu situación, empezando por cambiar tu forma de pensar el dinero, entonces tampoco te salvarás tú.

La independencia financiera no es, como muchos podrían pensar, para ricos. Hay gente adinerada que gasta todo lo que gana, y que se queda en la calle al minuto siguiente de perder su trabajo. También es cierto que la independencia financiera puede ser casi imposible para personas muy entradas en años o sumidas en la pobreza extrema y que están rodeadas de obstáculos para salir de ella. Sin embargo, la mayoría de las personas jóvenes o chavorucas de clase media, y algunas de la clase baja-alta podrían acceder a la independencia financiera si tan solo supieran que existe y que está a su alcance.

Ahora bien, supongamos que tus circunstancias son más difíciles de lo normal, ya no estás tan joven, y nunca llegarás a la cima, estás seguro. No poder lograr la independencia financiera no significa que no valga la pena ascender por la pirámide hasta donde se pueda. Con cada nivel vas obteniendo mayor estabilidad, más tranquilidad y más libertad. Cada escalón le va quitando trozos de tu vida al tigre de la precariedad. A pesar de que yo te presenté una pirámide, en realidad la Independencia financiera no es un lugar en la cima, es un espectro, y mientras avances en él, vas bien.

En estos cien artículos he escrito muy poco sobre inversiones porque me he concentrado en el escalón de la libertad financiera. Creo que hablar de inversiones puede ser peligroso si no se ha pasado por los escalones anteriores. Mucha gente se los quiere saltar y lo primero que me pregunta es: ¿en qué me recomiendas invertir? Algunos no lo dicen porque tengan dinero para invertir, sino porque consideran que pueden pedir un préstamo para invertir con eso, o quieren invertir o poner un negocio mientras van pagando sus deudas. ¡Tache grandototote! Los préstamos y las deudas suelen generar un interés más alto de lo que pudieras ganar hasta en las inversiones más jugosas. ¡Primero pon en orden tus finanzas, genera excedentes, y luego hablamos de invertir en cosas que requieran capital!

Recuerda que los escalones sirven para que subas sin tropezar y caer. Si no eres alpinista, úsalos. Identifica en cuál estás y ¡apúntale al que sigue! ¡Mucho éxito!

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Y cuéntame en los comentarios, ¿en qué escalón de la pirámide estás ahora y a cuál quieres llegar?

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Jbf

Aclaración:
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