La mayor amenaza a tu futuro, y el primer paso para que la elimines

De finanzas y otros demonios - 28 Jun, 2018
Aunque las deudas pueden ser tan peligrosas y apremiantes como un incendio en tu cabeza, muy pocos se ocupan de ellas con la sensación de urgencia que merecen. Foto: Pixabay

Imagina que estás en el cumpleaños de tu abuelita, y de pronto te llega un olor a quemado. Una de las 100 velitas encendió tu cabello y el fuego se está esparciendo con rapidez por toda tu cabeza. Tú: 

a)    Pretendes que no está pasando nada para no arruinar el cumpleaños de tu abuelita.  
b)    Pretendes que no está pasando nada para no hacer el ridículo. 
c)    Recuerdas que no te has cortado el cabello en un buen tiempo, y vas por tu agenda para anotarte un recordatorio.
d)    Decides comer primero tu rebanada de pastel y luego atender el problema, ¡no quieres perderte la mejor parte de la fiesta!
e)    Decides guardar la calma y hacer algo al respecto, pero tomándote tu tiempo, porque no es bueno apresurarse. 
f)    Te levantas de inmediato y buscas algo para apagar el fuego en tu cabeza. 

La mayoría de las personas elegiría la última opción. Sin embargo, aunque las deudas pueden ser tan peligrosas y apremiantes como un incendio en tu cabeza, muy pocos se ocupan de ellas con la sensación de urgencia que merecen. 

¿Por qué es apremiante deshacerse de las deudas? 

1.    La mayoría de las personas tenemos aversión a las pérdidas. Lo primero que alguien me pregunta cuando hablamos de inversiones es: ¿puedo perder mi dinero con esa inversión? Pero si tienes deudas, estás perdiendo cada día, pues lo que pagas de intereses es dinero duramente ganado que no volverás a ver. Por eso es importante ver a las deudas como lo que son: pérdida, pérdida, pérdida. 

2.    Afectan negativamente tus relaciones de pareja y familiares. Cuando las deudas llegan, el amor sale por la ventana. Además de las implicaciones legales de que un miembro de una pareja tenga deudas, éstas pueden enturbiar el ambiente en familia y  aumentar tus probabilidades de divorcio, sobre todo cuando existe infidelidad financiera. 

3.    Afectan tu salud física, pues pueden elevar tu presión arterial, producir dolores de cabeza y tensión muscular, dolor de espalda, úlceras, problemas digestivos y aumentar tu probabilidad de ataques cardíacos, insomnio, cambios en los hábitos alimenticios, entre otros. 

4.    Afectan tu salud mental, al producirte emociones como negación, estrés, miedo, pánico, enojo, depresión y ansiedad. Las personas con deudas son tres veces más propensas a sufrir de enfermedades mentales. Los síntomas de depresión aumentan 14% con cada incremento de 10% en la cantidad adeudada. 

5.    Te vuelven vulnerable ante cualquier contratiempo de la vida. Cuando tienes deudas, cualquier enfermedad, despido o accidente puede hundirte en la desesperación, encarecer tu deuda o incapacitarte para pagarla. 

6.    Te impiden avanzar financieramente y en tu vida profesional. Mientras debas dinero, puedes olvidarte de lograr metas financieras importantes como ahorrar para tu retiro y tener un colchón que te dé tranquilidad. Adicionalmente, la presión de las deudas te hace menos propenso a arriesgarte en tu vida profesional y más propenso a quedarte en un trabajo que no te satisface. 

7.    Le pones cadenas a tu futuro. Las deudas son dinero que ya gastaste o estás disfrutando ahora pero que tu “yo” del futuro tendrá que pagar, y con intereses.

Deja a tu “yo” futuro libre para buscar la felicidad. 

El primer paso para salir de deudas es dejar de justificar su existencia. Entra las justificaciones más comunes están: 

  • Hay deudas buenas y malas, y la mía es buena. La realidad es que todas las deudas son malas. Más bien, hay deudas evitables e inevitables, y entre mejor administres tu dinero menos deudas inevitables existirán en tu vida. 
  • La vida es corta, así que hay que vivirla. La realidad es que la esperanza de vida es cada vez mayor, y aunque vivas poco, vivir sin deudas te hará vivir mejor. 
  • Si no adquiero este crédito no podré tener un patrimonio ni invertir. La realidad es que tener deudas no es tener un patrimonio, sino irlo perdiendo en el pago de intereses. Ahorrar hasta poder adquirir un bien al contado es lo más indicado en muchos casos, sobre todo en países como el nuestro donde los intereses suelen ser muy altos. 
  • Es que gano poco, y no me alcanza. Es verdad que la mayoría de los salarios están para llorar, pero también es cierto que si no aprendes a administrar poco dinero, tampoco podrás administrar más. Gastar menos de lo que ganas es una habilidad imprescindible. 

¿Tú qué justificaciones le has puesto a tus deudas? ¿Qué efectos han tenido en tu vida? Cuando te decidas a eliminarlas lo lograrás. 

En el siguiente artículo te mostraré un plan paso a paso para librarte de deudas de una buena vez. Mientras tanto, compártenos, ¿qué efectos han tenido las deudas en tu vida?