Cómo la tecnología está cambiando el mercado de trabajo

Economía Real -
El uso de computadoras ha reemplazado la labor de muchos. Foto: Thinkstock
El uso de computadoras ha reemplazado la labor de muchos. Foto: Thinkstock

El uso de tecnología en la producción de bienes ha tenido como consecuencia a lo largo de la historia la transformación del mercado de trabajo, generando a veces más y a veces menos empleos y modificando el tipo de estos y las capacidades humanas necesarias para obtenerlos.

Desde la Primera Revolución Industrial, en el siglo XVIII, el trabajo de los artesanos fue reemplazado por máquinas, así surgieron nuevas y abundantes fuentes de empleo para quienes aprendieron a trabajar con dichas máquinas, en gran mayoría los obreros. Los artesanos no tuvieron más que irse al campo, donde la posibilidad de conseguir empleo era casi nula o unirse a la nueva masa de obreros, para lo cual debían actualizar sus capacidades para satisfacer las demandas del mercado de trabajo y el crecimiento poblacional. Al no tener otra opción, la gran mayoría optó por la segunda; así la introducción de nuevas formas de producir, unido a la floreciente economía de mercado cambió el estado del trabajo. El que ello haya sido cosa buena o mala no es el tema de este texto.

Y así ha continuado hasta nuestros días, donde el uso de computadoras ha reemplazado la labor de muchos (sin dejar de crear nuevos empleos). Dicho proceso fue nombrado por el economista austriaco Joseph Schumpeter como “destrucción creativa”.

Pero, ¿cuándo la introducción de tecnologías aumenta o disminuye el número de empleos dentro de la empresa? Y, ¿qué empleos son más susceptibles de ser remplazados por una máquina?

El uso de tecnología en los procesos de producción reduce los costos de éstos para hacer a la empresa más competitiva, el resultado de esta reducción de costos incrementa la utilidad de la firma al dejar de pagar los salarios de aquellos cuyo trabajo fue reemplazado por una máquina y la persona que la maneja, el resultado hasta aquí es casi siempre una pérdida neta de empleos. La empresa deberá decidir luego si desea traducir esa reducción de costos en el precio de sus productos, usando como criterio la elasticidad de la demanda respecto al precio, es decir, qué tanto una reducción en el precio afectará la cantidad de bienes demandados. S opta por disminuirlos, será la elasticidad del trabajo respecto a la demanda la que determinará si se crean más empleos. Según la teoría microeconómica, el alza en la demanda de un producto trae consigo casi siempre un alza en el número de personas empleadas para producirlo y distribuirlo, el cambio es mayor cuando se requiere una alta cantidad de trabajo para producir los bienes. Entre más alta sea la proporción de los costos laborales frente a los del capital, se dice que el negocio es intensivo en mano de obra y necesitará emplear a más personas para satisfacer las demandas del mercado.

Así, la generación o pérdida de empleos causada por el uso de tecnología obedece a una serie de decisiones dadas las características de los bienes producidos. Cuando la empresa reduce costos debe decidir si bajar o no el precio de sus productos, si lo baja, el mercado se encarga de ocupar más personas que fabriquen los bienes demandados. Este proceso define si aumenta o disminuye el número de empleos dentro de la firma.

Sin embargo, a pesar de este mecanismo, no existe ninguna garantía de empleo para aquellos desplazados por la tecnología. Como se dijo anteriormente, dichos empleos desplazados, son reemplazados por una máquina y por aquellos que sepan manejarla.

En 1945, el inventor estadounidense y uno de los pioneros del Internet, Vannevar Bush, mencionó en su texto “Como podríamos pensar” los retos que la innovación impone a la humanidad. “Por años las invenciones han extendido el poder físico del hombre en lugar del poder de su mente, los hombres de ciencia deben darse a la tarea de dar al humano acceso sobre la herencia acumulada del conocimiento”. En el futuro, las nuevas plazas de trabajo serán ocupadas por aquellos que actualicen sus conocimientos y aprendan a convivir con la tecnología. Quienes no lo hagan enfrentarán el mismo dilema de los artesanos en la primera revolución industrial: renovarse o sucumbir. 

*gl

Aclaración:
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