En julio de 2015, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), publicó un informe en el que se presentaba el estado de la pobreza en México, siendo la pobreza por la vía de los ingresos la que no ha podido subsanarse aún. Según el informe, cerca del 46.6% de la población se encuentra en situación de pobreza, casi un punto porcentual de diferencia respecto al año 2012. Esta situación es relevante si tomamos en cuenta que desde el año 2009, atravesamos por una crisis económica mundial, de la cual muchos países no han podido recuperarse, entre ellos México.
Como se indica aquí en México, la crisis económica afectó de manera heterogénea al interior. Del año 2000 al año 2008, no hubo una relación proporcional entre crecimiento económico y disminución de la pobreza. Empero, si se analiza el periodo posterior a la crisis se nota un cambio interesante, ya que parece que la relación entre crecimiento económico y pobreza se vuelve positiva. Si esto ocurrió en México, posteriormente a la crisis, ¿cómo vislumbramos a los demás países de América Latina?
Según el informe Panorama Social de América Latina de la CEPAL a nivel regional, la tasa de crecimiento de América Latina en el año 2013 fue de 2.5 %, un porcentaje menor al que se tenía previsto de 2.9%, mientras que el producto por habitante apenas se incrementó en 1.5%, una cifra muy baja que muestra una clara desaceleración que ha venido manifestándose desde 2010. Tomando en cuenta exclusivamente la pobreza por ingresos, en América Latina las personas en tal situación representan cerca de un 28.1% de la población, mientras que, en cuanto a pobreza extrema alcanzan un 11.7%. Esto significa que existen en la región cerca de 69 millones de personas viviendo en pobreza extrema, representando casi la mitad de las 165 millones que viven en pobreza “moderada”.
Para el mismo 2013, el número de personas viviendo en la pobreza no tuvo cambios significativos, sin embargo la población que vivía en situación de indigencia o pobreza extrema incrementó. Como muestra el siguiente cuadro, en Brasil se registró una caída en la pobreza de 1.6 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema o indigencia incrementó 0.5. Por otro lado, en Chile, la pobreza así como la proporción de personas en situación de indigencia disminuyó 1.6 y 0.3 puntos porcentuales entre 2011 y 2013, mientras que en Perú la pobreza cayó en 1.6 puntos porcentuales por año y la pobreza extrema 1.3 puntos porcentuales en el mismo periodo. Los casos más preocupantes para la región son Venezuela y México, donde en Venezuela hubo un incremento respectivo entre pobreza y pobreza extrema de un 6.7 y un 2.7 por ciento entre 2012 y 2013.
Fuente: Datos tomados de Panorama social de América Latina, CEPAL (2015)
En México no nos quedamos atrás, y la medición de CEPAL, al igual que la medición de CONEVAL, apunta a que los niveles de pobreza no han disminuido. Del año 2005 al 2012, la pobreza así como la pobreza extrema tuvieron incrementos significativos, pasando, la primera, de 31.7 por ciento de la población en 2005 a un 37.1 para 2012, tomando en cuenta sólo los ingresos. La diferencia entre la medición de Coneval y la medición de CEPAL se debe a que emplean diferentes definiciones de pobreza. .
Por otro lado, si tomamos en cuenta la multidimensionalidad de la pobreza, también encontramos que a nivel región, México queda muy por encima en términos de pobreza sobre otros países de la región, ya que se encuentra en el séptimo lugar de incidencia de la pobreza multidimensional, como lo indica el gráfico. Si revisamos la pobreza por su intensidad, podemos señalar el porcentaje de privaciones que experimentan los hogares considerados como pobres, y esto tiene una relación directa con la incidencia de la pobreza multidimensional
Fuente: Gráfico tomado de Panorama social de América Latina CEPAL (2015)
Finalmente, a México le queda mucho camino que recorrer en términos de combate a la pobreza, como el artículo (arriba citado) comenta, en el país, la política social ha desempeñado un papel importantísimo, ya que algunos estados sí han logrado disminuir la pobreza y esto no necesariamente es explicado por el crecimiento económico. Sin embargo, habría que emprender una estrategia que comprendiera el impulso al crecimiento como una vía importante para avanzar en el tema, además de fijarse en mecanismos eficientes de redistribución del ingreso. Será importante, además, promover una política de recuperación del poder adquisitivo, para que las personas puedan alcanzar un ingreso que concuerde con una línea de bienestar digna. Es así como se daría un gran paso en el combate a la pobreza y la desigualdad.
*DR