¿Qué es una ciudad global y cuáles son sus retos?

Espacio Urbano -

Los polos mundiales del poder se han movido desde el último cuarto del siglo pasado para dar cabida a muchos más actores que los Estados-Nación. Algunos de esos actores relevantes y con cierto poder en el panorama global son ciudades. Sin embargo, en pleno 2015 es inevitable asimilar que existen ciudades más insertas en las dinámicas globales que otras. ¿A qué se debe?, ¿cuáles son los retos para las ciudades que logran posicionarse como actores centrales en el panorama global?

Hace un par de semanas, la mesa directiva del Senado mexicano organizó un foro llamado “Repensar la ciudad”, en cooperación con Ala Izquierda. En él, tuve oportunidad de participar en la mesa La ciudad global, donde la discusión partió de preguntas clave relacionadas con el nuevo rol de las ciudades en las crecientes interacciones entre los nuevos actores del poder global. Además de una nutrida participación de quienes también estuvieron en dicha mesa, fue interesante notar las crecientes coincidencias en las ideas sobre las agendas que deben construirse desde las ciudades para adaptarse a los cambios vertiginosos en el panorama mundial.

Además de asimilar y aprovechar su historia y de construir un andamiaje institucional donde jueguen un rol central en la cooperación internacional y el diseño de políticas públicas de diversas índoles, quedó de manifiesto que las ciudades deben entenderse como nodos de un sistema económico global y como nuevos actores en el juego de poder y la toma de decisiones. Es decir, que su rol global depende de muchos otros actores económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales.

Sin embargo, la construcción de las agendas de las ciudades globales debe construirse también desde y para lo local. Sé que suena opuesto construir una agenda global desde lo local, pero es más sencillo de lo que parece: ninguna ciudad debe parecerse a otra, porque cada una tiene una dinámica propia. Imponer un "modelo de ciudad" entre países —e incluso dentro de un mismo país– es absurdo, aunque una ciudad global debe tener ciertas características mínimas, como las que suele mencionar Saskia Sassen: en general, las ciudades globales deben tener un efecto directo en los asuntos mundiales, a través no sólo de aspectos socioeconómicos, sino políticos o culturales; y, además, deben desarrollar las capacidades para tener una operación global, más allá de características clásicas como híper-movilidad, comunicaciones globales y la neutralización del lugar y la distancia.

Mi mayor sorpresa: una coincidencia central en la mesa fue la necesidad de un papel cada vez más humano que deben asumir las ciudades. Debemos dejar de pensar ciudades desde sus gobiernos solamente, o como entornos adaptados para los automóviles o las personas con mayores recursos económicos, y recordar que las ciudades las componemos humanos. De poco sirve la construcción de gran infraestructura si ésta no tiene personas que la aprovechen.

Por ello, al final de la discusión el mayor consenso fue que la participación ciudadana —en todos los niveles posibles— es condición necesaria, aunque no suficiente, para que nuestras ciudades puedan desarrollarse e insertarse en una agenda global pero construida desde lo local.

*gl

Aclaración:
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