CIUDAD DE MÉXICO.- Un mentor irrazonable deja atrás tres días su empresa y su familia, para vivir en una casa (en realidad una increíble hacienda) junto con 20 emprendedores inadaptados de todo el país. Pero, ¿qué los lleva a decir “sí”?
Hay tres cosas que he visto que me han marcado.
1. Son excelentes en lo que hacen
Debería de ser lo primero. Para nosotros son cuatro cosas:
2. Probablemente te pondrán a prueba
Aquí aplica la frase de “el que persevera alcanza”. Cuando invitamos como mentor a Álvaro Rodríguez, director del fondo Ignia y consejero en Oxford Business School, la primera vez nos dijo que NO.
En una de las reuniones donde más hemos aprendido (con tal honestidad y literal “sabiduría” que sólo logró emocionarnos más). Al ser rechazados le pedimos poderle mandar una actualización de nuestros avances (prometimos ser breves y hacerlo divertido) cada mes. Lo hicimos durante seis meses. La siguiente vez que lo vimos volvimos a invitarlo y dijo que “SÍ”.
Segunda parte de la historia. Ya en el Instituto, en la fiesta del Clímax Irrazonable, estábamos tomando unos mezcales y me dijo “Me invitan a un montón de programas, ¿sabes por qué les dije que sí a ustedes?... porque hicieron lo que dijeron que iban a hacer y nunca se rindieron”.
3. Se mueren de ganas de ser parte de algo más grande que ellos
La invitación no es un favor, es presentarles una oportunidad para pertenecer a algo más grande. En nuestro caso les ofrecemos la oportunidad de entrenar a la siguiente generación de emprendedores que están tratando de resolver los problemas más grandes de la humanidad.
Arturo Galván, cofundador de la empresa que trajo internet a Latinoamérica, cada año viene al Instituto, la última vez hasta trajo a su hija. Y al regresar escribe un correo en el cual habla de su “Peregrinación Anual a la Catedral del Emprendimiento Social de México”. Este correo lo manda a toda su familia, amigos, empresa, base de datos y toda persona con la que se haya topado.
*livm