Los 3 mandamientos de las introducciones por correo

CIUDAD DE MÉXICO.- Abro mi cuenta de correo y me encuentro un cálido mensaje de una persona que en mi vida he conocido. El tono era muy amable y personal. Dudé: por un instante intenté hacer memoria pues quizá se trataba de un viejo amigo… ¡pero no! En el cuerpo del mensaje este “viejo amigo que no conozco” me hace una introducción a otra organización mexicana que está haciendo temas de emprendimiento.

Tuve reacciones encontradas… Por un lado agradecí muchísimo el fondo del correo: una persona proactiva, probablemente entusiasta de lo que hacemos en Unreasonable se metió a la página, vio la sección de equipo, identificó a los cofundadores, aplicó un de tin marin de do pin güe, y escribió un correo diciendo: “Hey, está padrísimo lo que hacen… te quiero presentar a esta organización que también se dedica al tema de emprendimiento para que colaboren”.

Aplaudo porque solamente así, mediante la colaboración cruzada es que “sacaremos a ese buey de la barranca” (o sea, tenemos oportunidad de hacer un México más justo).

La segunda reacción fue de reflexión: por alguna razón me generó conflicto que alguien, independientemente de si es una persona conocida mía o no, se haya tomado la libertad de “comprometerme” con una introducción.

Esta persona no consideró mis tiempos (estamos a días de recibir a nuestros emprendedores) ni mis prioridades. Se me hizo ligeramente “invasivo”. ¿Lo peor del caso? En algún momento yo también he hecho introducciones “sin pedir permiso”. Mea culpa. Y lo que sentí cuando alguien lo hizo conmigo fue falta de profesionalidad y poca elegancia.

El trabajo en Unreasonable me ha enseñado a manejar la situación en diferentes escenarios. Aquí los tres mandamientos de las introducciones por correo electrónico:

Pedirás autorización sobre todas las cosas

Si te piden una introducción, siempre (sin excepciones), te tomas el tiempo de escribirle una pequeña nota explicativa para quien le vas a solicitar la intro.

Lo elegante es que escribas unas líneas de chacoteo ligero, seguido de: “me pidió Juanito Pérez una introducción. Él se dedica a esto, lo conozco por esto y creo que sería interesante que se conocieran por esto otro”.

Si dejas suficientemente clara la expectativa… lo tratas como el mesías y le das la información adecuada para que no pierda su tiempo. Como bonus, es todavía mucho más elegante si terminas diciendo: “entiendo lo complicado de tu agenda, no te sientas comprometido pero si sí… ¡estaría sensacional!”.

No presentarás a nadie en vano

Tipico: cruzas un correo de intro y quien te lo pidió nunca dio seguimiento. Naturalmente, tú, como conector quedas fatal. ¿La solución? Viene desde antes. Solicita un accionable a quien te pide la introducción con algo así como: “Me parece genial. ¿Crees que pudieras enviarme el texto introductorio que te gustaría que pusiera? Así me permites a mí entender mejor el motivo de la introducción”.

Es increíble la cantidad de emprendedores que no dan seguimiento siquiera a esta sencilla petición. La intro estaba destinada a fracasar. Si por el contrario se toman el tiempo para pensar y redactar… habla de su seriedad. Y te ahorra tiempo porque solo copias-pegas… ¡y tan tán!

No incomodarás

La situación es al revés: si ahora tú tienes que pedir una introducción puedes hacer lo siguiente: “Hola Juanito Perez, eres genial (y una intro chacotera). ¿Será posible que me presentes a Pedrito? Me encantaría conocerlo para esto, creo que para él podría ser interesante por esto. Incluso aquí te dejo un texto introductorio para copiar-pegar y así no abusar de tu tiempo”. Te garantizo que el 90% te querrá ayudar.

Elegante. Sencillo. Eficiente.

*livm