Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

15 Jul, 2020

El T-MEC acelera la competencia y las inversiones turísticas

El viernes pasado, Luis Araiza, como secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad de Baja California Sur, mostró un vaso “medio lleno” respecto a las oportunidades del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La Secretaría de Economía convocó a una videoconferencia sobre el tema y allí estuvieron también la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, y Rosa Elena Lozano, secretaria de Desarrollo Económico de Quintana Roo.

De la Mora dijo que el T-MEC será la herramienta para “resucitar” de la crisis económica provocada por el covid-19 y habló una hora sobre reglas de origen y preferencias arancelarias.

Quedó claro, como sostuvimos en este espacio la semana pasada, que hay pocas ventajas comerciales para el turismo, como no sea que a alguien se le ocurra lanzar un tequila tipo Cabo Wabo, pues resulta que sólo se venderán en Estados Unidos y Canadá estas bebidas respetando la denominación de origen mexicana.

Además, no habrá cargos para la comercialización de productos digitales, como videos, y hay un hueco para los textiles artesanales que van sin aranceles hasta los 800 dólares por exportador.

Mientras, Lozano confirmó que en un estado netamente turístico como Quintana Roo, apenas 0.3% de los ingresos vienen de las exportaciones, pues la riqueza surge de esa gran maquinaria que ha sido en los últimos años el turismo.

Así es que hay todo por hacer para exportar mercancías y presentó algunas cifras que han colocado a esa entidad como una potencia turística global, incluyendo que por allí entraron, en 2019, dos terceras partes de las divisas turísticas.

Además de que se realizaron 183 mil operaciones aéreas, es decir, más de 500 diarias, conectando 17 destinos en Canadá y 40 en Estados Unidos.

Araiza, por su parte, puso sobre la mesa dos ventajas del T-MEC para el turismo de su estado. La primera es que da certidumbre para realizar inversiones en esa demarcación.

La otra es que, debido a los elevados niveles de competencia, mejorar es un reto permanente.

Esta visión y todo lo aquí expuesto, no contradice tampoco que se haya perdido la oportunidad de modernizar la relación aeronáutica con Estados Unidos, lo cual podría haber significado más competencia, pero también más asientos disponibles para el turismo.

La competencia, como acicate para la calidad, debe ser la visión para hacer valer, a través de la confianza, la importancia de ser socios de dos países del primer mundo como lo son Estados Unidos y Canadá.

Araiza mencionó otros sectores, como el agrícola o el de la pesca, los cuales exportan con base en sus productos reconocidos internacionalmente; así como la relevancia de ser un estado seguro y el segundo con menores niveles de pobreza.

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Finalmente, planteó que, junto con el turismo, se podrán desarrollar conjuntamente nuevas tecnologías para este sector y que deberá haber un mayor intercambio científico.

Una visión de progreso que ha hecho fuertes a los estados del norte del país. Razón por la cual se sigue hablando de esos “dos Méxicos”, cuyas asimetrías nos ponen tantos retos como país.

 

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