Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

19 May, 2023

Estadunidenses pierden el apetito por viajar a México

Las fichas del turismo, que no son iguales a las del juego del Turista, se están reacomodando con rapidez y México está perdiendo la participación de mercado que había ganado en Estados Unidos.

No es sorpresa, sí lo hubiera sido lo contrario, acertaron los especialistas que decían que México tenía “turistas prestados” que dejarían de venir cuando se reabriera la competencia mundial tras la pandemia.

Paco Madrid, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Anáhuac, fue una de esas “aves de mal agüero”, así es que habrá disfrutado haciendo uno de sus cuadritos, con datos al primer trimestre de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo de Estados Unidos.

Según los mismos, entre enero y marzo, México perdió 8.3 puntos del mercado aéreo estadunidense, que ya se está repartiendo entre Europa y Asia, con 4.1 y 5.5 puntos más, respectivamente.

Los países del Caribe también muestran números rojos, pero la contracción fue de 2.4 puntos, es decir, menos de la tercera parte que México.

La decisión de mantener las fronteras abiertas no fue una estrategia turística, sino producto de la dependencia que tenemos con Estados Unidos y, en el paquete, el sector de los viajes resultó beneficiado.

Pero sí fue exitosa la “tonada” de esta versión del “burro que tocó la flauta”, un gobierno con herramientas “neoliberales” habría buscado hacer propios el mayor número posible de esos turistas “prestados”.

Hay que ser serios y aceptar que las “operaciones tocapuertas” de Miguel Torruco, titular de Turismo, son unos “viajes de placer” disfrazados de “viajes de trabajo” (por cierto, ¿qué irá a poner el funcionario en su tarjeta migratoria esta semana que vuela a Roma a tocar puertas para no mentir a las autoridades?, ¿va de viaje de placer o de viaje de trabajo?, ¿será de bleisure?).

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Una respuesta “neoliberal” hubiera sido de pizarrón para enfrentar, no ahora, sino hace muchos meses, una situación como ésta, si todavía existiera el Consejo de Promoción Turística.

Primero, habría sido importante trabajar en mostrarle todo lo que tiene México a los habitantes de esas ciudades que estrenaron rutas aéreas hacia algunos destinos nacionales y que pueden cerrarse tan rápidamente como se abrieron.

También debería haber alianzas con las aerolíneas para reforzar la promoción en esos núcleos emisores de viajeros con el propósito de que se mantengan las conexiones.

Además, habría sido pertinente una gran campaña en Estados Unidos para agradecerle a los vecinos que vinieron a México durante la pandemia y mostrarles nuevas maneras de disfrutar este país.

En esta época de microsegmentación, también sería el momento para hacer campañas digitales dirigidas a esos viajeros con intereses tan particulares como los jubilados, los surfistas, los fanáticos del home office o los foodies para que sigan planeando viajes a México.

Obviamente, muchos se hubieran ido, de todos modos, a Europa o a los destinos asiáticos, pero la apuesta sería ganar para el mediano plazo algunos puntos de participación de mercado turístico contra 2019 y no perder ocho puntos de un tirón, más los que vienen.

Los destinos principales de playa ya están haciendo esa tarea, pero otros muchos, como Huatulco, Veracruz, Manzanillo y tantos más, seguirán viendo de lejos el potencial de turismo y poco o nada podrán hacer para volver una regla y no una excepción la bonanza turística que comenzaron a vislumbrar en 2021.

 

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