Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

26 Abr, 2024

Medio siglo de Las Hadas

MANZANILLO.— Ayer, Grupo Brisas, que comanda Antonio Cosío, celebró medio siglo del hotel Las Hadas, en Manzanillo, que resguarda una de las historias más interesantes que se han escrito en el turismo de México.

Hace más de medio siglo pasó por aquí Antenor Patiño, un empresario boliviano conocido como el Rey del Estaño, quien se enamoró de esta bahía flanqueada por montañas y palmares.

Así es que compró más de 40 hectáreas y contrató al célebre arquitecto José Luis Ezquerra para que, en la cuarta parte, desarrollara una estructura de estilo mediterráneo que no desentonaría en Mykonos o cualquier otra isla griega.

Patiño también se dio a la tarea de invitar a sus amigos de la aristocracia europea y del jet set estadunidense, quienes le tomaron gusto al lugar y se dejaron venir con sus aviones privados y sus yates, al mejor estilo de esos millonarios mexicanos de los que se queja el presidente Andrés Manuel López Obrador.

A la inauguración llegó incluso Margarita, la hermana de la reina Isabel II de Inglaterra.

El boom ocurrió cuando Bo Derek, una belleza estadunidense, filmó aquí 10, La Mujer Perfecta, y los viajer@s se volcaron a modelar sus bikinis o con el sueño de emular a ese famoso voyeurista que protagonizó Dudley Moore.

Mientras, en el otro extremo de la bahía, siguió creciendo el principal puerto de altura, puerta de entrada de los productos asiáticos.

Al lado de Las Hadas abrieron otros hoteles de menor categoría y hoy Barceló es la única cadena internacional que opera aquí; aunque hay unos más de cuatro estrellas y uno boutique que se llama Corazón, que abre sólo cuando el dueño está de humor.

Las Hadas tiene un campo de golf en una propiedad cercana de más de 30 hectáreas, pero Manzanillo no se desarrolló como ciudad turística y hay pocas actividades que hacer.

La conectividad aérea es limitada, pues, tras la quiebra de Interjet, sólo quedó Aeroméxico, que cobra tarifas proporcionalmente elevadas.

En invierno llegan algunos vuelos de Alaska, WestJet y otras pocas aerolíneas desde Estados Unidos y Canadá, así es que 90% de la ocupación es mexicana, predominantemente de ciudades cercanas, como Guadalajara, Zacatecas y Morelia.

Y viene otro reto, pues cuando terminen la nueva autopista de Guadalajara a Vallarta sólo se necesitará manejar tres horas contra cuatro a Manzanillo.

El Grupo Brisas, singular por ser de una familia empresarial con un enfoque patrimonial, ha hecho un trabajo serio de conservación del inmueble y, como me platicaron algunos empleados, el sueño de muchos jóvenes de Manzanillo es trabajar en Las Hadas.

Pero la tarifa promedio por habitación por noche no llega a tres mil pesos con los desayunos incluidos y la ocupación el año pasado fue de 54 por ciento.

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¿Cómo sucedió que el hotel más exclusivo de México dejó de serlo?

La respuesta incluye la vocación portuaria del destino; la muerte de un genio de la mercadotecnia como Antenor Patiño, el Fobaproa, problemas de inseguridad en Colima y que las grandes marcas hoteleras nunca llegaron.

Una fortuna fue que la familia Cosío no lo haya dejado caer, así es que ahora muchos siguen disfrutando de un sitio hermoso y escuchan en las callejoneadas de las noches esas historias, cuando los más ricos y los más famosos saludaban a Las Hadas, esas mismas esculturas que le siguen dando la bienvenida a todos los viajeros.

 

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