Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

29 Jul, 2020

Una privatización desastrosa en el gobierno de AMLO

 

Al más puro estilo neoliberal, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) privatizó Visit México, pero lo hizo mediante un contrato opaco, con errores de forma y fondo, lo que derivó en problemas de gestión, como haberlo mudado a un servidor sin acceso a los viajeros.

Lo que ha sido descrito aquí como un “rapto”, y que en cinco días ha convertido al turismo mexicano en el hazmerreír de sus competidores internacionales, técnicamente fue la aplicación de una política comercial de un proveedor de tecnología.

Tecnocen sacó del aire un portal por falta de pago y lo resguardó en sus servidores, pasando por alto que, en lugar de una “miscelánea”, era la plataforma del turismo mexicano.

El problema de origen fue el Convenio de Concertación que firmaron Miguel Torruco, secretario de Turismo federal, y Braintivity, cuyos representantes legales son Marcos Achar y Carlos González.

Según expertos entrevistados por este espacio, con el compromiso de no citarlos para no afectar la relación con sus clientes, el convenio está plagado de omisiones que derivaron en incumplimientos, tanto de Braintivity como de la Sectur.

Esta columna cuenta con una copia de dicho convenio, en donde, además de los arriba mencionados, aparecen las firmas de Miguel Ángel Cortés, director general de Tecnologías de la Información, y Gustavo Armenta, director general de Comunicación Social de la Secretaría de Turismo.

Estos últimos son los enlaces técnicos, el primero como responsable de la migración y el segundo como encargado de las redes sociales y los contenidos.

La Sectur, adicionalmente, exigió seguridad, pero no revisó la misma, pues fueron entregados a un tercero los 30 sitios y las claves de acceso del turismo mexicano; incluyendo la plataforma del Tianguis México, que también tiene Tecnocen.

En los antecedentes del convenio, la Sectur asegura que para hacer un uso más eficiente de su presupuesto, estableció nuevos mecanismos de promoción con la participación del sector privado; el fin era posicionar a México como una “potencia competitiva y de vanguardia” en el ámbito turístico.

En las declaraciones señala que la Unidad de Normatividad de Contrataciones Públicas del gobierno federal giró en un oficio su opinión de que el convenio no generaba obligación de pago con recursos federales.

Lo que la Sectur consideró que era un permiso para darle a un particular la explotación de un bien público a través de publicidad privada, a cambio de mantener operativo el sitio y de recibir una partida anual de gastos para diversos fines por cuatro millones de pesos.

Mañana: discrecionalidad, sin penalidades ni garantías.

 

  • DIVISADERO

PONCHADO. Por lo visto, al presidente López Obrador no le informaron sobre la privatización de Visit México, pues en su mañanera de ayer dijo:

“Ahora que estaba viendo el inicio de la temporada de beisbol de Grandes Ligas, en el juego de Yankees con Washington, apareció un anuncio de este Consejo de Promoción Turística (que se canceló por la corrupción) y estoy por averiguar qué pasó, o sea, ¿quién pompó si ya no existe?, entonces, ¿de dónde salió esta publicidad?”

Fue una acción de Braintivity que promovió el visitmexico.com entre cuatro millones de fans, como AMLO.

 

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