Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

12 Feb, 2019

CMN quiere líder inmune al sospechosismo de AMLO

Esta semana saldrá humo blanco en el cónclave del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y en la lista de aspirantes figuran, sobre todo, empresarios de la nueva generación.

Apunte a Carlos Danel, del Banco Gentera; Alberto Torrado, del Grupo Alsea; Eugenio Madero, de Rassini; Juan Ignacio Garza, de Grupo Xignux, y Antonio del Valle Perochena, de Grupo Kaluz.

Entre hoy y mañana, el “grupo de sabios” del CMN, en el que participan Claudio X. González, Alberto Baillères, Germán Larrea, Dionisio Garza Medina, Antonio Del Valle y José Antonio Fernández Carbajal realizarán las últimas consultas para llegar al jueves con un presidente fuerte y de unidad para este club de los ricos de México que concentra alrededor del 25% del PIB del país.

Esta nueva presidencia es relevante porque el organismo encabezado por Alejandro Ramírez perdió toda interlocución, primero con el candidato de Morena y ahora Presidente de la República, y después con los diputados y senadores.

Lo mismo le ocurrió al dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, por la campaña negra que le hicieron a Andrés Manuel López Obrador y por el abierto apoyo a José Antonio Meade durante el proceso electoral de 2018.

En la historia económica y política de México, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, creado en 1962 bajo el gobierno de Adolfo López Mateos y cuyo primer dirigente fue Bruno Pagliai, ya tuvo serios enfrentamientos con presidentes, sobre todo con Luis Echeverría y con José López Portillo por populistas y estar abiertamente en contra de la libre empresa.

Y justo para que la sangre no llegue al río con AMLO, es que el nuevo presidente del CMN debe ser un empresario cuya riqueza y negocios no se hayan generado al amparo de concesiones públicas, como son las empresas de los sectores de comunicaciones, telecomunicaciones, mineras y obra pública, principalmente, y sí con base en el esfuerzo empresarial ciento por ciento privado y que no tengan olor a gobiernos priistas y panistas.

El “grupo de sabios” del CMN parece que ya entendió que la confrontación con el gobierno de Morena, con López Obrador y sus secretarios, pero sobre todo con las cámaras de Diputados y de Senadores, no lleva a ningún lado y tampoco contribuye favorablemente al clima de negocios en México.

Por lo anterior, el CMN va a impulsar a un empresario que sea el líder para unir a los organismos empresariales y los cohesione, un presidente que hable, sea escuchado y respetado por AMLO y su grupo compacto: Carlos Urzúa, Julio Scherer, Marcelo Ebrard, Rocío Nahle, Martí Batres, Yeidckol Polevnsky, Alfonso Romo y Alfonso Durazo.

Se sabe que una de las principales acciones que va a seguir este dirigente será coordinar la “marcación personal”, a través de un séquito de cabilderos y dirigentes empresariales, a los principales secretarios, subsecretarios y directores generales de empresas del Estado.

El objetivo es que el aterrizaje de las iniciativas del Congreso y de las políticas públicas no lesione más la vida de las empresas. Porque muchos de los nuevos funcionarios “no entienden que no entienden y el costo del aprendizaje va a ser muy caro para los negocios”.

VILLEGAS, EN LA MIRA

A quien le siguen la pista los organismos anticorrupción del gobierno federal es a Ricardo Villegas Vázquez, un exfuncionario de Pemex, por presunta comercialización de petróleo, participación en la llamada Estafa Maestra y enriquecimiento ilícito. Este ex de Aguas Someras y del área de Especialidad Técnica de Explotación de Pemex Exploración y Producción (PEP), trae detrás al SAT, al OIC de la paraestatal y a la Fiscalía General de la República. Se investiga su posible participación en Harren & Partner Ship Management México y otras que comercializaban petróleo crudo en sustitución de la quebrada empresa Remedial Offshore, en el 2015. El funcionario se jactaba de tener el control de la región de Dos Bocas y regiones marinas. El OIC de Pemex lo ubica ya en la Estafa Maestra, pues sólo les bastó con revisar los convenios que firmó con universidades donde los subcontratistas fueron empresas de sus hijos, entre las que sobresale Roales. Este órgano estima que Villegas habría recibido apoyo de la dirección general de PEP, bajo la gestión de Gustavo Hernández. Todo apunta a que este personaje lo está revisando, por enriquecimiento ilícito, la Auditoría Superior de la Federación, el SAT y la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Cometidos por Servidores Públicos de la FGR.

 

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