David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 Feb, 2019

Pemex, focos rojos

Petróleos Mexicanos se está convirtiendo en el principal foco rojo sobre la economía mexicana, no únicamente por su complicada situación financiera, sino también por la mala manera en que la administración está enfrentando la situación.

Era lógico que la llegada de un nuevo gobierno generara dudas en los mercados, pero Octavio Romero y su equipo se han encargado de hacerlas más grandes. En la presentación que tuvieron la Secretaría de Hacienda y Pemex con los inversionistas inició la tragedia.

A los inversionistas, a los que la empresa productiva del Estado les tendrá que pedir este año por lo menos mil 600 millones de dólares en los mercados internacionales, no les gustaron ni la actitud ni los planes financieros que les presentaron. En contrapartida, el equipo de Carlos Urzúa generó una gran tranquilidad y confianza a los inversionistas.

Los resultados fueron diametralmente diferentes. Fitch disminuyó dos grados la calificación de Pemex, poniéndola al borde de perder el grado de inversión, y el gobierno mexicano colocó en muy buenas condiciones dos mil millones de dólares en los mercados internacionales para refinanciar deuda.

Hacienda ha tratado de apoyar a Pemex desde su trinchera, cambiándoles el régimen fiscal, con lo que tendrán 66 mil millones de pesos para invertir este sexenio, y ofreciéndoles cualquier cantidad de apoyos en la presentación de su plan financiero.

Si bien es cierto que el dólar se ha venido fortaleciendo durante los últimos días, también es un hecho que el movimiento del peso se está viendo influido por las malas perspectivas de Pemex en los mercados, así como el debilitamiento intencional de los órganos autónomos que regulan este sector como la CRE y la CNH.

La administración de Pemex ha hecho más grave la situación. El martes enviaron un mensaje a los mercados en el cual parecen sustancialmente más preocupados en defender al presidente Andrés Manuel López Obrador y a sus políticas que de convencer a los mercados de su viabilidad financiera.

Parecería que no saben que las calificadoras de valores miden las probabilidades de pago del emisor de deuda, no su ideología. La manera de atender el asunto es dando certeza de que la empresa tendrá viabilidad financiera y mejorará su capacidad competitiva, no cuentan entelequias como la autoridad moral o cualquiera de esas cosas tan de moda en la Cuarta Transformación.

Culpar a los gobiernos anteriores es totalmente inútil para los mercados, puesto que no están interesados en temas políticos, sino en hacer buenas operaciones financieras.

A pesar de las muy buenas gestiones que ha hecho la Secretaría de Hacienda, parecería que la gravedad de los errores y la incapacidad de Pemex ya están convirtiéndose en un riesgo mayor para la deuda de México. De acuerdo con Bloomberg, Pemex amenaza con llevar a la deuda de México a perder el grado de inversión y convertir a sus bonos en chatarra.

BUENA REACCIÓN

Rocío Nahle, quien es la directora de Pemex de facto, y su equipo deben entender que su visión altamente ideologizada se está convirtiendo en el principal enemigo para cumplir a su misión. No tienen que vencer a los mercados ni subirlos a la Cuarta Transformación: no se trata de un movimiento político o una secta.

A los inversionistas internacionales no les importan las convicciones políticas de uno y otro cliente, puesto que tienen la responsabilidad de maximizar los ingresos para sus clientes. Tampoco les impacta el ridículo cambio al logo que dice “Pemex por el rescate de la soberanía”.

Si la estrategia de Pemex es aplicar intangibles como superioridad moral, lado correcto de la historia o algunas otras cosas que sólo quedan en el terreno de siquiatría, el camino los llevará a una crisis que, desgraciadamente, dañará al conjunto de la economía.

Quizá deberían aprender de la correcta reacción que tomó la Asociación de Bancos de México luego de que Moody’s rebajara la calificación de cuatro de los principales bancos, puesto que dan argumentos tangibles y no rollos.

SIGUE TUITERO GAD

En esta semana, el subgobernador de Banco de México, Gerardo Esquivel, ha usado su cuenta de Twitter de una manera magistral. Primero, apoyó la existencia de las estancias infantiles, y ayer, se mandó un tuitazo en respuesta a Martí Batres.

El senador del partido hegemónico escribió en la red social una verdadera barbaridad: “la autonomía de la UNAM, CNDH, INE y Pueblos Indios fortalecen a la sociedad. La autonomía de la CRE, CNH, Cofece y otras es (sic) para fortalecer a consorcios privados frente a las empresas públicas”.

El subgobernador respondió: “Estimado Martí, no hay autonomías buenas ni malas. Si hay algún elemento en contra de las decisiones o miembros de ciertos órganos autónomos, procedan legalmente. Con todo respeto, considero que es un error poner el tema de la autonomía en estos términos”.

 

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