David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Sep, 2018

Un gran éxito

 

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) cumple cinco años como una de las instituciones del Estado mexicano más sólidas y eficientes. No hay un sólo indicador que no muestre un salto exponencial dentro de este sector.

Más allá de concentrarme, al menos por hoy, en los números, es necesario realizar un balance en cuanto al concepto, ya que, de entrada, se cambió el enfoque de la regulación.

Su antecesor, la Cofetel, estaba enfocada en la industria. Se concentraba en las preocupaciones de una y otra compañía y pocas veces, casi nunca, volteaban a ver hacia los consumidores, que ahora son el foco del IFT.

Esta visión les llevó a buscar una regulación que incrementara la penetración de todos los servicios a menores costos. Es tan sencillo como recordar cuáles eran los precios que pagaba por la telefonía móvil y los servicios que recibía para posteriormente compararlos con los que hoy goza. Voz, video y datos de mayor calidad a precios que se reducen continuamente.

En materia de televisión, el cambio también es exponencial. Por primera vez en la historia se licitó una cadena de televisión nacional y Grupo Imagen ha cumplido con ser un competidor maverick en la industria. En días recientes han comenzado a operar las primeras cadenas de televisión local y regional, producto de la segunda licitación. Las formas de competencia en la televisión de paga han crecido exponencialmente, no únicamente con mayores contenidos sino, también, a menores precios en favor de los usuarios.

En materia de radio, por primera vez se licitaron estaciones de radio y se han generado nuevas condiciones de competencia, luego de un proceso que dejó al mercado decidir cuánto y cómo podría crecer.

El IFT es, sin lugar a ninguna duda, un ejemplo de cómo formar un organismo independiente en beneficio de los consumidores. Su experiencia, que ha sido ya utilizada como ejemplo para otros organismos internacionales, debería servir también para el gobierno mexicano.

DUDAS

En el proceso de discusión entre continuar con la obra en marcha del Nuevo Aeropuerto Internacional de México o el concepto de crear un aeropuerto donde hoy está la base aérea de Santa Lucía hay una clara desproporción entre los muchísimos datos duros y objetivos sobre la alternativa que se está haciendo y, en la segunda, una gran cantidad de opiniones al aire.

Adicionalmente a los comparativos planteados en la columna que publiqué ayer, es necesario hacer mayores acotaciones para poder tomar una decisión verdaderamente informada.

¿José María Riobóo, que ha fungido como asesor del gobierno electo en este tema, participará en la construcción de Santa Lucía, si finalmente se decide por esa alternativa? En una entrevista radiofónica con Pascal Beltrán del Río, quien ha sido propuesto como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, dijo que, en algún momento, el constructor se deslindará, pero, hasta el momento, no lo ha hecho.

Básicamente toda la defensa de Santa Lucía se fundamenta en el libro que escribió Riobóo junto con Sergio Rubén Samaniego Huerta, quien ha comenzado a dar algunas entrevistas. Este documento habla de la ingeniería de la terminal aérea, pero no habla de los cielos.

Los aeropuertos se construyen del aire hacia la tierra y, hasta el momento, no hay ningún estudio a favor de Santa Lucía desde este punto de vista. Sólo existen las opiniones de los excontroladores de tránsito aéreo chilenos y su única visita al predio. No se trata de un experto en diseño de espacios aéreos sino de un operador.

El estudio de Mitre sí habla de la posibilidad de operar Santa Lucía junto con el actual AICM, pero, como le informé ayer, equivaldría a no aumentar el número total de operaciones en el valle de México.

Otro punto de preocupación fundamental son 100,000 millones de pesos que serían tirados a la basura si se optara por Santa Lucía. Para dar una magnitud, esa cantidad equivale a más del 80% del costo inicial señalado para el tren Maya.

Sería deseable que aquellos quienes están a favor de la opción de Santa Lucía o que, por lo menos, deseen una discusión debidamente informada antes de la consulta, se respondan muchas de las dudas, puesto que comparar una obra en marcha con un concepto es algo así como analizar si se cambia una pareja con la que se tiene una relación por alguien que dio like en una red social.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube