El negro panorama para la recuperación económica de México

i bien algunas economías desarrolladas han mostrado signos de mejora recientemente
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El negro panorama para la recuperación económica de México. Foto: Pixabay
El negro panorama para la recuperación económica de México. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- Si bien algunas economías desarrolladas han mostrado signos de mejora recientemente, todavía hay fracturas dentro de la economía global que presentan riesgos de contagio significativos para los mercados de todo el mundo.

Una de las notables fracturas es la tensión que enfrentan las economías emergentes ante los desafíos de Covid-19: una fuerte caída en la demanda del exterior por sus bienes y servicios, el descenso de los precios de los productos básicos, la fuga de capitales y los mayores costos de endeudamiento en los mercados financieros. 

Debido a que las economías emergentes sufren de mayor volatilidad nominal durante las recesiones económicas, la disminución de los ingresos de exportación por cierres y cuarentenas en combinación con la disminución abrupta en el gasto y políticas de austeridad (como en el caso de México) está creando fuertes desequilibrios en el gasto, nulos estímulos para la oferta y riesgos sobre las finanzas públicas aunadas a las consiguientes dudas sobre su capacidad de pago.

Dentro de las emergentes, el impacto de la pandemia por Covid-19 ha sido impresionante en el caso de la economía mexicana. Dos muestras claras de ello son el panorama gris que pronosticó el FMI para México con una fuerte contracción económica de 10.5%, lo que la sitúa como la peor de América Latina; y el desplome del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) en abril de 19.9% que, si bien es la peor de la historia reciente en México, es menor a lo que esperaban los mercados y que iba en el rango de entre -22% y -20.6%. 

La situación es mala en toda América Latina: Colombia y Perú han visto duplicar las tasas de desempleo, pasando del 6.2% al 12.6% y del 6.6% al 13.1%; Honduras ha experimentado un colapso del -40.5% en las exportaciones; Ecuador, por su parte, se ha quedado sin recursos para afrontar la pandemia. En pocas palabras, América Latina nunca se ha enfrentado a desafíos tan abrumadores.

En las economías en desarrollo el tema crucial se relaciona con el hecho de que están abriendo suficiente espacio fiscal para combatir la pandemia. El tema del espacio fiscal se complica al considerar la caída en los ingresos públicos, por una parte, y la abrupta salida de capitales, por la otra. 

Tan sólo en los meses de marzo y abril salieron 12 mil 440 millones de dólares de México, dejando ver que los mercados han castigado el manejo macroeconómico de la economía mexicana. La salida de capitales y la reducción de los ingresos públicos ha puesto en duda la capacidad de pago de México, lo que ha llevado a que el CDS de la deuda soberana de 5 años haya pasado de 82.6 puntos base en enero a 269.2 puntos base en promedio para el mes de junio.

Los países con déficit persistentes en la cuenta corriente enfrentarán frenos al financiamiento y mayor fuga de capitales, a medida que los inversores busquen activos más seguros. Los países que dependen principalmente de los ingresos de exportación para el financiamiento del sector público se encontrarán con menos clientes y con dígitos rojos (como es ya el caso de Pemex), lo que obligará a más despidos y más contracciones.

Para muchos países emergentes las líneas swap y el apoyo del FMI o del Banco Mundial (BM) han prevenido un colapso de liquidez por ahora. En el caso mexicano, los mil millones del BM le darán un respiro y servirán para que la actual administración de AMLO pueda terminar el año. Sin embargo, no es prudente confiar en los recursos del FMI o del BID para salvar las finanzas públicas en el 2021.

Según las cifras más recientes disponibles, el FMI tiene una capacidad de préstamo de 1.34 billones de dólares (657.4 miles de millones en cuotas, 250.85 miles de millones en nuevos arreglos para pedir prestado y 439.7 miles de millones en arreglos de préstamos bilaterales), mientras que las economías emergentes necesitarán, en conjunto, 2.5 billones. Por lo que no hay recursos suficientes para financiar a todos. 

A Detalle

Los retos que el Covid-19 significa para las economías emergentes no son menores: fuerte caída en la demanda del exterior, en los precios de los productos básicos, en los ingresos públicos aunado a la fuga de capitales, lo que ha traído mayores costos de endeudamiento y dudas sobre su capacidad de pago. Todo esto pone en peligro el financiamiento de estas economías.

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Los emergentes han confiado en los recursos del FMI o del Banco Mundial (BM) para seguir a flote, ese es el caso de mil millones que AMLO pidió al BM. Sin embargo, los recursos que se tienen no serán suficientes para financiar a todos. El FMI tiene 1.34 billones de dólares de capacidad contra 2.5 billones de requerimientos financieros.

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Por Ismael Valverde-Ambriz

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