:quality(75)/media/dinero/images/2023/06/estados-participacion-federal.jpg)
Las transferencias no etiquetadas del gobierno federal hacia estados y municipios, rubro conocido como participaciones y que representan casi la mitad del gasto federalizado, están de capa caída y tuvieron su peor desempeño desde 2009.
La reciente actualización de las participaciones federales de la Secretaría de Hacienda arrojó que, de enero a mayo de este año, estas transferencias totalizaron 516 mil 581 millones de pesos, lo que significó una caída de 4.9% o 26 mil 613 millones de pesos en términos reales frente a igual lapso de 2022.
Se trató de la peor caída interanual de las participaciones federales o ramo 28 para un enero-mayo desde 2009, año en que éstas se desplomaron 23.2% real.
El descenso de los recursos del Fondo General de Participaciones, principal rubro de estas transferencias del ramo 28, por 8.5% anual, fue el responsable de la caída general de las participaciones; ya que no pudieron ser compensados por el avance de 5.8% anual real del resto de 12 fondos que conforman las transferencias no etiquetadas en general.
Por entidad federativa, Oaxaca, Aguascalientes, Zacatecas, Colima y San Luis Potosí fueron las entidades más afectadas en cuanto a la recepción de recursos del ramo 28 por parte del gobierno federal; en tanto que Quintana Roo, Campeche, Baja California Sur, Durango y Nayarit fueron las que más recursos han recibido respecto al año pasado.
En total durante enero-mayo, 22 entidades federativas vieron caer los recursos recibidos por concepto de participaciones federales, en tanto que las restantes 10 vieron crecer dichos recursos.
De acuerdo con la Auditoría Superior, las participaciones federales son recursos que se transfieren por la Federación a las entidades federativas y por medio de éstas también a los municipios y demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, por su adhesión al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal.
Mediante las mismas se les compensa por los recursos que dejan de captar y que se reservan a la Federación, al dejar en pausa el cobro de un conjunto de impuestos que antes recaudaban.
Se trata de recursos de libre administración hacendaria para los gobiernos locales, que se ejercen con base en los marcos jurídicos y normativos locales; y a su vez son recursos fiscalizables por la Auditoría Superior de la Federación.
Detrás de la caída del componente de las participaciones, está el descenso de la recaudación federal participable este año.
La cifra más reciente de Hacienda es hasta abril, y reportó que dicha recaudación totalizó 1.432 billones de pesos, lo que implicó una reducción de 9.6% anual en términos reales.
Por Paulo Cantillo
