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CIUDAD DE MÉXICO.- Ayer entró en vigor la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) por aproximadamente 650 mil millones de dólares, de los cuales 12 mil 117 millones fueron recibidos por el Banco de México.
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), explicó que esta asignación es la más grande en la historia del organismo. “...es una importante inyección de ánimo para el mundo, y si se utiliza con prudencia, una oportunidad única para combatir esta crisis sin precedentes.”
El Banco de México detalló en un comunicado que esta asignación ingresó a las reservas internacionales y, en contrapartida, aumentó en ese mismo monto la cuenta de asignaciones especiales de giro en el pasivo de su balance. “En consecuencia, la operación no tiene un impacto en el resultado del Banco de México.”
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De acuerdo con el FMI, estos recursos proporcionarán liquidez adicional al sistema económico mundial ya que complementará las reservas en moneda extranjera de los países y reducirá su dependencia de la deuda interna o externa más onerosa.
Los países pueden utilizar el margen de maniobra que proporciona la asignación de DEG para respaldar sus economías e intensificar la lucha contra la crisis”, declaró.
El organismo explicó que los DEG se distribuyen a los países miembros en proporción a sus cuotas relativas en el FMI. Esto significa que alrededor de 275 mil millones de dólares se destinarán a países de mercados emergentes o en desarrollo.
Para amplificar los beneficios de esta asignación, el FMI alienta a los países con sólidas posiciones externas a canalizar parte de los DEG en forma voluntaria hacia los países más necesitados. En los últimos 16 meses, algunos países ya se han comprometido a prestar 24 mil millones, incluidos 15 mil millones de su actual tenencia, al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, a través del cual se otorgan préstamos en condiciones concesionarias a países de bajo ingreso.”
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De acuerdo con la directora gerente, el FMI está estudiando con los países miembros la posibilidad de crear un nuevo servicio financiero —el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad— que podría canalizar DEG para ayudar a los países más vulnerables en su transformación estructural y a afrontar, entre otros aspectos, los desafíos relacionados con el cambio climático. Otra posibilidad sería canalizar DEG para respaldar el financiamiento otorgado por los bancos multilaterales de desarrollo.
Esta asignación de DEG es un componente fundamental del esfuerzo más amplio desplegado por el FMI para respaldar a los países durante la pandemia, que incluye 117 mil millones en nuevo financiamiento a 85 países; el alivio del servicio de la deuda a 29 países de bajo ingreso, y el asesoramiento sobre políticas y fortalecimiento de las capacidades para más de 175 países a fin de lograr una recuperación sólida y más sostenible”, finalizó Kristalina Georgieva.
Por: Redacción
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