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CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el inicio de este sexenio, cuando los recortes comenzaron a llegar a las instituciones académicas, como en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, se dio de baja el 15% de la plantilla de los Profesores Investigadores Titulares (PIT). De los 120 que había, 18 profesores se fueron de la institución.
“Como se puede observar en la tabla anterior, el número del personal académico disminuyó significativamente en 2019 en comparación con otros años. Como se mencionará en las páginas siguientes, durante el periodo 2019, se dieron de baja 18 profesores investigadores titulares (PIT). La mayoría de este personal académico, ante la incertidumbre generada por las nuevas disposiciones generales en materia de remuneraciones y la pérdida de competitividad salarial, buscó otros horizontes de crecimiento profesional. Esta situación fue expuesta ante al Comité Externo de Evaluación del CIDE que se reunió los días 25 y 26 de febrero 2019”, se lee en el informe “Evaluación de las Actividades Sustantivas Desarrolladas en el periodo enero-diciembre 2019".
“Hubo un conjunto de profesores que se fueron a principios del sexenio, algunos a Estados Unidos, otros a instituciones privadas, pues yo digo que mal que esos buenos perfiles, que sirven para educar a futuras generaciones, que sirven para hacer ciertos investigaciones con un enfoque más público, de interés nacional pues se tengan que ir a otros lugares, porque pues las instituciones públicas como el CIDE están muy limitadas”, dijo a Excélsior Pablo de los Cobos, investigador del CIDE, quien su sueldo e investigaciones dependen del fideicomiso.
De acuerdo con el CIDE, el 98% de los Profesores Investigadores Titulares tienen estudios de doctorado.
Entre los estímulos que comenzaron a desaparecer, por ejemplo, estuvo el apoyo para los estudiantes de maestría durante su propedéutico de 10 semanas.
La última generación que recibió este apoyo fue precisamente la Pablo de los Cobos, 2018-2020.
En 2018, Pablo llegó de León, Guanajuato a la Ciudad de México para estudiar la maestría en Administración y Políticas.
“La beca del CONACYT es fundamental para quienes estamos en la maestría del CIDE, porque, de entrada son programas, que le llaman de educación exclusiva, en la que todo el tiempo estamos estudiando. Ni siquiera hay tiempo de estar con algún trabajo, prácticamente nadie podría graduarse sin apoyos, a menos que alguien pueda vivir dos años consecutivos con ahorros o con alguna otra fuente de ingresos”, comentó Pablo.
Para quienes ingresan al CIDE, cada vez va habiendo menos apoyos. Antes el CIDE también daba una beca en lo que pagaba Conacyt (que tarda unos 5 meses en dar el apoyo de forma retroactiva).
“Son unos 4-5 meses en los que no estás trabajando y aunque te llegará el apoyo, no lo tienes hasta transcurrido ese tiempo. Entonces, el CIDE te daba un préstamo sin intereses y le pagabas una vez que llegaba lo de Conacyt, y ahorita eso también se eliminó”, comentó el investigador.
Pablo de los Cobos al finalizar su maestría en julio de este año, se incorporó como asistente de investigación, a través del fideicomiso del CIDE.
Sin embargo, ahora con la posible eliminación de los 109 fideicomisos, incluidos 38 de centros de investigación, su futuro académico es incierto. El fondo del CIDE es de 332 millones 969 mil 290 pesos.
“Creo que si no se aseguran los mecanismos para que lleguen los recursos, tendría repercusión para el país, porque se disminuiría la investigación en temas públicos”, concluyó.
Sin contar que el destino académico de los investigadores, que podría terminar en otros países o en la iniciativa privada.
