México es un país fragmentado en competitividad, ¿por qué?

México es un país fragmentado, de acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal; mide la capacidad para generar, atraer y retener talento e inversión.
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México es un país fragmentado, de acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal; mide la capacidad para generar, atraer y retener talento e inversión. Foto: Cuartoscuro
México es un país fragmentado, de acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal; mide la capacidad para generar, atraer y retener talento e inversión. Foto: Cuartoscuro

Tres entidades del sur-sureste del país, Chiapas, Guerrero y Oaxaca, así como dos del Bajío, Michoacán y Zacatecas, reportaron los niveles más bajos de competitividad, ante la falta de oportunidades en salud, escolaridad, empleo, bajas inversiones y registro de patentes, así como problemas de inseguridad, reveló el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022.

Mapa de México brechas de competitividad

Entre los hallazgos del indicador, encontramos que persisten los retos para el sureste en materia de salud, escolaridad y las condiciones del empleo, muy distintos a los que representa la seguridad o la sostenibilidad medioambiental en otras regiones del país”, comentó Valentín Diez Morodo, presidente del Consejo Directivo del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

El indicador evalúa a los estados del país según sus indicadores de tecnología (centros de investigación y patentes), turismo, conectividad, economía, mercado laboral, seguridad, uso de recursos naturales, inclusión, salud y educación, democracia y gestión gubernamental.

Gráfico de los estados mexicanos IMCO

De acuerdo con el reporte, los estados con los peores niveles de competitividad. Tienen un PIB per cápita promedio de 92 mil pesos, una inversión de 41 mil pesos medida por la Población Económicamente Activa y un nivel de talento de 18% (personas de más de 25 años con estudios universitarios o técnicos).

En contraste, la Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila, Querétaro y Jalisco son las entidades con los niveles de competitividad más altos. Tienen un PIB per cápita promedio de 280 mil pesos, una inversión de 119 mil pesos, y un nivel de talento de 31%.

Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Imco, explicó que en las entidades más competitivas, los niveles de inversión son más altos y también la población que tiene estudios superiores, universitarios y técnicos.

En el caso de la innovación, es un elemento muy importante en las entidades más competitivas. Por ejemplo, Jalisco, Querétaro y la Ciudad de México son las que mayores registros de patentes reportan; sin embargo, hay 14 entidades que no generan ni siquiera una patente al año.

Las entidades más competitivas atraen más talento e inversión y ofrecen mejores condiciones laborales”, comentó.

La inseguridad 

Comentó que también se observa una situación de vulnerabilidad para las familias en el sur y sureste, pues la inseguridad es una de las problemáticas que afectan la competitividad.

Mencionó el caso de Michoacán y Zacatecas, que tienen una cifra del doble y del triple de los homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes. “Estamos hablando de ciudades que también por esta situación pueden ser menos atractivas para la inversión y generación de talento”.

Finalmente, en la edición 2022 del indicador se realizó un análisis sobre cómo es trabajar en México, y se concluyó que se observa un país fragmentado, pues mientras que en el norte el trabajo provee de mayores ingresos a las familias y estas tienen en promedio más acceso a la salud, sucede todo lo contrario en el sur.

Salarios hoy menores que hace 30 años

El trabajador promedio mexicano gana menos actualmente, que lo ganaba hace 30 años, tanto hombres como mujeres. Y es que el ingreso por hora del trabajador promedio de los últimos era de 35.2 pesos en 1990 y en 2019 fue de 30.1 pesos.

De acuerdo con Santiago Levy, senior advisor en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, detalló que todos los salarios desde universitarios a gente con preparatoria, secundaria y primaria han caído, pero más se ha reflejado en los empleados con educación superior.

En 1990 un trabajador con educación superior ganaba 145% más que uno que no la tenía; 30 años después la brecha se cerró, y no porque subió el salario de baja escolaridad, sino porque cayó el de las otras escolaridades. El país no está utilizando el talento generado por su sistema educativo y eso es un problema laboral”, dijo en la presentación del Índice de Competitividad Estatal.

Por: Lindsay H. Esquivel

*clm

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