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CIUDAD DE MÉXICO.- Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), que dirige Carlos Hurtado López, es necesario contar con una estrategia clara para proveer a las finanzas públicas de una salud permanente, que sea compatible con el crecimiento del país.
En un análisis, el organismo privado lamentó que las fuertes reducciones de gasto se han hecho sin cambios significativos en las estructuras públicas, manteniendo el mismo aparato administrativo y sin innovaciones que permitan elevar la productividad de la gestión pública.
Incluso, advirtió que es posible que la represión del gasto no sea sostenible hacia futuro; ello, luego de que la política de austeridad del 2019 afectó varios rubros importantes que ya se habían visto en 2017 y 2018.
La reducción en términos reales entre el 2017 y el 2019 acumuló 55 por ciento en comunicaciones y transportes, 12.6 por ciento en salud, 4.6 por ciento en educación, 42 por ciento en medio ambiente, 72 por ciento en turismo, 30 por ciento en ciencia y tecnología, y 32.8 por ciento en inversión pública”, detalló.
De acuerdo al presupuesto aprobado para 2020, los recortes continúan en la mayoría de estos rubros.
DISTORSIONES
Para el CEESP, si bien las finanzas públicas durante 2019 tuvieron buenos resultados generales, hubo distorsiones importantes a su interior; por ejemplo, la debilidad de las fuentes de ingresos se tuvo que compensar con recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que es una fuente no recurrente, cuando el objetivo principal debería ser fortalecer los ingresos a través de un gasto que estimule el crecimiento y por ende una mayor recaudación.
El uso del FEIP es un mecanismo válido legalmente, pero representa una práctica poco sana desde el punto de vista económico, ya que el fondo de estabilización se utilizaría para cubrir un faltante deliberado, más que un riesgo inesperado debería ser su objetivo”.
El CEESP explicó que gracias al FEIP los ingresos presupuestales sumaron 5.38 billones de pesos, 1.6% real por arriba a la observada durante 2018. Sin ello, los ingresos totales del sector público habrían resultado 0.8 por ciento real menores a los del año pasado.
En gasto, la tendencia fue a rubros asistenciales y proyectos de inversión sin rentabilidad probada, mediante el sacrificio del gasto de inversión y en cruciales para el crecimiento como infraestructura, ciencia y tecnología y salud.
El resultado positivo desde la perspectiva agregada de las finanzas públicas en 2019 se logró recurriendo a mecanismos que son transitorios, y que de mantenerse implican serios riesgos para la economía en adelante”.
Dijo que el presupuesto para 2020 se basa en proyecciones poco realistas.
