Pensiones, un dolor de cabeza para las finanzas públicas

No sólo se “come” año con año cada vez más parte del presupuesto federal, sino que es tal la magnitud de su deuda que cuando se suma a los pasivos financieros, la deuda pública del país casi llega al 100% del PIB. 

Estamos hablando de las pensiones, que en 2023 proyectan un gasto de 1.69 billones de pesos, un crecimiento real de 12.8%, y representará el 20.4% del gasto total presupuestario, según el PPEF 2023. 

En 2016, las pensiones pesaban el 14.9% del total, y el país no sólo gasta en este rubro más que en conceptos necesarios como educación, salud, infraestructura, seguridad o justicia, sino que su crecimiento ha sido tal, que pagar a los pensionados en 2023 será mayor ahora que la erogación en toda la nómina del sector público (funcionarios del Ejecutivo, Legislativo, Judicial, autónomos, empresas públicas, maestros, médicos, militares, etc.), que ascenderá a 1.59 billones de pesos. 

Esto sin contar que, en 2023, el 64% del gasto del IMSS y el 70% del gasto del ISSSTE se dirigirá precisamente a pagar pensiones, y el resto a prestar servicios de salud.

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Pero a este problema del gasto se suma el enorme pasivo pensionario del sector público: según Hacienda, la deuda federal con los futuros pensionados (IMSS, ISSSTE, Pemex, CFE y otros organismos) asciende a 11.5 billones de pesos, 43.6% del PIB, que cuando se suma a la deuda pública tradicional del país, la deuda global federal llega al 94% del PIB.

Dinámica demográfica 

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) afirmó que el gasto en pensiones crece año con año, porque “estamos pagando pensiones de un esquema de pensiones anterior, más oneroso; porque la población adulta mayor aumenta más con relación a la población joven y demanda más gasto en pensiones; y porque se ha creado un programa universal, que otorga una pensión a todos los adultos mayores de 65 años”. 

El CIEP afirma que, si bien con la universalización de la pensión para adultos mayores ahora este programa entra en las presiones de gasto, el principal problema a resolver en el corto y mediano plazo son las pensiones para la llamada generación de transición, es decir, quienes iniciaron su vida laboral antes de julio de 1997 y que tienen derecho a pensionarse con recursos públicos en lugar del ahorro generado en su vida laboral. 

Algunas alternativas 

El CIEP propuso, en un estudio sobre Pensiones en México, algunas medidas que pueden ser viables operativa y políticamente, como tener un padrón universal de pensionados para tener una dimensión de cuántas personas se pensionan y a qué edad, y aprobar por ley que todos los sistemas de pensiones estén en un solo esquema. 

Pero también hay otras soluciones más “radicales” que serían más estructurales para el problema de generación de transición, que por lo mismo son más complicadas porque hay ganadores y perdedores, según el experto en finanzas públicas Héctor Villarreal. 

Algunas acciones serían establecer un tope máximo a las pensiones, y que desde ese monto se actualicen por inflación, ya que la gran mayoría de los montos no corresponden a las aportaciones que se dieron en la vida laboral. 

Otra solución sería terminar la generación de transición, que se pensionen en el sistema de afores y que el gobierno les otorgue un bono para mitigar el impacto, pago que sería reconocido como deuda pública transparente.

Por: Paulo Cantillo 

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