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El Servicio de Administración Tributaria (SAT) es el claro ejemplo de un organismo público que ha estado aplicando la máxima administrativa de “hacer más con menos”.
Datos de la Secretaría de Hacienda señalan que para 2023, el SAT operará con un presupuesto de 11 mil 506 millones de pesos, lo que implicará una caída de 14.7% anual en términos reales, con lo que será el quinto año consecutivo con reducciones en su gasto, además de que se tratará del presupuesto más bajo para el organismo cuando menos desde 2003.
Esta situación se presenta en el contexto en que al SAT se le encomendó la tarea de recaudar un total de 4.6 billones de pesos el próximo año, lo que sería el monto de ingresos tributarios más alto de la historia.
De cumplirse la meta recaudatoria para 2023, el SAT prácticamente habrá quintuplicado su rentabilidad en el periodo de referencia: mientras que en 2008 el fisco recaudaba 86 pesos por cada peso que se ejercía en su operación; para 2023 esa rentabilidad habrá pasado hasta los 402 pesos recaudados por cada peso de gasto operativo.
Juan Pablo López Reynosa, investigador del área de Ingresos e Impuestos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó a Excélsior que efectivamente las cifras de Hacienda muestran una cada vez mayor eficiencia recaudatoria del SAT.
Comentó que, en particular para 2023, el recorte al presupuesto obedece a que se le quitó la operación del programa de control de la operación aduanera, y que éste fue trasladado a la Agencia Nacional de Aduana de México.
Con esto, el SAT tendrá una función menos que cumplir, cuyo presupuesto fue traslado a otra agencia federal, pero que, en cuanto a sus funciones sustantivas, el programa de la recaudación de las contribuciones federales registrará un aumento de 10.4% anual real.
López Reynosa comentó que parte de la mayor eficiencia recaudatoria del SAT en los últimos años obedece a las distintas misceláneas fiscales que se han aprobado hasta 2022, que fueron un marco legal para dotar al organismo de mejores atribuciones a la hora de perseguir el dinero.
Comentó que esto se ha visto reflejado en indicadores como el menor gasto en operación por cada peso recaudado o la llamada recaudación secundaria, que es la fiscalización que se hace hacia los contribuyentes, en particular a los grandes.
En este último rubro, comentó que la rentabilidad de la fiscalización pasó de 58.6 pesos recaudado por cada uno gastado en fiscalizar en 2018, a 140.5 pesos de retorno de la fiscalización este año.
Expresó que en la actual administración se han realizado reformas en el pago de impuestos en tres sentidos: de control, de claridad y de simplificación. Este último fue para que la recaudación primaria aumentara, es decir, tratar de hacer más fácil el aporte de los contribuyentes.
López Reynosa también añadió que el SAT ha mejorado las metodologías que emplean para el proceso de cobro de los impuestos, ya que en sus informes revelan que han puesto especial atención a programas de eficiencia recaudatoria, tales como un programa vigilancia profunda del SAT, que identifica variaciones atípicas en el pago de las declaraciones, y un sistema de monitoreo hacia los contribuyentes.
cva
