Una política monetaria para la recuperación: BCE e Italia

La intervención del Banco Central Europeo (BCE) proporciona un amortiguador contra la incertidumbre que enfrentan las economías de la Unión Europea ante el Covid-19
Economía -
Una política monetaria para la recuperación: BCE e Italia. Foto: Pixabay
Una política monetaria para la recuperación: BCE e Italia. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- La intervención del Banco Central Europeo (BCE) proporciona un amortiguador contra la incertidumbre que enfrentan las economías de la Unión Europea ante el Covid-19. Por el momento, esta intervención ha aliviado la preocupación por la sostenibilidad de la deuda italiana. Pero sin ella, Italia es vulnerable a una crisis de deuda.

Ante los retos que plantea la pandemia del Covid-19, el BCE declaró el 18 de marzo de 2020 que no toleraría ningún riesgo para la fluida transmisión de su política monetaria. En este contexto, lanzó el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) de 750,000 millones de euros, y anunció una exención de los requisitos mínimos de calidad crediticia para la compra de bonos emitidos por Grecia. El 7 de abril, el BCE amplió la exención a las garantías en toda la Unión Europea (UE). Esto quiere decir que toda la deuda soberana de la zona del euro es aceptable para el PEPP como una garantía válida. 

Sin embargo, los bancos comerciales no tienen la seguridad de poder utilizar los bonos de países con calificaciones bajas como garantía del BCE, y los inversionistas no tienen la seguridad de que los países puedan refinanciar sus deudas que vencen mediante compras del BCE. En consecuencia, los países vulnerables podrían ver un aumento significativo de los rendimientos de sus bonos debido a la perspectiva de una rebaja por debajo del umbral de calidad del BCE. 

Un país en aprietos es Italia. Se espera que la relación deuda/PIB de este país aumente más allá del 150% del PIB para fines de 2020. Pero con la intervención del BCE, su deuda volvería gradualmente a los niveles anteriores al Covid-19, de alrededor del 145% en aproximadamente una década. Este hallazgo se alinea con las preocupaciones expresadas por Fitch en abril del 2020. Cuando Italia fue rebajada a BBB-, Fitch señaló que la relación deuda/PIB del país sólo se estabilizaría en este nivel a mediano plazo, lo que subraya los riesgos de sostenibilidad de la deuda y la importancia de la ayuda del BCE. 

Cabe señalar que los compradores de deuda italiana están apostando a que Italia se salvará del impago, lo que empujará los diferenciales hacia abajo. Esto presenta a Italia una ventana de oportunidad para centrarse en las políticas de mejora del crecimiento, aprovechando el próximo presupuesto de la UE a largo plazo y el instrumento de recuperación del programa Next Generation EU.

La calificación actual de Fitch de Italia es BBB-, apenas un escalón por encima del rango de especulación, lo que plantea la cuestión de los diferenciales a los que Italia puede refinanciar su deuda. Con las actuales intervenciones del BCE, Italia financia su deuda con un diferencial constante por encima de la tasa AAA. Por otro lado, en un régimen en el que la deuda italiana puede no ser aceptada como garantía, o los recortes a las garantías se incrementen después de que se supere la crisis económica, los diferenciales aumentarían con la relación deuda/PIB. 

El aumento de la deuda es uno de los indicadores de alerta de las crisis de deuda utilizados por el FMI y por el BCE. El aumento de la razón deuda/PIB, que se mantienen por encima del umbral del 120% del PIB, puede provocar la pérdida de acceso al mercado y una crisis de deuda. El flujo de deuda (es decir, las necesidades de refinanciamiento) es otro criterio, y los valores que superan el 20% del PIB para las economías desarrolladas (o el 15% para las economías emergentes) en general no pueden ser absorbidos por el mercado.

Italia y el BCE dan un ejemplo de una política monetaria exitosa. Si la intervención del BCE mantiene los diferenciales constantes en alrededor de 130 puntos base, la trayectoria de la deuda italiana se estabilizaría y volvería al nivel anterior al Covid-19 en una década. Si se deja sola, Italia podría caer en recesión e impago. Pero el próximo presupuesto de la UE a largo plazo y el instrumento de recuperación por Next Generation brindan al país una ventana de oportunidad para centrarse en políticas que mejoren el crecimiento.

A DETALLE

La razón deuda/PIB se está incrementando en Italia. Por esta razón, los rendimientos de sus bonos y la calificación crediticia pueden poner en aprietos a esta economía. Ante esto, el BCE lanzó un programa que marcar una exención para los requisitos mínimos de deuda para los países de la UE, por lo que la deuda de toda la Zona Euro vale como garantía crediticia.

Imagen intermedia

Esto es un ejemplo de una posible política monetaria exitosa, pues da garantías financieras para que la razón deuda/PIB pueda estabilizarse y además generar, con la ayuda mayores recursos, la recuperación de la economía. Todo esto es parte de un programa del BCE de largo plazo, que tiene una perspectiva a 10 años.

Por Ismael Valverde Ambriz

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