Edgar Amador

Edgar Amador

26 Nov, 2018

¿Fuma mariguana? Pague IEPS

El consumo de mariguana no estará completamente oficializado hasta que se paguen impuestos. Y no únicamente se debe pagar el impuesto normal para el consumo, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), sino que, además, se debe pagar un impuesto especial por tratarse de un bien peculiar.

El debate sobre la necesaria legalización de la mariguana ha sido muy extenso y minucioso, con las partes a veces polarizadas respecto de los beneficios de la misma. Pero a mí me gustaría escuchar algo muy sencillo: ¿cuál es la tasa de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se le cobrará a su consumo y cómo se va a recaudar?

Los impuestos son la forma en que el Estado se financia para intentar alcanzar el bien común. Por eso la corrupción de funcionarios públicos es económicamente ineficiente: nos impide alcanzar el máximo nivel de bienestar público para un nivel de recaudación dada. De hecho, la penalidad óptima para la corrupción debiera ser el valor del nivel de bienestar público que no pudo ser alcanzado por el peculado.

Existe entonces una primera función para los impuestos: financiar al Estado, ese conjunto de instituciones diseñado por los votantes para que los lleve a un mayor bien común. Para ello existen dos impuestos fundamentales: el de ingresos o renta, y el de consumo.

Gravar el consumo y los ingresos tiene un fin netamente recaudatorio. Busca financiar el presupuesto público mediante el gravamen de dos fuentes de recursos de las familias y empresas.

Existe también un tercer grupo de impuestos importantes para el financiamiento público, sobre todo para los gobiernos locales: los impuestos a los activos/riqueza de las personas, que usualmente son parciales (la tenencia, el predial, impuestos a vehículos, etcétera).

Pero existen unos impuestos especiales, cuyo fin no es primordialmente recaudatorio, sino que buscan inducir en los consumidores, mediante el sistema de precios, un comportamiento deseable para maximizar el bien común, como debe de hacer todo Estado. Por supuesto que el Estado recauda ingresos por esa vía, pero son necesarios para financiar los efectos sociales causados por el consumo de los bienes sobre los cuales se imponen dichos gravámenes.

En términos económicos, un impuesto especial se aplica a aquellos bienes o servicios cuyo consumo individual reduce el bienestar de terceros. Los economistas llaman a este fenómeno un consumo con externalidades negativas. Los impuestos especiales sirven entonces para que el Estado financie la remediación de esas externalidades negativas y podamos alcanzar el máximo nivel de bien común.

IMPUESTOS ESPECIALES EN MÉXICO

En nuestro país, dichos impuestos especiales se agrupan bajo el acrónimo de IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) y son un buen diseño fiscal para financiar la solución de los problemas que causa el consumo de los bienes y servicios gravados.

El más famoso de los IEPS es el de gasolinas, que tiene el propósito de ayudar al Estado a financiar las graves y vastas externalidades de la producción y el consumo de gasolina. El consumo de frutas, el ver una película, tomar una clase o comernos una tortilla no tiene efectos sobre el medio ambiente, y por lo tanto, no afecta a terceros, como sí lo hace el consumo masivo de gasolina que realizan las economías modernas.

Es por ello que los estados suelen gravar con impuestos especiales a las gasolinas, y también a aquellos bienes que causan daños a la salud o que provocan adicciones que deben de ser tratadas.

El alcohol y el tabaco son los casos típicos de bienes cuyo consumo ha sido sujeto a impuestos especiales, pues dicho consumo, realizado por una parte minoritaria de la población, puede crear la necesidad de una política pública para atender a dichos consumidores, y por lo tanto, es equitativo que quienes no consumieron tabaco y alcohol no financien sus efectos sobre sus consumidores. Los impuestos especiales a bebidas azucaradas caen también en este caso.

El consumo de drogas suaves quizá cause efectos sobre la salud. O quizá el Estado juzgue adecuado desincentivar su consumo mediante el mecanismo de precios, buscando inducir un buen comportamiento entre sus ciudadanos. Despenalizar el consumo de la mariguana es un primer paso para su legalización, el circuito completo implica determinar de qué tamaño será el IEPS, cómo se recaudará y cómo se distribuirán (entre la Federación, y los estados y municipios), los ingresos resultantes. Así es que la discusión, apenas comienza.

 

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