Edgar Amador

Edgar Amador

1 Ene, 2024

Las bolsas: feliz año nuevo, feliz récord nuevo

Cuando los mercados se comportan como en 2023, es difícil no preguntarse si la mano invisible existe. Si en realidad existe un mecanismo fantasmagórico y consciente que dirige los precios de los activos para teatralizar y convencer al público de la precisión del mecanismo de mercado. Después de sufrir en 2022 uno de los peores años, sorpresivamente las bolsas regresaron con furia en 2023, y en el último día hábil el índice más importante concluyó a un suspiro de un máximo histórico, a una micra de implantar un récord: 4,770.

Lo anterior coronó un año espectacular, ganando 24.23%, acompañado por el Dow Jones, el cual brincó 13.70%, mientras que el Nasdaq se catapultó un espectacular 43.42 por ciento.

¿Qué provocó el sorpresivo auge de los mercados en 2023? La explicación más probable del comportamiento de las bolsas de valores fue la convicción, la apuesta, de que los bancos centrales del mundo, encabezados por la Fed, realizaron un acto de prestidigitación de manera impecable: lograron controlar la inflación, sin matar al crecimiento económico. Pudieron subyugar el incremento de los precios sin incrementar el desempleo.

Todos los datos disponibles sugieren que esa apuesta de los mercados en 2023 fue correcta, pues parecen confirmar que la economía logró lo que los economistas llaman un aterrizaje suave, capitaneada por la Fed, la inflación ha cedido con el mínimo costo social posible. Este logro hizo que los inversionistas se volcaran a comprar cualquier clase de activos y redondearan un año fantástico en donde todo salió inmejorable.

Si los datos acaban confirmando que las economías más importantes del mundo logran un aterrizaje suave, entonces los mercados habrán leído las sobras del café mejor que la mayoría de los economistas y analistas financieros, pues una mayoría de ellos (incluyéndome) pensaba que la posibilidad de un aterrizaje forzoso, en donde la economía cayera en recesión durante el intento de la Fed por controlar la inflación, víctima del abrupto incremento de las tasas de interés.

Pero no nada más las bolsas habrán vencido a los economistas, sino que también habrán desmentido al mercado de bonos, en donde uno de los más famosos indicadores del ciclo económico, la curva de plazos emitió desde hace meses la señal de que una recesión económica estaba en el horizonte.

Al menos hasta hoy, cada vez que la pendiente de la curva de plazos se ha invertido, le ha sucedido, con algunos meses de retraso, una contracción del PIB. Al cierre de 2023, este peculiar indicador del ciclo económico llevaba 430 días invertido, sin que haya hasta el momento sobrevenido recesión alguna, lo que provoca entre aquellos creyentes del poder predictivo de la pendiente de la curva la duda sobre su eficiencia en esta ocasión.

Porque la fortaleza de la economía de EU ha sorprendido a todos, salvo a los inversionistas de las bolsas de valores, quienes apostaron desde mediados de año que las empresas y sus ganancias serían capaces de capear todos los temporales: la inusitada y abrupta alza de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, la quiebra de varios bancos medianos insignia en EU, la bancarrota y desaparición de Credit Suisse, la erupción de nuevo de la violencia en Oriente Medio, la prolongación del conflicto en Ucrania y la continuada retirada de la liquidez financiera por parte de los mayores bancos centrales.

La evidencia reciente, sin embargo, muestra que el equivalente a la ley de la gravedad económica, tarde que temprano, aplica también: el incremento en el costo de financiamiento resultante de la elevación de las tasas de interés comienza a jalar a economías como la europea, el reventamiento de la burbuja inmobiliaria china muestra sus efectos en el resto del país, la persistente inflación en Japón da muestras de incomodidad entre los consumidores y los países menos desarrollados cumplen sus deudas públicas. Algo está moviéndose y  los inversionistas ya están preparados para la reducción de las tasas de interés.

Todo quedó listo para que, quizás en la primera sesión de este 2024, el S&P 500 inaugure el año con un nuevo récord histórico, como si fuera una puesta en escena, como si la mano invisible pusiera todo en su lugar para seguir la fiesta.

 

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