Edgar Amador

Edgar Amador

5 Feb, 2024

Los siete pecados de las siete magníficas

Si no existieran las siete más grandes empresas de Wall Street, el asombroso rally de las bolsas quedaría reducido a nada. Si quitáramos a las empresas tecnológicas que dominan el mundo, el alza increíble de los mercados del último año y medio sería un espejismo, una ilusión financiera. Las siete magníficas, como se apoda a las gigantes tecnológicas, acaparan la atención de los inversionistas, inflando sus precios a niveles insospechados, en medio de la mediocridad del resto del mercado. Repasemos aquí los siete pecados de las siete magníficas.

Usufructuando el título de la legendaria película de los años 70 (Los siete magníficos, de John Sturges, refrito a su vez de la joya de Akira Kurosawa, Los siete samuráis), la prensa financiera y los analistas han bautizado a las siete mayores empresas, medidas por su valor de mercado, como las siete magníficas. Ellas son Microsoft, Apple, Facebook, Google, Nvidia, Amazon y Tesla. Ésta última ha tenido un mal desempeño reciente, pero que, dada su popularidad, es incluida en el conjunto. ¿Cuáles son los siete pecados de las siete magníficas?

Concentración del rally: aquellos que están invertidos en portafolios que siguen al mercado están felices, pues estas siete magníficas al alza han jalado consigo a los índices. Pero aquellos inversionistas que analizan a todas las empresas e invierten de acuerdo con sus criterios no la están pasando bien. Basta una muestra: las sólidas ganancias de Wall Street en enero fueron explicadas en 98% por sólo cinco acciones (dado que Apple y Tesla tuvieron un mal desempeño).

Concentración de las ventas: en 2023, las ventas sumadas de las siete magníficas crecieron 14 por ciento. Pero si excluimos a las siete de las 500 empresas que componen el S&P 500, las ventas de las restantes 493 cotizadas se expandieron un pálido 2.0%. Las ventas han crecido en la economía estadunidense básicamente porque han crecido para las siete magníficas.

Concentración de los márgenes: el margen de beneficios (la diferencia entre ingresos y gastos) de las empresas del S&P 500 subieron un modesto 11% en 2023, por debajo del 25% de incremento del precio del S&P 500. Sin embargo, el margen de beneficios de las 493 empresas más pequeñas creció apenas 9.0%, mientras que el margen de las siete magníficas se expandió en 23% el año pasado. En otras palabras, si el crecimiento del mercado sigue al comportamiento de los beneficios, el desempeño de las siete magníficas explica toda la historia.

Concentración de los beneficios: el siguiente dato es apabullante y obliga a la reflexión profunda. En la bolsa de Nueva York (el NYSE), cotizan poco menos de cinco mil empresas. Si tomamos las dos mil menores empresas tenemos el índice Rusell 2000, cuyo desempeño es preocupante: sus ventas cayeron 4.6% el año pasado y sus beneficios se desplomaron 53%. Como si el crecimiento de la economía estadunidense estuviera mal repartido, concentrado en los siete colosos y el resto estuviese sufriendo ya una contracción.

Concentración de los medios: el premio Nobel de Economía, Robert Shiller, pone mucho énfasis en cómo las narrativas se conjugan para mover a los mercados. La conversación importa, dice Shiller. Revisen ustedes la prensa financiera de los últimos 12 meses. Las siete magníficas son obsesión de los medios, los chats, los foros, los analistas. Difícilmente se habla de otro tema, a menos que sea algo severo, como los gafes de los aviones de Boeing.

Concentración del peso del mercado: ¿a dónde irá el mercado? A donde vayan las siete magníficas. Nunca antes en la historia un grupo tan pequeño de empresas había pesado tanto dentro de los índices bursátiles. Las siete representan poco más de 28%. Para bien y para mal, la suerte de Wall Street está ligada a ellas.

Concentración de la inteligencia artificial: si el futuro del mundo y de la humanidad depende de lo que ocurra con la inteligencia artificial y otros desarrollos, como la implantación de chips en humanos y la creación de cyborgs, entonces ese futuro depende de las siete magníficas. Ellas son las principales inversionistas en los equipos de técnicos y científicos desarrollando esas tecnologías de vanguardia que cambiarán nuestras vidas en formas ahora insospechadas. No nada más el destino de las bolsas o de la economía estadunidenses dependen de esas siete. Parece que el futuro dependerá también de ellas.

 

 

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