Ciberseguridad es una inversión y no un gasto: TecnetOne

En plena era tecnológica y digital, nunca fue más necesario implementar herramientas de ciberseguridad para salvaguardar los datos personales tanto de los usuarios como de las empresas. 

Así lo considera Zoilijeé Quero, Directora de TecnetOne, al mencionar que la ciberseguridad debe ser entendida como una inversión para la prevención y no como un gasto. 

En muchas ocasiones –comenta– los directivos corporativos esperan que al contratar un servicio de este tipo, haya un retorno de inversión. Sin embargo, en muchos casos esto no ocurre, pues se está viendo a la seguridad digital como un activo económico y no como un gasto operativo necesario.

Para la especialista en ciberseguridad, ya no solo se trata de proteger sistemas informáticos a través de antimalwares, sino de implementar una estrategia sólida con medidas que permitan proteger la información confidencial de una organización, sus colaboradores e incluso, sus familias. 

Es importante mencionar que la Asociación de Bancos de México y la American Chamber revelaron que en el periodo de 2021 a 2022, México fue blanco del 66% de los ataques cibernéticos ocurridos en Latinoamérica provocando pérdidas de entre 3 mil y 5 mil millones de dólares al año. 

Al respecto, Global CEO Survey 2022, capítulo México, indica que los directores nacionales de empresas consideran a la ciberseguridad como la principal preocupación a la que tendrán que hacer frente en 2023. 

A pesar de estar conscientes del daño que provocan los ciberataques, muchos ejecutivos aún no se deciden a adoptar una estrategia de protección, pues lo ven como un gasto fuerte, sin dimensionar que esto les puede prevenir una pérdida millonaria”, asegura Zoilijeé Quero.

Algunos riesgos de los ciberataques

La directora de TecnetOne alertó que una de las consecuencias más costosas de los ciberataques es la pérdida de información sensible, así como un daño directo a los equipos de computadora y por consiguiente la interrupción en la producción de un negocio. 

Lo anterior –concluyó– puede derivar en otras situaciones igual o más graves como la suplantación de identidad, la extorsión y el secuestro virtual de equipos operativos.

Jbf