Wall Street puede darle una gran lección a las redes sociales y a su fealdad

Justo hace un año, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, testificó ante el Congreso y se disculpó por el papel de su empresa en posibilitar “las noticias falsas
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Justo hace un año, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, testificó ante el Congreso y se disculpó por el papel de su empresa en posibilitar “las noticias falsas. Foto: Pixabay
Justo hace un año, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, testificó ante el Congreso y se disculpó por el papel de su empresa en posibilitar “las noticias falsas. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- Justo hace un año, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, testificó ante el Congreso y se disculpó por el papel de su empresa en posibilitar “las noticias falsas, la interferencia extranjera en las elecciones y el discurso de odio”.

Fue un momento memorable en medio de un ajuste de cuentas más extenso que sigue inspirando un debate sobre qué tanto se debe regular a Facebook y otros gigantes tecnológicos.

Mientras Silicon Valley lucha con su versión de volverse demasiado grande como para fallar, Zuckerberg y sus pares de la industria podrían aprender lecciones de Wall Street, cuyos líderes tienen algún tipo de experiencia con el escrutinio del gobierno (el miércoles, el Congreso interrogó a directores ejecutivos de bancos).

Aunque no va a solucionar todos los problemas de las grandes empresas tecnológicas, una simple regla que respalda al sistema bancario podría hacer mucho para limpiar algunos de los aspectos más desagradables de las redes sociales por los que Zuckerberg se sintió obligado a pedir disculpas.

El concepto es “conoce a tu cliente” (KYC, por su sigla en inglés y como se le conoce en Wall Street) y es simple: debido a preocupaciones de privacidad, seguridad y fraude cuando se trata de dinero, ningún banco tiene permitido aceptar a un cliente nuevo sin verificar su existencia e investigar sus antecedentes.

Ya se había sugerido la idea de usar esta regla para las redes sociales, pero hasta el momento no había logrado enraizarse. Ahora, tal vez haya llegado su turno.

Considera esto: Facebook mencionó que había cerrado más de 1500 millones de cuentas falsas entre abril y septiembre del año pasado (así es, mil quinientos millones). Esta cifra superó los 1300 millones de cuentas que había eliminado los seis meses anteriores. Para poner estas cifras en contexto, Facebook tiene una base reportada de 2300 millones de usuarios.

¿Qué pasaría si las empresas de redes sociales tuvieran que verificar a sus usuarios de la misma manera en que lo hacen los bancos? Tal vez te sentirías más seguro de que estás interactuando con personas reales y no solo eres un blanco de bots malintencionados.

Primero, reconozcamos las consideraciones prácticas. Investigar el vasto universo de las personas que están en las redes sociales sería una tarea colosal.

Cuando mencioné la idea de usar el principio de “conoce a tu cliente” a sus negocios, varios ejecutivos senior de las empresas de redes sociales recularon ante la idea, pues cuestionaron cómo podrían llevar a cabo una hazaña de esas características, en especial en los mercados emergentes donde mucha gente no tiene tarjeta de crédito e incluso puede ser difícil encontrar las direcciones de las calles.

Después están las quejas legítimas relacionadas con el exceso de información que tienen Facebook y las demás empresas similares sobre sus usuarios. ¿A quién le gustaría que tuvieran aún más información? ¿Qué harán las empresas para proteger mejor la información personal que en el pasado? Después de todo, hace no mucho tiempo, Facebook reveló que decenas de millones de contraseñas de usuario no se habían almacenado de forma segura.

Sin embargo, podría ser demasiado riesgoso no tomar en cuenta algún tipo de proceso intensificado de verificación.

Es evidente que Facebook y Twitter, al menos, aprecian la importancia de la verificación como concepto: ambas empresas ofrecen programas con marcas de verificación en azul para confirmar la autenticidad de un pequeño porcentaje de usuarios, como las celebridades.

Si se expandiera la verificación de usuarios legítimos, y se redujera el número de farsantes, es casi seguro que disminuiría la cantidad de discursos de odio y de noticias falsas que contaminan las plataformas de las redes sociales. De esta forma, no sería fácil para las empresas empecinarse en ignorar lo que quede.

¿Cómo funcionaría? Una posibilidad es una versión modificada de lo que se hace en la industria de los servicios financieros.

Cuando abres una cuenta de banco, lo más común es que debas dar tu nombre, dirección, número de seguridad social y fecha de nacimiento.

Esa información se verifica en bases de datos para garantizar que seas una persona real, que tu puntaje crediticio es sólido y que tu nombre no aparece en una lista de “personas expuestas políticamente” que podría ponerte en riesgo de sobornos o corrupción. La verificación también se usa para determinar si tienes antecedentes penales que sugieran posibilidad de lavado de dinero o robo de identidad.

Ese tipo de verificación protege a los bancos para que no hagan negocios con criminales y ayuda a proteger a los clientes que podrían ser vulnerables a fraudes.

Hay un precedente de adaptación de este tipo de régimen a las redes sociales: NextDoor, una red social que ayuda a las personas a comunicarse en sus comunidades locales, no deja que se registren nuevos usuarios si no se puede verificar su dirección.

Quien desee ser usuario de NextDoor debe dar una tarjeta de crédito o número telefónico, y el sitio hace una referencia cruzada de esta información con distintas bases de datos. Si no tienes tarjeta de crédito ni número telefónico, el sitio te envía una tarjeta postal a tu dirección con un código que puedes usar en línea.

La buena noticia es que NextDoor conoce muy bien a sus clientes. La mala noticia es que su proceso de verificación sería muy difícil de expandir a gran escala y a una gran velocidad.

La empresa no divulga la cantidad de usuarios que tiene, solo que se encuentra en más de 200.000 vecindarios. Hay informes que sugieren que tiene decenas de millones de usuarios, una cifra a años luz de los miles de millones que usan las redes sociales más populares. Si introducir este sistema a esa escala es demasiado abrumador, probarlo primero en Estados Unidos y Canadá podría ser una manera de comenzar.

La necesidad de tener una regla del tipo “conoce a tu cliente” podría volverse más urgente a medida que las redes sociales evolucionan para convertirse en servicios de mensajería privada completamente encriptada, algo que Zuckerberg ha indicado que planea hacer con Facebook.

Creo que en el futuro de la comunicación cada vez habrá más personas que se cambien a servicios encriptados y privados en los que puedan sentirse seguras de que lo que se dicen entre ellas estará seguro y que sus mensajes y contenido no quedarán registrados para siempre”, mencionó.

Es una meta loable, pero, si desde el comienzo los usuarios son falsos, o poco confiables por alguna otra circunstancia, la tranquilidad con la que podrían propagar desinformación en redes encriptadas tendría consecuencias aún más problemáticas.

A menos de que hubiera un mecanismo viable que pudiera responder por las identidades de los individuos, para que las redes conocieran a sus clientes, por así decirlo.

Me parece que simplemente es sentido común.

*livm

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