Gonzalo Almeyda

Geopolítica 4.0

Gonzalo Almeyda

18 Ago, 2022

APEC: ¿puente o pivote en el Asia-Pacífico?

 El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) es un escenario arquetípico del regionalismo abierto de la posguerra fría, que hoy se en­frenta a una transformación inevitable ante la nueva era de competencia geopolítica.

Asia-Pacífico constituye la plataforma principal de acción de la política exterior china en términos, tanto de seguridad como económicos; al mismo tiempo, y por esta misma razón, asegurar su influencia en esta región es un objetivo estratégico de máxima prioridad para Estados Unidos.

Ambas superpotencias coinciden en APEC, uno de los pocos foros de cooperación económica en el cual se man­tienen reuniones regulares a ni­vel técnico y ministerial.

APEC fue creado en Austra­lia en 1989, como un foro de carácter no vinculante de coo­peración multilateral con el ob­jetivo de facilitar el intercambio económico en tres dimensiones principales: la liberalización del comercio y la inversión, la faci­litación del comercio y la coo­peración económica y técnica.

Actualmente, los 21 países miembros que conforman APEC concentran el 62% del PIB nominal global, con 38% de la población del planeta y 48% del comercio de bienes y servicios. Vale la pena reiterar estas propor­ciones para calibrar el potencial estratégico de esta asociación de países: un tercio de la población; dos tercios de la producción y la mitad del comercio mundial.

Después de un breve periodo de declive, precipitado por la política comercial nacio­nalista y proteccionista de Donald Trump, APEC vuelve a cobrar relevancia. Existe, des­de luego, la tentación de considerarlo una herramienta más en la cruzada estaduni­dense por el control de Asia-Pacífico, ejem­plificada por el fortalecimiento del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad el año pasado.

APEC podría configurarse como la contraparte económica del QUAD en la estrategia de Estados Unidos de contener el ascenso de China.

En efecto, la presión de la competencia geopolítica apunta a que APEC se desvirtúe para convertirse en un escenario más de la competencia entre China y Estados Unidos.

La oferta de financiamiento para in­fraestructura, créditos e inversiones tendrá el propósito de mantener el control de las rutas comerciales en la región, asegurar el suministro de materias primas escasas para las industrias estratégicas y defender la par­ticipación en los mercados globales.

Desde una perspectiva geopolítica, nos encontramos ante un pivote estratégico: quien logre reclamar el gran botín que representa la región APEC se configurará como el gigante a vencer en el comer­cio global.

Pero, como en toda cons­trucción humana, el paradigma de la competencia no es in­evitable. APEC también podría buscar preservarse como un foro de cooperación y enten­dimiento, ya no bajo los princi­pios de regionalismo abierto y liberalización unilateral que le dieron origen, pero sí como un espacio para la construcción de confianza.

Desde esta perspectiva, APEC podría consolidarse como un mecanismo para de­fender e impulsar el multilateralismo en la región, de manera que la cooperación bajo los principios de consulta, inclusión y solida­ridad triunfe sobre la apuesta de uno y otro bando por las alianzas bilaterales, la asime­tría de poder y la dependencia económica como arma política.

México, como miembro de APEC, tiene la oportunidad de desplegar un liderazgo cons­tructivo como promotor de puentes.

El autor es profesor de política y relaciones internacionales en el Tec de Monterrey

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube