Gonzalo Almeyda

Geopolítica 4.0

Gonzalo Almeyda

30 Sep, 2022

Potencias cibernéticas

El Centro Belfer de la Universidad de Har­vard publicó este mes una actualización de su Índice de Poder Cibernético Nacional. Se trata de la segunda edición de esta iniciati­va, que es heredera de un grupo de trabajo similar establecido hace 40 años para medir el riesgo de una confrontación nuclear. No deja de ser sintomático que hoy se conceda la misma prioridad estratégica a la capacidad de prevalecer en una confrontación militar en el ciberespacio.

El estudio adopta una definición holísti­ca del poder cibernético: es decir que no se enfoca únicamente en la capa­cidad ofensiva de los Estados, sino que contempla siete ob­jetivos adicionales: fortaleza de las defensas cibernéticas, capacidad de vigilancia dentro de sus fronteras, de recolección de inteligencia en el exterior y de controlar el entorno infor­mativo, competitividad de la industria de la tecnología, ca­pacidad de acumular recursos financieros por medios ciber­néticos, e influencia en la de­finición de estándares técnicos y normas internacionales.

Cada uno de estos objetivos o dimensio­nes se evalúa para 30 países a partir de las estrategias y documentos gubernamentales en la materia, el comportamiento observado u atribuido y la participación en foros glo­bales. Además, cada objetivo se pondera en función tanto de las capacidades que tiene cada Estado como de la intención de desple­garlas en la práctica.

Como es natural, el índice enfrenta desa­fíos de inferencia y validez, particularmen­te acentuados al depender de recursos de fuente abierta en un ámbito caracterizado por la secrecía y el engaño. No obstante, se trata de uno de los esfuerzos más confiables para identificar y comparar el poder ciber­nético en la era de la competencia geopo­lítica 4.0.

El índice global es encabezado por Es­tados Unidos, seguido de cerca por China, con Rusia en un lejano tercer lugar. En los resultados por subíndice Estados Unidos lidera en inteligencia, poder destructivo, influencia normativa y control de informa­ción; mientras que China lleva la delantera en capacidad comercial y vigilancia interna. Australia encabeza el subíndice de capa­cidades defensivas y Corea del Norte tiene por mucho la mayor capacidad de allegarse recursos financieros, reflejando su especia­lización en las transacciones financieras en la red profunda para sortear el régimen de sanciones al que está sometido.

La tendencia más notoria en la comparación entre los re­sultados de este año y la eva­luación anterior de 2020 es el debilitamiento relativo de las potencias intermedias occiden­tales, como Canadá, Francia y Alemania —con la notable ex­cepción de Australia, que gana cinco posiciones— y el fortale­cimiento de Estados revisionis­tas como Rusia, que ganó una posición desplazando al Reino Unido, e Irán, que pasó del lu­gar 22 al 10, motivado por aumentos en su capacidad destructiva, financiera y de vigi­lancia interna.

Dos vecinos de China registraron avances importantes a partir de una mayor intención de ejercer sus capacidades: Corea del Sur, que pasó del 16 al lugar 7 y Vietnam que paso del 20 al 8. Sin embargo, el país que registró el salto más significativo fue Ucra­nia, que avanzó 17 posiciones, con aumentos generalizados en todos los campos, pero es­pecialmente en las capacidades de defensa, ataque y obtención de inteligencia.

El índice parece confirmar que el cibe­respacio es un escenario principal de pro­yección de la distribución internacional del poder y que las especializaciones de cada país responden principalmente a los dile­mas de seguridad que enfrentan en su ám­bito regional.

*El autor es profesor de política y relaciones internacionales en el Tec de Monterrey.

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