Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

2 Oct, 2021

Entendiendo el caso Evergrande

Es interesante lo que está pasando con esta empresa inmobiliaria. Refleja lo que sucede en China y cómo resuelven sus problemas estructurales. La pregunta es, ¿hasta dónde el Estado tendrá la capacidad de maniobrar?

Primero, una descripción de la empresa: Es una desarrolladora inmobiliaria muy importante que opera en el sur de China, aunque se ha diversificado a otros sectores. Actualmente tiene una deuda elevada por 300 mil millones de dólares.

Del lado de la operación tuvieron problemas en la parte de construcción para terminar sus proyectos y entregar a quienes compraron en preventa.

En cuanto a la deuda financiera, hay préstamos bancarios y emisión de bonos. Las contrapartes son locales, pero también hay inversionistas extranjeros que se pueden ver afectados en caso de un incumplimiento.

El problema se conoce desde hace tiempo. La incertidumbre sobre el incumplimiento de la empresa era en torno a cuándo sucedería y cómo. Hay distintos escenarios y posibles rutas para resolverlo.

Por el tamaño de la empresa, se pensaba que el efecto del incumplimiento sería tal que en algún momento se especuló sobre un posible rescate por parte del gobierno.

Hoy es claro que un rescate total, en el que el gobierno pague todo a todos y los accionistas no pierdan, no es opción. Va a ser un esquema de distribución de pérdidas entre los privados y el gobierno.

La función objetivo será asumir lo mínimo del quebranto para no tener problema sistémico. A continuación, se presenta lo que puede suceder con grupos de afectados.

Hay un grupo que son los inversionistas extranjeros tenedores de bonos. Van a tener pérdidas importantes. No hay señales de que el gobierno de China los vaya a rescatar.

Actitudes pasadas respaldan el argumento anterior: la investigación a DiDi en los días posteriores a su IPO en mercados internacionales y la postura respecto de las plataformas digitales en educación que deben ser no lucrativas.

Se ha perdido mucho valor en estas inversiones y el gobierno de China no ha dado señales de que les preocupe.

Esto puede limitar el apetito para invertir o para financiar con deuda a empresas de ese país. Parece que no ven tan necesario el financiamiento del exterior.

Un segundo grupo es el de personas en China que pueden perder sus recursos por esta quiebra. El gobierno tiene el control político y no tolera manifestaciones de ningún tipo. Ni en el entorno real ni en el virtual. Este caso no va a ser una excepción. El gobierno decidirá y la gente va a perder.

El tercer grupo son los bancos. El control de los principales bancos de ese país es del gobierno. Seguro administrarán el proceso para que asuman parte del costo sin generar inestabilidad en variables, como los precios en el mercado inmobiliario.

Estas acciones pueden evitar el contagio a otras empresas y que se generen más incumplimientos. Van a administrar el problema.

El nivel de financiamiento al sector privado en China es elevado: 182% del PIB. La mayoría es crédito a empresas. El caso de Evergrande puede repetirse, ya que el sector privado está muy apalancado. La pregunta es ¿qué tanto margen de maniobra hay?

Lo otro que hay que entender es cómo gestiona el gobierno este caso y qué tanto lo usan para avanzar su agenda de limitar a las empresas en interés de la prosperidad de la población.

 

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