Guillermo Zamarripa

30 May, 2020

Los números ya reflejan el impacto

La semana pasada comentaba sobre el comportamiento de los contagios y las muertes en México. Los datos no eran tan buenos para llevar tanto tiempo en casa. Hoy me voy concentrar en el impacto económico que ya se aprecia en los números de México. El panorama no es halagador.

Sigue el crecimiento en el número de casos de infectados por día y en el número de muertos. El dato diario estuvo en la mayoría de los días de la última semana arriba de los tres mil y el promedio móvil sigue creciendo. Las muertes tienen un comportamiento similar.

Nos dijeron el sábado pasado que vamos muy bien. Una referencia era Bélgica. Un país más pequeño con menos contagios y más muertos. Un análisis superficial que no refleja la realidad de cómo vamos. Somos de los pocos países con una fatalidad por arriba del 10% de los contagiados. El paciente en el que nos tenemos que enfocar ahora es en entender la economía.

Los datos de otros países nos indican la gravedad del problema. El número más dramático es que en Estados Unidos hay más de 40 millones de solicitudes de desempleo a partir de que inició su encierro.

Enfocándonos en la evolución económica de México, la información nos dice que ya nos habíamos enfermado y el covid-19 vino a complicar nuestros problemas de salud económica.

El covid-19 genera un mayor riesgo a ciertos segmentos de la población, como los adultos mayores y a quienes padecen ciertas enfermedades como diabetes e hipertensión, por mencionar dos.

Algunas de estas enfermedades son causadas por conductas propias como no hacer ejercicio, mala alimentación, etcétera.

Nos está pasando lo mismo que a la población más vulnerable. Nuestra gestión económica nos puso en una situación vulnerable.  Un primer ejemplo es el comportamiento del PIB trimestral. La variación anual con respecto al mismo trimestre del año anterior ya suma cuatro periodos con variación negativa. Es decir, ya estaba México en un proceso de contracción de su economía.

Para economías que venían creciendo, como China, tener un trimestre de contracción del 3% es significativo porque perdió terreno positivo y pasó a números rojos. Para una economía que no venía creciendo el impacto será mayor en la contracción económica.

Un buen indicador de la caída en la demanda en Estados Unidos y en México es el comportamiento de nuestro comercio internacional. Las exportaciones no petroleras cayeron en abril 39.4% con respecto al mismo mes del año anterior. En marzo habían crecido un 1.2 por ciento.

Por su parte, a las importaciones no petroleras en el mes de abril les pasó lo mismo, sólo que la caída fue un poco menor (27.6 por ciento). Estos dos indicadores son indicativos de lo que se puede esperar con indicadores internos de producción, inversión y consumo.

El comportamiento a nivel industria no es favorable. Por ejemplo, la industria de la construcción venía con una tendencia clara de caída durante todo 2019 y en marzo se aceleró un poco.

La contracción de los ingresos presupuestarios de abril con respecto al año anterior del 19% explicada por lo petroleros es otro síntoma de afectación.

En síntesis, ya veníamos mal y esa inercia va a provocar que la crisis sea más profunda. Lo preocupante es que el conductor está más enfocado en hacer señalamientos sobre una crisis pasada que en resolver la que le toca.