Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

5 Feb, 2022

Política de cero tolerancia al covid


Están empezando los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022. En los días previos me puse a comparar lo que sucedió en el verano en Tokio 2021 y ahora. Creo que hay mucho de fondo detrás de sus dos visiones respecto del covid.

La decisión en 2020 fue posponer un año la Olimpiada de Tokio. Un año después se llevaron a cabo en medio de medidas de seguridad estrictas para prevenir contagios, pero sin llevarlos a cero.

En los días previos al inicio de los JO hubo un rebrote de covid en Japón. Empezaron voces de la sociedad a oponerse y a pedir la cancelación. Se decidió seguir adelante y fue una buena lección para el mundo.

Los JO fueron diferentes, pero llenos de emoción y drama deportivo. Nos enseñaron que se puede lograr un balance entre cuidar la salud pública y no detener un evento emblemático. Llevado a otras áreas nos mostraron que se puede lograr un balance sin cerrar la economía.

Hubo una evaluación de costo-beneficio de políticas públicas que marcó una nueva etapa en la pandemia y que hoy se ha llevado a otro nivel argumentando que tenemos que aprender a convivir con el virus. 

Lo que sucede en China es totalmente contrario a lo que está haciendo el resto del mundo. Me parece que regresa al inicio de la pandemia. Ante contagios hay que hacer pruebas de forma masiva y cierre total.

En la parte económica, los cierres en ciudades por brotes menores, llevando al confinamiento de millones de personas por días, han afectado a fábricas y al transporte de mercancías. Es parte del problema de las cadenas de suministro.

En la parte de las Olimpiadas el cómo van a aplicar esa política a los participantes nos revela que el Estado tiene una convicción y no hay consideraciones para no cumplir.

Existen situaciones de mayor contraste a los dos relatos anteriores. En Estados Unidos hay problemas para aplicar una regulación que obligue a empleados de empresas a vacunarse.

Esta realidad tan distinta es un reflejo de los valores de las sociedades de China y de Estados Unidos.

En China, la población está dispuesta a seguir esta política pública tan radical porque los dirigentes la justifican en el bien común de la sociedad. Hay la cultura de sacrificar al individuo si la sociedad mejora.

En Estados Unidos, la población cree que lo más importante es el individuo. El Estado no puede exceder sus facultades para acotar las libertades individuales. Tampoco hay una cultura de sacrificio individual por el bien de la sociedad.

Lo anterior nos indica que la política pública de cero covid es adecuada para un lugar como China con la narrativa correcta.

El problema es que el costo para la sociedad es muy elevado. La tecnología y los sistemas que utiliza el gobierno para controlar covid invaden la privacidad de los individuos. No hay garantía de que regresando a la normalidad los dejen de usar.

 También hay un costo económico del aislamiento de China del resto del mundo que no es menor. Pensemos en el turismo.

En conclusión, la política de cero tolerancia al covid es viable en un país como China, pero no en otros lugares. Sin embargo, es excesiva y se ve un trasfondo de control de la sociedad por el gobierno.

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