Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

12 Dic, 2020

Reforma de pensiones: un balance

En la semana se aprobó en ambas Cámaras la reforma al régimen de pensiones de trabajadores del sector privado. Es un cambio de gran relevancia que va a traer beneficios al país y a millones de trabajadores. Hoy hago un balance de los aspectos positivos y negativos.

El primer ganador es México porque se logró un acuerdo político sobre un tema muy relevante entre gobierno, sector obrero y empresarial. Esto es indicativo de que se pueden hacer cambios para mejorar a partir de construir acuerdos.

También gana México porque se logró construir sobre una política pública ya establecida. Se hicieron cambios profundos para mejorar el régimen. Ésta es una gran lección de que no se necesita destruir para lograr un mejor equilibrio.

El segundo ganador es el grupo de trabajadores del sector privado del país. Van a recibir una mayor aportación de ahorro para su retiro y tendrán un requisito menor de semanas de cotización para ser elegibles a una pensión mínima garantizada en caso de ahorro insuficiente, que es mejor.

Hay un aumento en la pensión garantizada que es consistente con una mayor aportación. El menor tiempo de elegibilidad reconoce la realidad de México con mucha economía informal en el país.

El tercer ganador es el sector empresarial. Es cierto que tendrán que pagar una mayor contribución. Sin embargo, la propuesta es una muestra de que hay una agenda de responsabilidad social en el sector.

Esta visión de empresariado con consciencia social no está peleada con la visión tradicional de economía de mercado. Empresas que han adoptado esta visión nos revelan que se puede llegar a un mejor equilibrio.

El cuarto ganador es la intermediación financiera. Se va a generar un mayor volumen de ahorro interno, que para 2035 puede llegar a un 40% del PIB. Esto implica más recursos para financiar la inversión.

Lo anterior no quiere decir que todo en la reforma sea positivo. Hay aspectos negativos. Primero, hay aspectos de diseño que se pueden mejorar y otros que no se incluyeron. Segundo, hay malas reglas que pueden tener impactos adversos relevantes sin justificación.

Menciono algunos ejemplos del primer grupo. Bajar a 750 semanas para regresar gradualmente a 1,000 es un error. Se privilegió el criterio de poner un parámetro mínimo en función de participación razonable, pero no reconoce nuestra realidad de alta informalidad.

No se incorporó una propuesta para mejorar el ahorro voluntario, que es un complemento importante a la pensión. Un pendiente es cómo incorporar al Infonavit en el arreglo pensionario más allá de su rol como entidad que otorga crédito hipotecario a los trabajadores. Seis de cada siete trabajadores con cuenta tienen sólo ahorro.

El aspecto negativo es el tope a las comisiones. La manera en que lo regula no considera la evolución de la industria, su etapa de desarrollo, el marco legal de competencia y la experiencia internacional. Hay elementos evidentes de que la disposición es contraria a derecho.

Dada la situación, creo que algunos intermediarios van a recurrir a que el poder judicial resuelva sobre la legalidad de la norma.

En conclusión, los beneficios esperados de la reforma son muchos, pero la nota negativa deja un mal sentimiento. Es una pena que algo tan positivo acabe en una controversia por un aspecto puntual en el que hubo falta de voluntad de diálogo del Ejecutivo.

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