Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

8 May, 2021

Relación con Estados Unidos

Hay una gran similitud entre las preocupaciones de Biden y de López Obrador respecto a temas económicos y sociales. Pero hay grandes diferencias en sus visiones de largo plazo y en la forma de hacer política. A pesar de las coincidencias se están generando las condiciones para tener un desencuentro.

Empezaré por tres coincidencias. La primera es que los dos presidentes creen que tener un gobierno más grande es mejor. Creen que el gobierno debe ser el promotor del crecimiento y el rector de la actividad.

La segunda es tratar de mejorar las condiciones y los ingresos de los trabajadores. Una referencia es lo que piensan respecto del salario mínimo. Biden lo quiere llevar a un nivel de 15 dólares por hora, pero está enfrentando resistencia.

López Obrador lo recibió a 88 pesos diarios y en 2021 es de 141 pesos. Este cambio implica aumento del 60% nominal en tres años que es una recuperación en términos reales de más del 40 por ciento.

 

 La tercera es reducir inequidades en el sistema. Biden quiere aumentar impuestos en ciertos rubros en que existe una justificación de falta de equidad, como modificar el tratamiento fiscal que hoy tienen las ganancias de capital.

En México, el Presidente ha dicho que en los primeros tres años no aumentaría impuestos y lo ha respetado. Sin embargo, las acciones de fiscalización contra algunas empresas han dejado claro que, por esa vía, puede lograr un cobro adicional de impuestos y corrigiendo lo que ellos llaman “abusos”.

Ahora voy a describir tres diferencias. La primera es que, posterior a su elección en noviembre, Biden ha dejado en claro que respeta a las instituciones y les da su lugar.

Nuestro Presidente, conforme pasa el tiempo ataca cada vez más a las instituciones que tienen una opinión distinta o a las que por diseño deben actuar como un contrapeso al Ejecutivo.

Muestra una actitud en la cual los confronta y desacredita en medios y no duda en utilizar de manera parcial al aparato del Estado.

La segunda es respecto de la visión que deben tener los líderes como agentes de cambio para el bien del mundo. Biden ha dejado claro que una de sus prioridades es combatir el cambio climático para mitigar sus consecuencias.

 

 Las modificaciones a la Ley de Electricidad y otras acciones reflejan que a esta administración no le importa el medio ambiente y que como país estamos obsesionados con el petróleo, aunque ya no seamos un productor relevante y tengamos una empresa en quiebra técnica.

La tercera, Biden entiende que las relaciones internacionales son muy importantes. Cambió de la postura aislacionista de su antecesor a una política más activa, consistente con la realidad de su país. Está cambiando el esquema con China, Rusia y otros países.

En México, estamos en una situación en la que sólo hay interés por lo local y las relaciones con el mundo no interesan. Tenemos un Presidente sin presencia internacional.

En los tres temas que hoy hay diferencia debemos aceptar una realidad Las diferencias que hoy hay con el gobierno de Biden no existían con el de Trump.

En síntesis, hoy tenemos con Estados Unidos más coincidencia en el fondo de algunas políticas públicas, pero en la manera de ver y de conducir al gobierno una visión opuesta. Esto nos puede llevar a dificultades en la relación.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube