José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

5 Ago, 2021

Aeroméxico, pilotos y sobrecargos venden; Sheinbaum, no Nahle, negocia con gaseros

El grupo mexicano de control de Aeroméxico sí evalúa recomprar la aerolínea insignia del país. Mientras tanto, quienes tomaron la decisión de vender sus derechos son los pilotos (ASPA) y también los sobrecargos.

El martes pasado, los sobrecargos reunidos en la Asociación Sindical de Sobrecargos Aéreos (ASSA) decidieron vender sus derechos en Aeroméxico valuados, en por lo menos, 125 millones de dólares.

Los pilotos, mediante la ASPA, ya habían hecho lo propio. Habían vendido, entre derechos y acciones, alrededor de 325 millones de dólares a Barclays, el banco de inversión dirigido por Raúl Martínez-Ostos.

Ambos sindicatos, ASPA (donde ayer tomó la presidencia Humberto Gual) y ASSA (Ricardo del Valle), prefirieron vender, en medio de una reestructura difícil de Aeroméxico.

En cambio, quienes ven la posibilidad de recomprar es el grupo de control mexicano: Eduardo Tricio, Valentín Diez Morodo, Antonio Cossío y Jorge Esteve.

El precio de la acción de Aeroméxico, siendo bajo, permite una readquisición.

La acción de la aerolínea llegó a cotizar en 44 pesos en marzo de 2017. Hoy está volando bajo, a seis pesos. Incluso, el valor de mercado de la aerolínea pareciera bastante bajo, poco más de 200 millones de dólares.

A ese precio de la acción, el grupo de control mexicano encuentra un buen incentivo.

Claro, antes, habrá de terminar la valuación y el pago a Apollo Management Global, el fondo de inversión que invirtió 1,000 millones de dólares en la aerolínea.

Aeroméxico mantiene presencia de marca y todavía cuenta con la mayor flota del país. Pero ante la pandemia, entró en Chapter Eleven de Ley de Quiebras en NY. 

Ha sufrido la tendencia a favor de aerolíneas de bajo costo, como Volaris y VivaAerobus, pero su baja valuación, curiosamente, es oportunidad de recompra.

 

SHEINBAUM, SOLUCIÓN TEMPORAL

Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, entró de bateadora emergente para resolver el paro de más de dos días de los distribuidores de gas LP y cuyas consecuencias eran el desabasto en la Ciudad de México. En el C5, Sheinbaum junto con la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, Guardia Nacional, Ejército y Marina vieron la queja de los comisionistas (dueños de camiones transportistas de cilindros que distribuyen el combustible). Los comisionistas no podían acceder a las plantas distribuidoras de gas LP.

Gracias a esa intervención, el presidente de la Unión de Gaseros del Valle de México, Adrián Rodríguez, anunció la reactivación del suministro.

Sheinbaum desactivó una bomba, pero la 4T tiene un problemón: los precios máximos no resuelven la distribución.

 Rocío Nahle, secretaria de Energía, debe atender el tema, con comisionistas y distribuidores. De por sí, el precio máximo impuesto está mal planteado jurídicamente (debió haber sido la Comisión de Competencia, un decreto y la Secretaría de Economía —Tatiana Clouthier— quienes lo impusieran).

En cambio, fue Energía (Nahle) mediante una directriz sobre la CRE. Pero además, hay que resolver el fondo: la falta de competencia de los gaseros. Estamos lejos de lograrlo.

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