José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

24 May, 2023

Gobierno indemniza a Larrea y se queda en definitiva con Corredor; negociaron desde 2019

Le podemos confirmar que el gobierno del presidente López Obrador quiere, de manera permanente, toda la vía ferroviaria del Corredor Interoceánico, incluyendo la de la “ocupación temporal” del tramo clave de Ferrosur. Según el periódico El Universal, el gobierno de López Obrador estaría pagando 7 mil 500 millones de pesos a Larrea y su Grupo México, como indemnización por los casi 120 kilómetros del tramo de Ferrosur. Para el gobierno, tomar el control de toda la vía ferroviaria del Istmo de Tehuantepec es un tema de seguridad nacional. Busca tener toda la red: de Salina Cruz a Medias Aguas y de ahí a Coatzacoalcos. Y ya no sería una ocupación temporal, sino permanente. Y ahí el Presidente tendría su última obra insignia: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que de entrada ya costó 7 mil 500 millones de pesos.

NEGOCIACIONES CON LARREA Y EL NO

Fuentes del gobierno obradorista nos informan que, desde luego, no quieren expropiar ni confiscar empresas privadas, pero en este caso, han estado negociando con Germán Larrea y su equipo desde 2019. Sólo recibieron negativas. Las negociaciones han ido y venido. Desde la Secretaría de Hacienda, a cargo de Rogelio Ramírez de la O, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, a cargo de Jorge Nuño, y desde luego, la Presidencia, donde las negociaciones últimas estuvieron a cargo del propio Presidente. Incluso, el martes pasado en Palacio Nacional, el Presidente y su equipo le propusieron a Larrea un arreglo, y fue cuando el empresario estimó venderla al gobierno por 9 mil 500 millones de pesos. A todos se les hizo exorbitante. Y así lo hizo del conocimiento público el Presidente. Sin embargo, todo indica que Larrea aceptó los 7 mil 500 millones de pesos, y el gobierno también aceptó pagárselos como indemnización por su tramo de Ferrosur, en la entrada del puerto de Coatzacoalcos.

EL CIIT MULTIMODAL, CON TREN Y PUERTOS

Desde 2019, el Presidente estuvo viendo el tema de recrear las Zonas Económicas Especiales –las de Peña Nieto–, pero el proyecto no le gustó. Prefirió uno multimodal, donde los barcos pudieran desembarcar mercancías para transportarlas desde el Golfo de México al Océano Pacífico. Ya después, funcionarios, como Jorge Nuño, le propusieron tomar los puertos de Salina Cruz (que era API), el puerto de Coatzacoalcos (otra API), más el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, y sumarlos en una misma empresa. Así surgió el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), siendo un organismo público descentralizado, con la idea de ser multimodal y contar con polos de desarrollo para distintas líneas de producción. El CIIT es clave para el sureste mexicano. Y desde aquel entonces estuvieron involucrados los secretarios Carlos Urzúa, y después Arturo Herrera, así como Alfonso Romo.

EL FERROCARRIL DEL ISTMO NO TENÍA EL DERECHO DE PASO

El gobierno obradorista pensó que el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, al contar con la vía ferroviaria Chiapas-Mayab, tendría los derechos de paso a Coatzacoalcos. No fue así. Desde 2019, negociaron con Grupo México, dirigido por Fernando López Guerra Larrea (sobrino de Germán), y con éste mismo. El Presidente metió a la Marina, dirigida por el almirante Rafael Ojeda, para avanzar en las negociaciones de derecho de paso. El gobierno se queda de manera definitiva, no temporal, con el tramo de Ferrosur, al indemnizar a Grupo México.

AMLO, BANAMEX Y LA PELÍCULA QUE YA VIMOS

Dice el Presidente que si Larrea no quiere adquirir Banamex, el gobierno podría comprarlo. Que 2 mil mdd serían de impuestos pagados por Citi. Y los otros 5 mil mdd serían a través de una Asociación Público Privada, e incluso se venderían acciones a las personas que quisieran estar en el Banamex de la 4T. Sinceramente, esta película, donde el gobierno toma el control de bancos privados, ya la vimos, y terminó en tragedia financiera. Terminaron privatizándolos. La vía en Banamex sería que Citi lo venda a través de la Bolsa, con una OPI. Y a los bancos comerciales hacerlos competir, para que el usuario gane. El gobierno, como banquero privado, fue un desastre.

 

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